En las montañas suena una alarma para el planeta

El cambio climático se está convirtiendo en una realidad diaria para todos nosotros, dado que el calentamiento global ya ha alcanzado 1°C por encima de los niveles preindustriales, a causa de las emisiones de gases de efecto invernadero pasadas y actuales. Estas condiciones ya han afectado profundamente los ecosistemas y las personas en todas partes, y particularmente en las zonas montañosas.

Si los informes recientes de avalanchas e inundaciones no fueran una señal suficiente para demostrarlo, hay nuevas pruebas en las conclusiones de un nuevo informe emitido recientemente por el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC).

El Informe especial sobre el océano y la criósfera en un clima cambiante nos informa de que los glaciares se están retirando en todas las regiones de alta montaña, disminuyendo aproximadamente de medio metro cada año entre 2006 y 2015. En escenarios de altas emisiones, se estima que los glaciares más pequeños situados en Europa, África oriental, Andes tropicales e Indonesia perderán más del 80% de su masa de hielo actual de aquí al 2100. En el ámbito mundial, muchos glaciares desaparecerán para 2100, independientemente del escenario.

Estos cambios están alterando la disponibilidad y la calidad del agua río abajo, pudiendo impactar en sectores como la agricultura y la energía hidroeléctrica. El deshielo rápido también ha aumentado los riesgos como deslizamientos de tierras, avalanchas, desprendimientos de rocas e inundaciones.

La celebración del Día Internacional de las Montañas, el 11 de diciembre, tendría que ser un recordatorio de que la emergencia a la cual se enfrentan estos territorios y sus poblaciones nos afecta a todos, donde sea que vivamos. Las consecuencias amenazan el bienestar de las comunidades del mundo, incluidas los 1.100 millones de personas que residen en zonas montañosas, muchas de las cuales se encuentran entre las más vulnerables del mundo a la pobreza y a la inseguridad alimentaria.

La vulnerabilidad a la inseguridad alimentaria en las zonas rurales de montaña de los países en desarrollo aumentó en un 12% solo entre 2012 y 2017, hasta alcanzar aproximadamente 350 millones de personas. El aumento fue casi el doble en África durante el mismo período.

Muchas poblaciones de montañas dependen directamente de la agricultura para su alimentación e ingresos, y todos dependemos de ellas de alguna manera para obtener beneficios como agua, alimentos, energía y aire limpio. Pero su valor no recae solo en recursos naturales. En muchas culturas, también son pilares de identidad, religión, cultura y recreación.

Desde 2002, está activa la Alianza para las Montañas (*), único marco de las Naciones Unidas que promueve el desarrollo sostenible de tales zonas. Esta alianza incluye 60 Gobiernos y más de 300 organizaciones mundiales que colaboran para hacer frente a esta emergencia y contrarrestar el impacto del cambio climático en las montañas y promover la adaptación.

El informe especial del IPCC refuerza los argumentos para limitar el calentamiento global al nivel más bajo posible, en línea con el objetivo que los Gobiernos se propusieron en el Acuerdo de París de 2015. La reducción urgente de las emisiones de gases de efecto invernadero limitaría la escala de los cambios en el océano y la criósfera y ayudaría a preservar los ecosistemas y los medios de vida que dependen de ellos.

El informe proporciona información científica clave para los líderes mundiales que se reúnen en las negociaciones sobre el clima y el medio ambiente, como la Conferencia de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP25) de este mes en Madrid. Suena la alarma más fuerte en fecha de hoy sobre la necesidad de una acción rápida y coordinada entre Gobiernos, organizaciones, empresas y comunidades para abordar estos cambios sin precedentes y duraderos, en beneficio de todos nosotros. Existe una necesidad urgente de combinar información científica con conocimiento local e indígena para gestionar mejor los riesgos del cambio climático y mejorar la resiliencia de las personas.

Las personas de las montañas pueden ser vulnerables al cambio climático, pero también tienen el conocimiento y el potencial para ayudarnos a todos a adaptarnos a los graves cambios descritos en el informe, debido a su estrecha interacción con los recursos de tierra y agua. El Día Internacional de las Montañas es una ocasión para considerar la relevancia global que tienen para el planeta y colocarlas en el centro de las negociaciones climáticas. También es un recordatorio de que depende de nosotros apoyar acciones para mantenerlas saludables y disfrutarlas de manera sostenible.

Hiroto Mitsugi es subirector general del departamento Forestal de la FAO.


(*) Mountain Partnership o Alianza para las Montañas es una alianza de las Naciones Unidas comprometida con la protección sostenible de las regiones montañosas y la mejora de las condiciones de vida de sus poblaciones. Su secretaría está ubicada en la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura FAO y está financiada por Andorra, Italia y Suiza, y por la FAO.

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