España, año 0

Cuando Steve Jobs lanza al mundo su revolucionario Macintosh, lo hace con el spot 1984, considerado por muchos el mejor anuncio publicitario de la historia. En él se ve a una joven (Apple) perseguida por la policía del pensamiento orwelliano en su carrera hacía una pantalla en la que el Gran Hermano (IBM) está pronunciando un discurso hipnótico, alienante y totalitario, ante una audiencia robotizada. La joven, que porta un mazo (Macintosh), lo lanza contra la pantalla haciéndola añicos, empezando así la revolución que terminará con su control.

Este domingo, el presidente Sánchez oficiaba una vez más su tradicional homilía a la gente (antes, ciudadanos) cuando volvió a susurrar por enésima vez, entre seductor y doliente, su inquietante mantra habitual. Ese que se ha convertido en el santo y seña de la pandemia.

Lo sorprendente es que tampoco en esta ocasión se despertó el gigante que suponíamos yacía dormido en el subconsciente de toda una generación: la generación que visionó extasiada ese icónico anuncio de Apple y que llegó a creer que nosotros sí estábamos preparados para detectar y resistir cualquier intento de alienación. O, al menos, uno tan burdo que, lejos de disimular, hasta se presenta bautizado: la “Nueva Normalidad”.

Pero lo cierto es que en los periódicos nadie informó de que se hubiese desatado un ataque colectivo contra las pantallas de los televisores en los hogares de la mediana edad. Los almuerzos caseros siguieron su curso, sin que nada parecido a un martillo de fragua hubiese sido lanzado contra el plasma. Por tanto, tampoco esta vez el esperado reflejo pavloviano llegó a producirse.

Sin embargo, sí había motivos para ello. Basta con repasar lo ocurrido desde el 10 de noviembre pasado para concluir que no sólo es inquietante la expresión acuñada por nuestro Orwell castizo, sino sobre todo el futuro que éste parece querer adelantar con ella.

Muchos son los Hechos Fundacionales de la Nueva Normalidad que se nos anuncia, pero entre todos ellos quizás merezcan destacarse seis. Son los que dejan entrever los que probablemente serán los grandes Principios Fundamentales del Nuevo Movimiento Sanchista. Por su orden:

Primer Hecho Fundacional: Pedro Sánchez se convierte en presidente del Gobierno comprando el apoyo de los independentistas catalanes, PDeCAT y ERC, al precio -entre otros- de aceptar una Mesa de Diálogo Gobierno-Generalitat sobre la independencia de Cataluña, estrictamente bilateral y extraparlamentaria.

Principio I: la soberanía nacional reside en el pueblo español, representado por las Cortes Generales, del Ebro para abajo; y reside en Sánchez, Torra y Junqueras, representados por la Mesa de Diálogo, del Ebro para arriba.

Segundo Hecho Fundacional: la abogada general del Estado cesa al abogado del Estado-jefe del Departamento de Penal por negarse a maquillar los hechos del procés eliminando del escrito de acusación toda referencia a la violencia.

Principio II: So pena de cese y ostracismo, todo funcionario debe lealtad incondicional al Gobierno, por encima del respeto a la verdad y a la justicia.

Toda campaña de autopromoción del Gobierno se justifica por el fin de la debida educación política de la gente

Tercer Hecho Fundacional: desde el 3 de febrero, el Gobierno recibe reiterados llamamientos de la OMS y de la UE en los que se le urge a proveerse de material sanitario para hacer frente a una pandemia que, según ya se alertaba, estaba a las puertas; pero el Gobierno no sólo desoye los avisos, sino que alienta incluso las manifestaciones multitudinarias del 8-M.

Principio III: toda campaña de autopromoción del Gobierno se justifica por el fin de la debida y necesaria educación política de la gente, incluso a riesgo de su salud y vidas.

Cuarto Hecho Fundacional (éste, en tres tiempos): minuto 1, PSOE y Podemos pactan con Bildu, como primer punto de un acuerdo formalizado por escrito y firmado, “derogar de manera íntegra la Reforma Laboral del año 2012” a cambio de la abstención de esta última en la votación de la quinta prórroga del estado de alarma; minuto 2, mediante una “nota aclaratoria”, el PSOE revoca unilateralmente el carácter íntegro de la reforma; y minuto 3, el PSOE arguye que no ha modificado unilateralmente el acuerdo, sino que tan sólo lo ha aclarado, y ello a pesar de que en la nota se dice -y cito literalmente- que “se anula el punto primero de dicho acuerdo”.

