Energía y seguridad en el subcontinente indio

Por Eva Borreguero, profesora de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología, UCM (REAL INSTITUTO ELCANO, 17/11/06):

Tema: El futuro abastecimiento de energía afecta a los intereses vitales de las economías de Asia meridional. Este análisis explora la situación actual y las opciones disponibles para la India y Pakistán en materia energética.

Resumen: Con una tasa media de crecimiento del PIB que ha superado el 7% en los últimos años, India y Pakistán prometen convertirse en países de rápido crecimiento económico. Pero para lograrlo necesitan disponer de abundante energía a precios asequibles. Esa exigencia plantea a los Gobiernos la necesidad de abordar el desafío de la “seguridad energética”, lo que conlleva asegurar el acceso exclusivo y factible a diversas fuentes de energía para garantizar un crecimiento económico sostenido. ¿Cuáles son, hoy por hoy y en un futuro próximo, los suministros de energía disponibles en Asia meridional? ¿Son suficientes para responder a la demanda de sus economías? ¿Con que fuentes alternativas cuentan?

Análisis: Según las estimaciones actuales está previsto que la demanda de energía de la India y Pakistán se duplique, como mínimo, en los próximos 15 años.

India

En el caso de la India, la erradicación de la pobreza requiere un crecimiento anual sostenido del PIB del 8% hasta el año 2031. Para alcanzar estas cifras el Gobierno deberá encontrar fórmulas para diversificar y ampliar el abastecimiento energético.

La India es el sexto consumidor de energía en el mundo. Un 50% del consumo proviene del carbón, un 45% del gas y petróleo, un 2% de la energía hidroeléctrica y un 1,5% de la energía nuclear. Se estima que de los 2 millones de barriles de petróleo gastados por día en 2002 se pasará a 3,2 millones en 2010. El empleo de la electricidad se ha doblado desde 1990. Aun así, los cortes de luz oscilan entre un 11% y un 18% en momentos de mayor demanda y el suministro es discontinuo y de baja calidad. Tampoco hay que olvidar que el gasto eléctrico goza de elevados subsidios para el uso agrícola y doméstico.

La coyuntura actual del sector energético de la India es un obstáculo para el crecimiento económico del país y por lo tanto para los planes de desarrollo social. India tiene un déficit de infraestructuras para la producción y distribución de energía. Un 20% del territorio nacional carece de red de suministro eléctrico y el resto se ve afectado por las irregularidades y la baja calidad del servicio. Asimismo, la a veces mastodóntica presencia de la burocracia estatal puede ralentizar el ritmo de cambios deseable, como lo prueba el que en ausencia de una política integral de energía haya múltiples gestores repartidos entre varios Ministerios (de Energía, Fuentes No-Convencionales de Energía, Petróleo y Gas Natural, Medioambiente y Bosques, y Carbón).

Ante esa situación el Gobierno tiene previsto llevar a cabo una reforma de las infraestructuras que permita responder a la demanda nacional. Entre los distintos proyectos, que incluyen la construcción de gasoductos, oleoductos y terminales de gas, destaca la Vision 2025, un documento publicado por el Gobierno de la India en febrero de 2000 que establece las directrices para lograr un 90% de autosuficiencia en el consumo doméstico del hidrocarburos. El plan resalta la necesidad de incrementar la producción de petróleo y gas mediante la liberalización del sector petrolero –favoreciendo tanto las inversiones privadas indias como las extranjeras– y la inversión en tecnología e I+D.

Figura 1. Fuentes energéticas y su consumo
2005 o, en su defecto, 2004 India Pakistán EEUU España
Carbón (millones toneladas) Reservas

92.445

185.000

246.643

530

Producción

200

1,6

576

6,4

Consumo

213

4

575

21

Petróleo Reservas (miles millones barriles)

6

0,3

29

0,2

Producción (miles barriles/día)

784

62

6.830

31

Consumo (miles barriles/día)

2.485

353

20.655

1.618

Gas natural Reservas (billones m3)

1,1

0,9

5,4

0

Producción (miles de millones m3)

30

30

525

0,3

Consumo (miles de millones m3)

37

30

633

32

Nuclear Consumo (millones de toneladas de equivalente de petróleo)

4

0,6

186

13

Hidráulica Consumo (millones de toneladas de equivalente de petróleo)

22

7

60

5,2

Fuentes: BP Statistical Review of World Energy 2006 yEIA.

Pakistán

Por su parte, Pakistán, además de un déficit energético, presenta un desequilibrio en la composición de su cartera de fuentes combustibles. El 70% de la capacidad energética de Pakistán proviene del petróleo y el gas, que son en su mayoría importados. El carbón representa apenas el 1% del consumo total, a pesar de que el país posee una de las principales reservas de carbón del mundo.

Para poder mantener el ritmo de crecimiento actual la India y Pakistán necesitan diversificar sus recursos energéticos y disponer de fuentes seguras, que en la medida de lo posible sean limpias, sin olvidar las variables medioambientales que afectan al cambio climático.

