España, socio de América Latina en agua y saneamiento

En los últimos quince años, los países de América Latina y el Caribe han hecho grandes esfuerzos por aumentar los niveles de cobertura de agua y saneamiento.Gracias a la cooperación española y al liderazgo de sus empresas del sector, 1.8 millones de latinoamericanos y caribeños tienen acceso a algo que en un hogar de Madrid, Sevilla o Las Palmas se daría por descontado: agua segura. En buena medida, esto fue posible por la adopción de los Objetivos de Desarrollo del Milenio de la ONU, entre los cuales figuraba la meta de reducir a la mitad, entre los años 1990 y 2015, la población que no tenía acceso a una fuente mejorada de agua y a saneamiento adecuado.

Era necesario invertir millones de euros para lograr este objetivo, sabíamos que el impacto en la calidad de vida de los beneficiarios superaría con creces la inversión inicial. Con el fin de apoyar los esfuerzos de los gobiernos latinoamericanos, España creó el Fondo Español de Cooperación para Agua y Saneamiento en 2007 con una aportación de 800 millones de euros. Hoy, este fondo tiene una cartera de proyectos por valor de más de 1.300 millones de euros en 19 países de la región.

Es difícil exagerar el efecto catalítico de este fondo, que contribuyó a un salto en el acceso a fuentes seguras de agua de 85% en el año 1990 a 94% en el año 2012. En materia de saneamiento también se lograron significativos avances durante este período, pasando del 67% al 82% de la población con acceso (apenas dos puntos porcentuales por debajo del objetivo propuesto). Sin embargo, estos logros esconden grandes inequidades que todavía existen en el interior de algunos países, como entre poblaciones urbanas y rurales o familias de mayores o menores ingresos. Por ejemplo, el 70% de los hogares que aún carecen de agua potable corresponden a los dos quintiles más pobres de la población, así como el 85% de los que carecen de saneamiento adecuado.

La nueva agenda que marcarán a partir de este año los Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS), sucesores de las metas previas de la ONU, plantea nuevos desafíos para un sector que ya tiene que lidiar con el crecimiento exacerbado de nuestras ciudades y el impacto del cambio climático en una región de por sí muy vulnerable a los desastres de origen natural.

Por ejemplo, teniendo en cuenta el crecimiento poblacional proyectado, para alcanzar la cobertura universal para el año 2020 en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) estimamos que se requerirán 20.000 millones de euros. Para universalizar el servicio de saneamiento, habría que invertir otros 38.000 millones de euros.

Por otra parte, los nuevos objetivos bajo discusión van mucho más allá de la cobertura y pasan a considerar aspectos como la gestión y eficiencia de los servicios, la calidad del agua, la protección del recurso hídrico, el tratamiento y reúso de aguas residuales, el nexo agua-energía-seguridad alimentaria y la protección de ecosistemas.

En el BID, gestor de una importante porción de los recursos del Fondo Español, estamos seguros de que el ejemplo de cooperación brindado por España puede servir de modelo para otros países donantes interesados en ayudar a nuestra región a alcanzar estas nuevas metas. Además de ampliar y modernizar la infraestructura de agua y saneamiento, los proyectos que financiamos conjuntamente con el Fondo Español están teniendo un impacto en el conjunto del sector, mejorando sus políticas, sus normas, sus estrategias y su planificación, así como reforzando las capacidades de gestión de las entidades responsables de operar y fiscalizar los servicios.

Para el BID, hay un antes y un después del Fondo Español en materia de agua y saneamiento en América Latina y el Caribe. Sólo sumando esfuerzos entre actores, compartiendo herramientas y metodologías, definiendo un diálogo conjunto con nuestros países e integrando a las comunidades en los proyectos podemos aspirar a que nuestras inversiones tengan los resultados deseados de una mejor calidad de vida para nuestra gente. Porque, aunque los presupuestos de las obras se midan en euros, su efecto en la salud de las personas, su productividad y su dignidad nos demuestra que España es mucho más que un donante para América Latina. Es un socio estratégico con visión y corazón.

Luis Alberto Moreno es presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

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