Principio IV, apartado 1º: queda declarada la naturaleza líquida de las palabras, de modo que éstas serán a sus significados lo que los percheros a los abrigos, con la sola diferencia de que el Gobierno será el único que pueda decidir qué abrigo colgar y por cuánto tiempo; y

Principio IV, apartado 2º: si así lo dictase el supremo interés de su conveniencia política, el Gobierno se reserva el derecho a pactar con los herederos de los asesinos de sus compañeros de partido (y de las demás víctimas masacradas, mutiladas o secuestradas), sin exigirles a sus aliados condena alguna de los actos de sus mayores.

Quinto Hecho Fundacional: el ministro del Interior ordena cesar al superior al mando de unos guardias civiles que operaban como Policía Judicial en la instrucción de una causa contra un alto cargo del Gobierno, porque aquél se negó a incumplir la ley trasladándole el contenido del informe elaborado por sus subordinados, que estaban sujetos a un imperativo deber de secreto.

Principio V: por encima del principio constitucional de la separación de poderes y de la prohibición legal de revelación de secretos, la Policía Judicial tiene el deber de alertar al Gobierno de toda investigación que pueda perjudicarle, con la antelación necesaria para poder abortarla.

Espero que Ciudadanos, plagado de héroes forjados en luchas admirables, haya acertado en su interpretación

Sexto Hecho Fundacional: bajo la actual fiscal general del Estado (anterior ministra de Justicia del presidente que declaró que “la Fiscalía depende del Gobierno”), el Ministerio Público ha pedido el archivo de la causa abierta contra el delegado del Gobierno en Madrid por la manifestación del 8-M y ha abierto la puerta para que el responsable máximo de los Mossos d´Esquadra, inicialmente acusado de rebelión, sea condenado únicamente por desobediencia, sin pena alguna de cárcel.

Principio VI: El Ministerio Fiscal tiene por misión promover la acción de la justicia en defensa del Gobierno, de los intereses de los partidos políticos que lo sostienen y del interés particular que en cada caso convenga, así como velar por la dependencia de los Tribunales y procurar ante estos la satisfacción del interés superior de la impunidad del presidente.

Dibujado el escenario que, poco a poco, van construyendo los hechos que nos asaltan todos los días desde los periódicos, se impone volver, una vez más, al maestro Ihering: “la actitud de un hombre o de un pueblo en presencia de un atentado cometido contra su derecho es la piedra de toque más segura para juzgarle”. Y se impone igualmente concluir que, si la reacción del pueblo agredido es “no querer ver”, su actitud será el camino más seguro para que el gobernante, sintiéndose impune, prosiga su demolición.

Cs ha venido apoyando decididamente todas las prórrogas del estado de alarma solicitadas por el presidente Sánchez. Y siempre ha fundamentado sus síes en razones de moderación, responsabilidad, prudencia y utilidad, esta última concretada en las concesiones de Sánchez relativas, según se nos dice, a la ampliación del plazo para pagar los impuestos, los programas de formación para el sector turístico, el fomento del teletrabajo o la promoción del uso de la videoconferencia en la relación de los contribuyentes con Hacienda.

Espero que Ciudadanos, plagado de héroes forjados en luchas admirables contra Leviatanes diversos, haya acertado en su interpretación de qué es lo que más conviene al interés de los españoles y a la causa de su libertad.

Pero no sería del todo sincero si no confesase que, cuando oigo la entusiástica relación de los meritorios logros conseguidos por los naranjas, no puedo dejar de pensar en aquellas famosas fotos del vecino que, con su mirada concentrada en el suelo, pasa meticulosamente el cortacésped sobre su pequeño jardín, parándose al final de cada tramo para contemplar orgulloso el trabajo realizado... pero sin percatarse de que, un poco más allá de su valla, un tornado se acerca a toda velocidad.

Marcial Martelo de la Maza es abogado y doctor en Derecho.

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