España y Marruecos: una relación estratégica

En estos días en que Marruecos celebra el 20 aniversario de la llegada al trono de Mohamed VI, quiero transmitir mi felicitación al Rey, al Gobierno y al pueblo de Marruecos por los avances alcanzados.

Quiero, asimismo, aprovechar esta oportunidad para reiterar mi compromiso para seguir avanzando en todos los aspectos de nuestras relaciones bilaterales y en nuestra cooperación regional y multilateral. Lo hago desde la convicción de que España y Marruecos son, hoy más que nunca, dos países unidos por múltiples vínculos, no solo en el presente, sino con una relación estratégica y que se proyecta hacia el futuro.

España y Marruecos representan hoy un excelente ejemplo de cómo nuestra vecindad, con sus condicionantes geográficos e históricos, puede convertirse en una relación intensa y fructífera entre dos países amigos, que han sabido establecer y reforzar un sentimiento de mutua confianza.

Marruecos es hoy uno de los socios más importantes de España. La estrecha relación que nos une se articula en torno a una tupida red de intereses compartidos a los que mi Gobierno ha dedicado una atención prioritaria en el último año.

España mira a Marruecos como un país hermano y socio estratégico de primer orden. Juntos compartimos prosperidad y seguridad. Y favorecemos decididamente la estabilidad en el Mediterráneo occidental. Apoyaremos a Marruecos en sus relaciones con la Unión Europea y proyectaremos el dinamismo de los intercambios económicos, sociales y culturales de nuestras sociedades en todos los ámbitos.

En estos meses he visitado el país en dos ocasiones. Lo hice en noviembre de 2018, en visita oficial y con motivo de la celebración de la Conferencia de Naciones Unidas sobre Migraciones en Marrakech. Además, en el mismo periodo tuvo lugar el viaje de Estado de Sus Majestades los Reyes. Con ocasión de estos viajes se han firmado numerosos acuerdos en diversas materias que llenan de contenido y concreción los profundos lazos de todo tipo que nos unen.

Nuestra cooperación en materia migratoria y de lucha antiterrorista constituye un ejemplo modélico en el entorno europeo. Su fundamento es la confianza bien asentada, el respeto mutuo y la comunicación permanente. Este excelente nivel de colaboración resulta clave para garantizar nuestra seguridad y para luchar conjuntamente contra cualquier amenaza que pueda percibirse en el ámbito regional o internacional.

Marruecos ejerce un papel de liderazgo internacional en materia migratoria. Y los esfuerzos de las autoridades marroquíes por hacer frente a uno de los principales retos globales que compartimos, la migración irregular, debe ser reconocida. Así lo he hecho en cuanto he tenido oportunidad, especialmente en el ámbito europeo. Fruto de esa labor, durante la primera mitad de este año, el número de entradas irregulares se ha reducido un 33%. Y el número de entradas en patera se ha reducido por primera vez desde el año 2013.

Los buenos resultados del trabajo conjunto —fundado sobre el principio de responsabilidad compartida— y la convicción de que la migración irregular es un desafío global que requiere respuestas coordinadas, no hacen sino afianzar nuestro compromiso de seguir colaborando junto a Marruecos en la lucha contra las redes de tráfico de personas y el crimen organizado, así como en el desarrollo de nuevos cauces de migración regular.

España ha extendido esta visión en el ámbito institucional europeo. Y por ello mi Gobierno ha impulsado, ante nuestros socios y las instituciones comunitarias, la definición de un nuevo marco de cooperación política y financiera. Un marco estable y horizonte de largo plazo entre la Unión Europea y Marruecos. Estamos comprometidos con el establecimiento de un nuevo esquema de relaciones, que refleje fielmente el papel clave que ejerce Marruecos en múltiples cuestiones prioritarias para la Unión Europea.

Muestra de ello ha sido la implicación activa de España en la negociación y posterior aprobación del Acuerdo Agrícola y del Acuerdo de Pesca entre la Unión Europea y Marruecos. Además, nuestros esfuerzos han ayudado a desbloquear un paquete de 140 millones de euros adicionales del Fondo Fiduciario para África en materia de control de fronteras en Marruecos. Del mismo modo, también hemos contribuido a que la Declaración Conjunta del Consejo de Asociación entre la Unión Europea y Marruecos, del pasado 27 de junio, recoja el compromiso de relanzar las relaciones para establecer un “partenariado euro-marroquí de prosperidad compartida”.

Con todo, es preciso seguir trabajando en un marco de mutuo beneficio y para que Marruecos tenga la mejor y más estrecha relación posible con la Unión Europea.

La relación económica y comercial entre España y Marruecos ha ido ampliándose de manera constante hasta consolidar a mi país como el principal socio comercial de Marruecos. Así lo acredita el hecho de que el conjunto de las exportaciones e inversiones entre nuestros países ya supongan el 15% del PIB de Marruecos.

Por nuestra parte, deseamos que Marruecos se consolide como el primer destino de la inversión española en África —ahora recibe más de un tercio de la inversión española en el continente—, y buscamos reforzar la presencia española en sectores estratégicos como la energía. Una de nuestras prioridades para los próximos meses será culminar el desarrollo de una tercera interconexión eléctrica entre ambos países, para lograr una mayor seguridad de suministro.

Las acciones políticas y económicas entre España y Marruecos son muy dinámicas y tienen una gran proyección, pero el núcleo de nuestras relaciones está sostenido por los fuertes vínculos humanos y culturales entre ambos países, el sentimiento de proximidad de nuestras sociedades, los flujos de estudiantes, artistas, educadores y turistas, la corriente de amistad, el sentimiento de respeto y creciente conocimiento entre nuestros pueblos.

A día de hoy, los marroquíes constituyen la primera colonia de ciudadanos extranjeros residentes en España, con casi un millón de personas, si se computan las dobles nacionalidades. Esta realidad nos exige un esfuerzo especial y constante para favorecer los espacios de comunicación y acercamiento entre nuestras culturas y nuestras comunidades.

España y Marruecos han construido una sólida relación de amistad y cooperación. Y debemos proseguir con una agenda exigente de proyectos conjuntos que conduzcan a una mayor prosperidad de nuestras sociedades, y que contribuyan a la estabilidad de la región del Mediterráneo Occidental.

Marruecos es un socio de presente y de futuro, un Estado amigo, un pueblo hermano. Nuestra vecindad es hoy más que nunca una oportunidad y un desafío para desarrollar una relación equitativa y dinámica que satisfaga las legítimas aspiraciones de nuestros pueblos. Este es el compromiso que asumo con ambición y convicción en este aniversario.

Pedro Sánchez es presidente en funciones del Gobierno de España.

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