España como puerto de entrada para China

China se ha convertido en una potencia económica y política a lo largo de los últimos años. Los organismos internacionales registraron esta conmoción haciéndole un hueco cada vez más importante en sus órganos de decisión, como por ejemplo el Fondo Monetario Internacional, o dándole puestos clave, como el del economista jefe en el caso del Banco Mundial. No hay tema de la agenda política y económica global en la cual hoy en día China no sea imprescindible. El auge del este país representa, sin duda, uno de los grandes cambios mundiales que estamos presenciando en el marco de esta masiva redistribución de las riquezas y los poderes hacia los países emergentes.

La visita que realiza estos días a España Li Keqiang, el delfín del primer ministro chino, ha puesto de relieve, una vez más, la importancia creciente del gigante asiático para todas las economías del mundo, incluidas las europeas y la española. Paradojas de la historia: ahora son las economías emergentes, como la china, las que se han convertido en salvavidas de muchas de las economías desarrolladas. Desde la crisis global de 2008, no hay gira financiera para vender deuda soberana que no pase por Beijing. En el caso de España, la visita nos recuerda, de hecho, que China ya posee cerca de 20% de los bonos colocados por el Tesoro español, un monto equivalente a 43.000 millones de euros.

Esta visita también invita a pensar en la oportunidad para España de establecer una relación estratégica con China, posicionando al país como un hub de entrada hacia Europa y América Latina de la potencia asiática. Es una idea que hemos desarrollado en un ESADE Position Paper publicado por el Centro de Economía Global y Geopolítica de ESADE, a partir de una reunión del Club España 2020, una plataforma que busca fomentar el diálogo entre altos directivos españoles ubicados en la Península y los que están fuera del país en puestos clave de muchas multinacionales europeas y estadounidenses.

Las empresas chinas acaban de cerrar importantes operaciones con empresas españolas a lo largo de 2010. Esto representa una oportunidad para fomentar que algunas de ellas localicen sus sedes corporativas europeas (e incluso latinoamericanas) en España. En octubre 2010, la petrolera Sinopec entró en el capital de Repsol Brasil, adquiriendo un 40% de esta. Un mes antes, BYD (Build Your Dreams), uno de los líderes mundiales en el sector de las baterías eléctricas (que será clave para la industria del coche eléctrico en el futuro), firmaba un acuerdo con el grupo vasco Bergé para su distribución en España. También en octubre de 2010, el presidente de Endesa, y el de BYD, firmaban un acuerdo de colaboración. Actualmente, otro grupo de automóvil chino importante, Chery, busca también expandirse en Europa y en América Latina. En 2010, China ha decidido instalar una planta industrial en Brasil y tiene un proyecto para Europa, posiblemente en España (Cataluña). Por su parte, la entidad china ICBC ha decidido abrir oficinas en España para competir en la banca minorista.

Se trata de uno de los mayores bancos chinos con casi 400.000 empleados y una capitalización bursátil que roza los 170.000 millones de dólares. Tiene 18.000 sucursales en todo el mundo y presencia en 110 países. La sucursal española dependerá, por ahora, de la filial que el banco chino tiene en Luxemburgo.

Todas estas operaciones abren una ventana de oportunidad para que algunos socios chinos localicen en España sus sedes europeas (y/o europeas y latinoamericanas). Para ello, se podría llevar a cabo una acción concertada público-privada, entre Gobierno y empresas. Por ahora, las multinacionales chinas no tienen ubicadas en España ninguna de sus sedes corporativas internacionales, sea para Europa o para América Latina. Sinopec, por ejemplo, tiene varias filiales con sedes en Europa, principalmente en Londres. No tiene tampoco por ahora sede integrada para Europa y/o América Latina. La operación con Repsol YPF presentaría una oportunidad única para que esta empresa establezca en Madrid su sede europea, al igual que ha hecho años atrás otra multinacional emergente, la mexicana Pemex, también accionista de la española. Además, por las vinculaciones de Repsol YPF con América Latina, Madrid podría también ser el lugar donde ubicar la sede operativa para Latinoamérica.

En el caso de BYD, la filial europea está en Rotterdam: ¿por qué no imaginar que la trasladen a España? Además de facilitar desde esta base la expansión hacia Europa, los socios españoles de BYD podrían ofrecer la expansión hacia América Latina, haciendo valer su conocimiento de la región. La decisión de reubicar la sede europea está actualmente abierta: por ahora, se considera Alemania como posible localización, tras el cierre en 2010 de un acuerdo entre BYD y Daimler, en Stuttgart. La multinacional está en cualquier caso buscando una base europea para potenciar sus ventas en el continente. En 2010, BYD ya eligió Los Ángeles como sede para América del Norte. El Grupo Bergé tiene, además, amplias conexiones con América Latina: ¿por qué no ubicar no solo la sede europea, sino también latinoamericana de BYD en España, pudiendo ser Bilbao o Madrid los centros operativos?

Además de BYD, Bergé Automoción es el distribuidor en España de otros grupos de automóvil chinos, Chery y Geely, ambos también en plena expansión internacional. Chery acaba de entrar, en 2010, en Brasil, convirtiéndose así en el primer grupo automovilista chino en invertir en ese país (400 millones de dólares).

La empresa estudia igualmente realizar una inversión en Europa Occidental, pudiendo hacerse en Cataluña. Barcelona acogerá, en junio de 2011, la primera edición de China at Barcelona Summit, una cumbre promovida por ESADE y la Cámara de Comercio de Barcelona para promover inversiones chinas. ¿Por qué no imaginar que además de una planta industrial Chery instale también en Barcelona su sede europea e incluso latinoamericana?

A estos ejemplos podríamos añadir más: los de China Investment Corporation, el fondo soberano chino, que busca actualmente una sede internacional en Europa; los de los suministradores de la industria de telecomunicaciones, Huawei y ZTE, que tienen sus sedes europeas en Londres y París, pero concentran en España uno de sus mayores clientes globales (Telefónica); Hutchinson, que ha invertido 400 millones en el puerto de Barcelona; Citic, el socio chino estratégico de BBVA, que tiene varias filiales, en particular las de gestión de activos, que podrían abrir oficinas en Madrid para distribuir fondos chinos en Europa e incluso utilizar esta plataforma también para América Latina.

España tiene muchas bazas en sus manos para reposicionarse internacionalmente. La apuesta por los mercados emergentes es, sin duda, una de ellas. Muchas de las empresas españolas se han proyectado de manera magistral hacia ellos. Esto también se convierte en un activo estratégico para que el país pueda aspirar a convertirse en un eje central para la expansión de estas multinacionales emergentes, incluso las chinas.

Javier Solana y Javier Santiso, presidente y director, respectivamente, del ESADE Centre for Global Economy and Geopolitics.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *