¿Emigran los españoles?

Tema: En contra de lo que parecen sugerir numerosos reportajes en los medios de comunicación, la emigración española actual es muy pequeña.

Resumen: Sólo un 2% de los ciudadanos españoles que residen fuera de España son autóctonos que han abandonado nuestro país a raíz de la crisis, unas 40.000 personas en total. Esta cifra no permite sostener de ninguna forma la alarma que los medios de comunicación están alimentando en relación con este fenómeno.

Análisis: Desde hace un par de años se escuchan voces alarmadas en España y en el extranjero que advierten respecto al aumento de la emigración entre los españoles. Esas voces consideran además que esa emigración es en sí misma uno más de los males que aquejan a la sociedad española, un despilfarro de los recursos invertidos en educación y una amenaza al futuro de la población española.

La alarma, sin embargo, está injustificada a la luz de las cifras. En este momento hay 1.900.000 españoles viviendo en el extranjero –datos de enero de 2013– pero muy pocos de éstos son emigrantes recientes. En este grupo hay cuatro tipos diferentes de personas:

  1. Los emigrantes españoles que en los años 60 se dirigieron a países del centro y norte de Europa, muchos de los cuales se quedaron definitivamente a vivir allí. Entre 1959 y 1973 emigraron hacia Europa unos dos millones de personas. Aunque muchos volvieron tras la crisis del petróleo y, sobre todo, a raíz del crecimiento económico español propiciado por la entrada en la UE, un buen número de españoles se quedó definitivamente a vivir en Alemania, Suiza, Francia, Bélgica y otros países. A principios del nuevo siglo, en el año 2002, en pleno proceso de boom económico en España, el Censo Electoral de Residentes en el Extranjero recogía 488.000 españoles mayores de 18 años residiendo en otros países europeos, la mayor parte de ellos en Francia, Alemania y Suiza. Ese mismo censo recoge ahora, en 2013, 541.000 españoles mayores de edad residiendo en otros países europeos, lo que supone un modesto aumento de 53.000 personas, algo más del 10%. Una fuente diferente, el PERE, que se inicia en el 2009, permite observar la evolución de la emigración desde que la crisis comienza a tener un efecto sobre la movilidad internacional de los españoles: según sus cifras, a principios del 2013 había en Europa 20.204 españoles nacidos en España más que en 2009 (349.653 frente a 329.449).
  2. Los emigrantes españoles, y su hijos y nietos, que dejaron España a lo largo del siglo XIX y del XX –especialmente durante el período de la Guerra Civil y la posguerra– para trasladarse a varios países de América Latina, sobre todo a Argentina y Venezuela. En el año 2002, el Censo Electoral mostraba 483.000 españoles mayores de edad residiendo en América Latina. Pero muchos de los antiguos emigrantes habían perdido su nacionalidad española y la conocida como Ley de la Memoria Histórica, aprobada en 2007, les ofreció la posibilidad de recuperarla. En aplicación de esta Ley se han presentado 503.000 solicitudes de acceso a la nacionalidad española, el 90% de ellas en América Latina, y se han resuelto ya favorablemente cerca de 300.000 que han venido a aumentar el número de nacionales españoles en América Latina cuya presencia allí no tiene ninguna relación con la crisis económica española.
  3. Antiguos emigrantes españoles en cualquier otra zona del mundo, especialmente en EEUU, Canadá y Australia. En 2002 eran 79.000 personas según el Censo Electoral y en la actualidad se han duplicado: 167.000 personas según el PERE de enero de 2013. Sin embargo, sólo una parte de este crecimiento se debe a españoles nacidos en España y el mayor aumento es el originado entre los que no nacieron en España ni en el país de residencia, es decir, no son los hijos de emigrantes anteriores. El caso de EEUU, el principal destino migratorio de los españoles después de Europa y América Latina, muestra con claridad cómo el número de españoles que más ha aumentado es el de los que no nacieron ni en España ni en EEUU sino en otros países. Se trata por tanto de personas que han adquirido la nacionalidad española, en su mayor parte latinoamericanos que emigraron a España y después a EEUU. En conjunto, en 2013 menos de la mitad de los ciudadanos españoles viviendo en EEUU habían nacido en España.
  4. Los latinoamericanos que migraron a España, obtuvieron la nacionalidad española y, a raíz de la crisis económica, abandonaron el país y volvieron a su país de origen o se trasladaron a otro. Las estadísticas los registran como españoles viviendo en el extranjero pero, en la mayoría de los casos, no puede considerárseles emigrantes puesto que viven en su país de origen.
Figura 1. Ciudadanos españoles residentes en EEUU, según el país en que nacieron
Figura 1. Ciudadanos españoles residentes en EEUU, según el país en que nacieron. Fuente: Padrón de Españoles Residiendo en el Extranjero (PERE).