Las opciones disponibles: el gas natural

El gas natural cuenta con la ventaja de ser una energía limpia y económicamente estable puesto que, en comparación con el petróleo, se encuentra abundantemente repartido por todo el mundo. Asia meridional cuenta con varios proyectos transnacionales de implicaciones sustanciales para el desarrollo de sus economías nacionales.

En el año 2003 Turkmenistán, Afganistán y Pakistán (TAP) firmaron el protocolo para la construcción de un gasoducto que transportaría gas natural desde Dauletabad, en el sudeste de Turkmenistán, hasta los puertos paquistaníes en el Mar Arábigo. Recientemente la India ha expresado su interés por participar en el proyecto y hacerlo extensivo hasta su territorio. Para la India el proyecto TAP ofrece la ventaja de proporcionar nuevas fuentes de gas mientras se llega a una resolución sobre el gasoducto Irán-Pakistán-India (IPI). Si bien el TAP no es una alternativa al IPI, su puesta en marcha se podría realiza con mayor prontitud dado que cuenta con el apoyo del Banco Asiático de Desarrollo. Está previsto que el TAP transporte 100 millones de metros cúbicos de gas por día. Un inconveniente del TAP radica en que el tamaño de las reservas de gas en Turkmenistán, todavía por determinar, podría ser insuficiente para que la inversión resulte rentable. Igualmente, la mayor dificultad para su realización se encuentra en la inestabilidad de la región, con las facciones talibán todavía activas en Afganistán y con la insurgencia balucha de Pakistán. La implicación de Pakistán en el proyecto puede ayudar a Afganistán a lograr la tan necesaria estabilidad política. Para la supervivencia del Estado afgano es vital derrotar a las guerrillas islamistas y debilitar la floreciente economía del opio. A Afganistán el gaseoducto TAP le aportaría unos beneficios de entre 200 y 350 millones de dólares al año por cuotas de tránsito y crearía miles de empleos a largo plazo.

El gasoducto Irán-Pakistán-India se presenta como una opción que satisfaría las demandas indias y paquistaníes. Con una extensión de más de 2.500 km, el gasoducto prevé transportar gas desde Pars (Irán) hasta la India atravesando Pakistán, y costará alrededor de 7.000 millones de dólares. El proyecto beneficiará económicamente a las tres partes implicadas. Pakistán, además de recibir el gas, cobrará por tasas de tránsito. A largo plazo el IPI podría favorecer las relaciones entre la India y Pakistán, al crear unos fuertes vínculos de dependencia y unirlos en una empresa de beneficio común. De hecho, se considera una medida crucial para asentar las bases de una confianza mutua sobre la que construir un proceso de paz permanente.

Por el momento, el proyecto IPI se encuentra paralizado por la  falta de un acuerdo en los precios del gas. La India y Pakistán no coinciden con Irán, que quiere regular el precio del gas según su valor en mercado internacional, mientras que los primeros proponen una valoración fija. Técnicamente el IPI es el gasoducto más viable de todos. Sin embargo, no cuenta con el visto bueno de EEUU. La Administración Bush, en sus esfuerzos por frenar el programa nuclear de Irán, espera que la comunidad internacional colabore y ejerza presión para acabar con las actividades nucleares ilícitas del régimen del presidente Ahmadineyad. En este sentido, si la India siguiese adelante con el plan pondría en peligro sus óptimas relaciones con la potencia estadounidense y el acuerdo logrado entre ambos países para la cooperación en materia nuclear. En sus declaraciones oficiales, el Gobierno de Manmohan Singh ha reiterado una y otra vez que sus buenas relaciones con Irán, y los intereses que de ellas deriven, seguirán adelante. A pesar de ello, la India votó contra Irán en la resolución del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) poniendo en peligro las negociaciones del gasoducto. Posteriormente, Washington suavizó su postura, ya que durante el pasado viaje de George W. Bush a Pakistán el presidente retiró su oposición frontal al acuerdo tripartito, reconoció las carencias energéticas de la India y Pakistán y las disoció de la cuestión nuclear iraní.

Otros proyectos en debate son el gasoducto Myanmar-India (con la posibilidad de que atraviese Bangladesh) y el gasoducto Qatar-India.

Las opciones disponibles: el petróleo

Conforme aumente la demanda mundial de petróleo –acelerada durante la pasada década por las altas tasas de crecimiento de China–, decline la curva de producción de crudo y suban los precios del barril, será más difícil para las economías emergentes competir en el mercado con las grandes potencias económicas. Por esta razón, la India y Pakistán buscarán, por una parte, reducir su dependencia energética del crudo y, por otra, forjar una diplomacia del petróleo que proteja sus intereses.

En el caso de la India, la dimensión internacional de su agenda energética incluye la importación de tecnología extranjera, la adquisición de activos en empresas de exploración y producción, y la participación en proyectos (refinerías e industrias petroquímicas) de terceros países. Entre los intercambios mas importantes destacan los realizados con los países del Golfo (más concretamente con Arabia Saudí), China, las repúblicas de Asia Central, Nigeria y Sudán.

