España se enfrenta a la pérdida de una generación de jóvenes investigadores

Hoy, 28 de noviembre, nace oficialmente el grupo de trabajo Aseica-Joven. Estoy emocionada, ilusionada y orgullosa a la vez que alarmada y preocupada, muy preocupada. Explicó el porqué de estos sentimientos encontrados.

Hace poco más de un año, desde la Asociación Española de Investigación sobre el Cáncer (Aseica), impulsamos ilusionados la creación del grupo de trabajo Aseica Joven con el fin de orientar, visibilizar y defender el trabajo de los investigadores en oncología más jóvenes del país. Aseica-Joven esta formada por estudiantes de doctorado, postdoctorales y líderes de equipos de investigación emergentes. Una de nuestras primeras iniciativas ha sido la puesta en marcha de campañas que reflejen el éxito de nuestros jóvenes investigadores en cuanto a la obtención de financiación para sus proyectos de investigación en convocatorias muy competitivas tanto nacional como internacionalmente.

Confieso que me emocioné al ver muchas caras conocidas de mi época de estudiante entre los galardonados. Además, en el contexto del II Simposio Educacional de Aseica celebrado estos días en Madrid, hemos impulsado un concurso de vídeos con los que estudiantes de doctorado explican de forma sencilla y muy divulgativa sus proyectos de investigación. Estoy encantada al ver que la ciencia joven está motivada, comprometida e ilusionada con su trabajo. ¡Hasta nos han llegado vídeos en los que han colaborado ilustradores gráficos para hacer un cómic! Esto indica que, pese a las dificultades a las que nos enfrentamos, las vocaciones científicas siguen vivas y activas en nuestro país. Esto es un motivo de orgullo y de esperanza puesto que indica que la cantera de científicos, nuestro futuro a corto plazo, sigue ahí con ganas de hacer cosas e inmune al desánimo.

Estos sentimientos positivos se mezclan, sin embargo, con otros de alarma y de preocupación. Desde Aseica llevamos mucho tiempo alertando de la situación de deterioro en la que se encuentra nuestro sistema científico, en donde el retroceso de los fondos destinados a nuestro sistema de I+D+i han retrocedido a los niveles existentes hace quince años. Sí, no es una errata: quince años. Estos datos me alarman especialmente ya que ponen en riesgo la viabilidad de nuestra ciencia joven. Sí, esa misma que estaba viva y se movía sólo unas líneas más arriba. Con este escenario de precariedad, España se enfrenta a la posible pérdida de toda una generación de jóvenes investigadores en cáncer, científicos brillantes, comprometidos y motivados. Pero Aseica-Joven sigue moviéndose porque, sí también, nos negamos a asumir que estos nubarrones no puedan ser combatidos.

Aprovechando la puesta de largo de Aseica-Joven estos días, hemos presentado un documento que refleja la situación en la que nos encontramos muchos investigadores jóvenes. La Radiografía del joven investigador en España es el resultado de una encuesta realizada por Aseica a investigadores menores de 40 años que trabajan dentro y fuera de nuestras fronteras con el fin de conocer sus preocupaciones y expectativas de futuro.

Empiezo a leer los resultados y la verdad es que, inicialmente, pintan bien. La totalidad de los jóvenes profesionales que investigan en cáncer ha trabajado o trabajará fuera de España durante los primeros años del desempeño de su carrera. La formación en el extranjero es una experiencia muy positiva y enriquecedora tanto a nivel profesional como personal. Sin embargo, el 90% de los investigadores españoles que está trabajando actualmente fuera de nuestras fronteras piensa que no podrá volver a trabajar en España en un futuro próximo. Estoy devastada. Devastada porque me viene a la cabeza el momento en el que, estando en Inglaterra y lejos de mi familia, me ofrecieron un puesto de investigadora para volver a España. Uno de los momentos más emocionantes de mi vida, sin duda. Y pensar que el 90% de los jóvenes investigadores han perdido la esperanza de poder sentir esa emoción, me preocupa y mucho.

Las respuestas de los investigadores que trabajan en nuestro país también han acentuado mi preocupación. El 48% de ellos no cree que el futuro de su línea de investigación esté asegurada y piensa que, si quiere continuar trabajando en investigación, tendrá que hacerlo seguramente fuera de nuestro país. Los miles de puestos de trabajo desaparecidos en los últimos años, la escasa y devaluada convocatoria de empleo público, el deterioro gradual de los sueldos, la pérdida de autonomía laboral y la degradación de las condiciones laborales que se han producido a lo largo de estos quince años representan en la actualidad, una auténtica espada de Damocles que pende sobre los hombros de todos las generaciones de científicos jóvenes de nuestro país.

Hace poco más de un mes asistí a un curso de liderazgo. En él nos insistieron mucho en que un buen líder no puede motivar a su equipo, ya que tiene que ser el equipo el que se motive. El papel del líder es trabajar en NO desmotivar al equipo y darle las herramientas necesarias para ello. Una de las conclusiones que extraigo de los datos que os he presentado es que los jóvenes científicos están empezando a desmotivarse, por tanto están dejando de moverse. No podemos ni debemos permitirlo. Aseica-Joven se ha creado para no conformarse con esta situación y luchar para que cambie. No es tan difícil, si pensamos el pequeño porcentaje de financiación que se requeriría para conseguirlo. Es cuestión de que los líderes del país se conciencien y tomen, ya, cartas sobre el asunto.

Y yo me pregunto, ¿dónde está el líder? Lamentablemente, es una de las pocas preguntas que la ciencia no puede responder.

Verónica Torrano es investigadora UPV/EHU, investigadora asociada CICbioGUNE y miembro de Aseica-Joven.

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