En la cifra de españoles residiendo en América Latina en la actualidad, 1.107.00 según el PERE de enero de 2013, se incluyen antiguos emigrantes españoles más dos tipos de falsos emigrantes: los que nunca han vivido en España pero son descendientes de antiguos emigrantes españoles y los que nacieron en América Latina, emigraron a España, adquirieron la nacionalidad española y luego retornaron a su país de origen. Estos tampoco pueden considerarse emigrantes puesto que viven en el país en que nacieron. Ambos grupos resultan indistinguibles en las estadísticas. Menos de la cuarta parte de los ciudadanos españoles que residen ahora en América Latina nacieron en España. Son un total de 245.000 personas, entre las que se encuentran muchos antiguos emigrantes. Si se comparan estos datos con los más antiguos que permiten diferenciar por país de nacimiento de los residentes en el extranjero –los del 2009– se observa que el número de españoles nacidos en España y residiendo en América Latina apenas ha variado en estos cinco años. En 2009 eran 238.000 personas, es decir, el número ha crecido un 3% (7.000 personas).

Figura 2. Ciudadanos españoles residiendo en América Latina según el país en que nacieron.
Figura 2. Ciudadanos españoles residiendo en América Latina según el país en que nacieron. Fuente: Padrón de Españoles Residiendo en el Extranjero (PERE).

La presencia de los emigrantes latinoamericanos o de otros orígenes (marroquíes en su mayoría) que obtuvieron la nacionalidad española y se desplazaron luego a otros países es también perceptible en Europa, donde forman el grupo que más ha aumentado a raíz de la crisis, un 83%.

Figura 3. Porcentaje de crecimiento del número de españoles en otros países europeos, 2009-2013. Fuente: Padrón de Españoles Residiendo en el Extranjero (PERE).
Figura 3. Porcentaje de crecimiento del número de españoles en otros países europeos, 2009-2013. Fuente: Padrón de Españoles Residiendo en el Extranjero (PERE).

En definitiva ¿cuántos españoles han emigrado tras la crisis?

De las cifras anteriores se deduce que los nuevos emigrantes españoles, los que han abandonado el país a raíz de la crisis económica de 2008 y de la disminución de las oportunidades de empleo, son un grupo muy pequeño en comparación con el conjunto de los individuos con nacionalidad española residiendo en el extranjero. De acuerdo con el PERE, el número de españoles nacidos en España y residiendo fuera sólo ha aumentado en un 6% –40.000 personas– entre enero de 2009 y enero de 2013, es decir, en los años de crisis. Estas 40.000 personas suponen menos del 0,1% de la población española.

Pero podría estar ocurriendo que la cifra real de emigrantes fuera superior a la recogida en las estadísticas españoles puesto que muchos, sobre todo los más recientes, no realizan el trámite de darse de alta en el consulado correspondiente y, por tanto, resultan invisibles estadísticamente como emigrantes. Para evaluar esa posible infrarrepresentación de los españoles en nuestras estadísticas de emigración hemos comparado los datos españoles con los de las oficinas estadísticas de algunos de los principales destinos: Alemania, el Reino Unido, Francia y Suiza. Estos cuatro países recogen el 76% de toda la emigración española a otros países europeos. De acuerdo con esta comparación, las cifras españolas del PERE en algunos casos son sustancialmente mayores que las que recoge el país de destino (es el caso de Francia y Suiza) y en otros son cercanos o casi idénticos (el Reino Unido y Alemania).

Figura 4. Comparación del número de emigrantes según el PERE y la oficina estadística del país de destino

Según el PERE-INE

Según la oficina estadística del país de destino

Alemania

111.731 (1/I/2012)

110.193 (31/XII/2011)

Reino Unido

64.317 (enero 2011)

71.000 (2011)

Francia

169.473 (mayores de 14 años, enero 2011)

100.588 (mayores de 16 años, EPA media año 2011)

Suiza

99.539 (1/I/2013)

69.400 (31/XII/2012)

Fuentes: INE (España); Office for National Statistics (Reino Unido); Statistisches Bundesamt (Alemania); Institute national de la statistique et des études économiques (Francia); y Office Federal de la Statistique Suisse (Suiza).

De esta comparación podemos deducir que las fuentes estadísticas españolas no infravaloran el número de españoles residiendo en el extranjero. Sin embargo, puede estar ocurriendo que muchos españoles estén probando suerte en otros países de forma breve y que no lleguen a asentarse, es decir, a vivir en ellos el tiempo suficiente como para registrarse en sus instituciones. También puede suceder que las cifras de stock oculten un fuerte movimiento, es decir, que muchos emigrantes españoles hayan abandonado el país de destino y hayan sido sustituidos por otros. Esto es lo que parecen sugerir los datos relativos a Alemania y el Reino Unido: aumenta el número de españoles que llega pero no se altera proporcionalmente el de residentes, lo que implica que muchos otros se van. Las salidas de extranjeros desde Alemania supusieron dos tercios de las llegadas de extranjeros en 2011, la mitad en el caso del Reino Unido [1]. De hecho, los emigrantes españoles en algunos de los países europeos son menos hoy que hace unos años. En Suiza, por ejemplo, el número de españoles ha pasado de 77.800 en 2003 a 69.400 en diciembre de 2012 (Office Federal de la Statistique Suisse). En Francia, el recensement de la población de 2008 recogía 257.315 españoles, frente a los 248.324 que recoge en el año 2010. La mayoría de ellos son población inactiva –jubilados– (Institute national de la statistique et des études économiques, de Francia).