Tras la visita a la India del rey de Arabia Saudí, Abdul Bin Aziz, en enero de 2006, los dirigentes de ambos países acordaron reforzar sus vínculos en materia de seguridad energética. El acuerdo se materializará con la inversión en proyectos petroquímicos y la participación de la India en el desarrollo del sector de gas saudí.

En abril de 2005 los Gobiernos de Delhi y Pekín firmaron una declaración conjunta por la que ambos países se comprometían a cooperar en materia de seguridad energética, lo que incluye la exploración, producción y distribución conjunta de recursos petrolíferos y de gas natural.

La cooperación de la India con Nigeria es reciente y consiste en ayudar a ese país a rentabilizar su potencial de hidrocarburos con la finalidad de promocionar el desarrollo económico. También cabe destacar que Nigeria es el segundo proveedor de petróleo de la India.

En Pakistán la reducción de la dependencia petrolífera debe ser llevada a cabo cuanto antes. El consumo de energía muestra un desequilibrio a favor del gas y del petróleo importado, y un déficit de carbón que se hace más patente si tenemos en consideración el potencial de los recursos carboníferos.

Las opciones disponibles: el carbón

En cuanto al carbón, los últimos informes publicados por las autoridades paquistaníes el pasado mes de septiembre revelaron la existencia de ingentes reservas de carbón en la región del desierto del Thar: 185.000 millones de toneladas, que hacen de Pakistán el segundo país del mundo con reservas carboníferas, detrás de EEUU (247.000 millones de toneladas) y por delante de Rusia y China (con 157.000 y 115.000 millones, respectivamente). Hasta ahora, Pakistán sólo ha utilizado un 2% de sus reservas de carbón. El reciente descubrimiento, que precisa de una inversión de 4.000 millones de dólares para su explotación, permitirá al país corregir su balanza energética mientras las opciones de los gasoductos, por ahora paralizadas, se resuelven en una u otra dirección.

Las opciones disponibles: la energía nuclear

A diferencia de los combustibles fósiles, la energía nuclear no contribuye al calentamiento de la atmósfera y es renovable. El desarrollo de la energía nuclear presenta más ventajas para la India que para Pakistán. El acuerdo firmado recientemente entre EEUU y la India en materia de cooperación nuclear, pendiente de ratificar por el Congreso estadounidense, proporcionará a la India grandes beneficios. Le permitirá tener acceso permanente a combustible como el uranio y a la compra de tecnología nuclear para producir electricidad. Asimismo, la India mantendrá la soberanía sobre sus reactores militares a cambio de abrir sus reactores civiles a las inspecciones del OIEA. Para sus defensores la opción nuclear presenta diversas ventajas: no genera contaminantes de la atmósfera u otros gases que agraven el efecto invernadero; los residuos que producen son inferiores; el coste del combustible es menor; y el transporte y almacenamiento son más manejables. La principal objeción se encuentra en la naturaleza del acuerdo. De llevarse a cabo daría al traste con más de treinta años del Tratado de No Proliferación Nuclear, que la India –potencia nuclear– nunca firmó, y cuestionaría las presiones ejercidas contra Irán y Corea del Norte por sus programas nucleares.

En el caso de Pakistán, el escándalo del Dr. A.Q. Khan, el padre de la bomba nuclear paquistaní, ha despertado en Occidente enormes dudas acerca del papel desempeñado por las autoridades paquistaníes en la proliferación nuclear internacional. En el año 2004 A.Q. Khan confesó haber montado una red de supermercado negro de tecnología nuclear que permitió la proliferación a países como Libia e Irán. A raíz de la gira de Bush por Asia meridional, Washington dejó claro que por ahora Pakistán no gozaba de su confianza para éstas cuestiones. Islamabad ha reaccionado poniendo, una vez más, su mirada en China, y buscará formas alternativas de igualar el acuerdo firmado entre EEUU y la India. Reforzar el eje sino-pakistaní es una opción que Islamabad tantea ocasionalmente. La construcción del puerto de Gawadar apunta en esta dirección. Construido con ayuda financiera y técnica de China, conectará con una autovía vertebral que atravesará Pakistán hasta llegar al oeste de China. No obstante, el alcance de estas relaciones bilaterales está de antemano limitado por las ventajas que derivan para Musharraf, y para el estamento militar en general, de su alianza estratégica con EEUU. Ventajas de las que, hoy por hoy, no pueden prescindir.

Conclusiones: De cara al previsible crecimiento de sus economías, tanto la India como Pakistán necesitan aumentar y diversificar sus fuentes de recursos energéticos. El diseño de las políticas energéticas puede acarrear una competencia de carácter conflictivo, como ocurre en el caso de la energía nuclear y sus implicaciones armamentísticas, o puede favorecer la creación de un marco de cooperación y estabilidad. Esta última opción se fortalecería con la construcción de gasoductos para el transporte y suministro de gas desde Oriente Medio y Asia central. No obstante, en un futuro inmediato ni la energía nuclear ni el gas natural van a poder satisfacer la totalidad de la demanda creciente. La explotación del carbón y del petróleo seguirán siendo dos pilares en el abastecimiento energético.