En resumen, los individuos de ciudadanía española residiendo fuera de España pueden dividirse de esta forma a partir de los datos del PERE:

  1. Antiguos emigrantes españoles que a lo largo del siglo XX se trasladaron a América Latina y sus descendientes, y latinoamericanos que inmigraron a España, obtuvieron la nacionalidad española y después volvieron a su país de origen: 1.075.000 personas.
  2. Antiguos emigrantes españoles en otros países europeos, y sus descendientes: 606.000.
  3. Antiguos emigrantes españoles en otros países y sus descendientes (EEUU y resto del mundo): 97.000.
  4. Inmigrantes que obtuvieron en España la nacionalidad española y han emigrado después a un país diferente al suyo de origen: 105.000.
  5. Españoles nacidos en España que han emigrado a otros países europeos desde 2009: 20.000.
  6. Españoles nacidos en España que han emigrado a países latinoamericanos desde 2009: 7.000.
  7. Españoles nacidos en España que han emigrado a otros países desde 2009 (EEUU y resto del mundo): 13.000.

En conjunto, esto implica que los españoles nacidos en España sólo representan el 2% del conjunto de ciudadanos españoles que residen en el extranjero.

Figura 5. Desglose de los ciudadanos españoles viviendo en el extranjero.
Figura 5. Desglose de los ciudadanos españoles viviendo en el extranjero.

Conclusiones: La sociedad española ha sido excepcionalmente inmóvil durante las últimas décadas, desde mediados de los años 70, cuando la crisis del petróleo acabó con la ola migratoria que comenzó en los 60. Si la comparamos con las poblaciones de los demás países europeos, veremos que la nuestra apenas ha salido del país y que incluso la movilidad interna, de una provincia a otra, ha sido muy escasa desde los años 80, como han denunciado a menudo los que analizan el funcionamiento de nuestro mercado de trabajo. Es, en definitiva, una sociedad localista, en la que permanecer cerca de la casa familiar de los padres y de los amigos ha sido una prioridad para la mayoría. De hecho, una de las trabas con que se ha tropezado la internacionalización de las empresas españolas ha sido la fuerte resistencia de los empleados a trasladarse a otro país. Incluso la acción exterior del Estado español encuentra esa resistencia de sus funcionarios.

Sólo este sedentarismo puede explicar la alarma actual, que no se entiende en relación con las cifras reales. Según éstas –y parecen fiables– el número de españoles nacidos en España y residiendo ahora en el extranjero sólo ha aumentado en 40.000 personas desde el inicio de la crisis, menos del 0,1% de la población española. Es verdad que esto no incluye a los que salen a buscar un trabajo y vuelven al cabo de unos meses sin haber encontrado lo que buscaban, pero, por definición, sólo son emigrantes los que residen en un país diferente al de su nacimiento. Por otra parte, es cierto también que ha disminuido la población inmigrante en España, en total en 152.000 personas desde el año 2009, lo que supone un modesto 2% sobre el número de nacidos en el extranjero que residían en España en 2009. Pero todavía el número de inmigrantes en España (6.466.000 personas) más que triplica al de ciudadanos españoles viviendo en otros países. Incluso entre los principales destinos de la nueva emigración española post-crisis, como Alemania y el Reino Unido, el número de españoles en edad activa residiendo en ellos es muy inferior al de alemanes o británicos en edad activa en España. Hay 320.000 alemanes y británicos entre 15 y 64 años en España, frente a sólo 132.000 españoles de esas edades en Alemania y el Reino Unido (INE). En resumen, la desmesurada atención que este fenómeno está recibiendo en España sólo es explicable desde una óptica localista, empeñada en ver como drama cada salida laboral al extranjero. Quizá habría que cambiar la óptica y preguntarse por qué no son muchos más los que deciden dar el paso de buscar mejores condiciones salariales o vitales en otros países.

Carmen González Enríquez, investigadora principal de Demografía, Población y Migraciones Internacionales del Real Instituto Elcano

[1] Datos procedentes de la Office for National Statistics (Reino Unido) y de la Statistisches Bundesamt (Alemania) y recogidos por la OCDE en el International Migration Outlook de 2013.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *