Esperar los resultados de las elecciones es una agonía

Es probable que en este momento te sientes como un resorte comprimido por una fuerza muy grande. Desde afuera, el resorte parece inmóvil. Pero por dentro circula una energía potencial intensa (¡ansiosa!) que quiere ser liberada.

Hasta cierto punto, todas las elecciones provocan este sentimiento. Pero la campaña electoral de 2020 en Estados Unidos ha subido la apuesta: se han sumado amenazas inminentes de desinformación e interferencia, resultados disputados y un presidente que ha antagonizado en repetidas ocasiones a un electorado polarizado de manera profunda. Este es un momento extremadamente estresante. La mejor descripción que he leído de nuestra ansiedad colectiva fue la de la editora jefa de Mother Jones, Clara Jeffery: “El país entero está esperando el resultado de una biopsia”.

¿Por qué la espera es tan difícil y qué podemos hacer —si es que podemos hacer algo— para que este momento de incertidumbre sea un poco más tolerable?

Esperar noticias como los resultados electorales une dos estados que no son placenteros: incertidumbre e impotencia. Ambas son emociones profundamente incómodas. Combinadas, parecen una tortura.

“Muchas personas ya votaron y, por lo tanto, ya hicieron la que quizás era la última acción que podían hacer para influir en el resultado”, me dijo Art Markman, profesor de psicología y mercadotecnia de la Universidad de Texas en Austin. “Para ese momento ya estás sobre la montaña rusa, que sube la colina, y no puedes detenerla”.

Esperar los resultados de las elecciones es una agonía
Leon Neal/Getty Images

Mientras más nos acercamos a un evento anticipado, más (la otra opción que se me ocurre sería: más emoción invertimos en él) inversión emocional tenemos en él, y cuanto más inversión emocional, más ansiedad. Nuestros cerebros comienzan a rumiar obsesivamente, y mastican, una y otra vez, los pensamientos, lo que se vuelve contraproducente.

A menudo, dijo Markman, implementamos algo llamado “pesimismo defensivo”, una estrategia que emplea nuestro cerebro en situaciones estresantes en las que podemos controlar el resultado, como, por ejemplo, al presentar un examen importante. “Es una buena estrategia para sobrellevar el estrés cuando tienes manera de actuar porque ser pesimista a la defensiva te obliga a estudiar más”, señaló Markman. Pero en circunstancias que están fuera de nuestro control, es un ejemplo de cómo la mente trabaja en contra de sus mejores intereses y genera más ansiedad.

Las personas supersticiosas podrían atrancarse en este punto.

Pero Markman considera que es mejor adoptar una mentalidad optimista en la antesala de los resultados. “El pesimismo defensivo crea un estado ficticio. Te sientes pesimista pero realmente no lo crees. En el fondo crees que tu candidato ganará pero te estás diciendo a ti mismo que no lo hará con la idea de que cuando se sepa el resultado, dolerá menos. Pero así no funciona: lo que va a pasar es que vas a hacer el gasto dos veces. Una vez durante el periodo de anticipación y de nuevo si los resultados no salen como tú quieres”, dijo.

Kate Sweeny, profesora de psicología de la Universidad de California, Riverside, que estudia la psicología de la espera, me dijo que existe una diferencia entre el pesimismo defensivo y prepararse para lo peor. Nos podemos preparar para no ser sorprendidos por un resultado negativo. Eso no significa que no podamos también mantener la esperanza y sentirnos optimistas.

“Prepararse para lo peor tiene sentido cuando te falta campo de acción”, dijo. “Lo vemos incluso en las personas más optimistas: nos protege y también hace la experiencia de las buenas noticias más edificante”.

Sweeny aseguró que, de manera comprensible, muchas personas están marcadas por los resultados inesperados de las elecciones presidenciales de 2016, pero que, independientemente del resultado, la contienda de 2020 no se sentirá igual que hace cuatro años. “Los del lado perdedor aprendieron una lección muy compleja de la manera más difícil y no creo que ninguno de ellos esté dispuesto a revivir ese trauma”, dijo. “Pero existe una brecha emocional enorme entre esperar lo mejor, como muchos hacen ahora, y esperar lo mejor ciegamente, como muchos hicieron entonces”.

En 2016, Sweeny y su equipo hicieron un estudio que evaluó la ansiedad de partidarios de Donald Trump y de Hillary Clinton. A un mes del día de las elecciones, ambas partes estaban muertas de preocupación por el resultado. Más cerca del día de las elecciones, eran los partidarios de Trump quienes estaban más ansiosos. Este año están realizando de nuevo el estudio y los resultados han cambiado. Hasta ahora, los partidarios de Joe Biden están mucho más ansiosos por el resultado que los seguidores de Trump.

“La que estamos viendo ahora es una mentalidad totalmente diferente. Eso no significa que no será devastador para los partidarios de Biden si su candidato pierde, pero no se sentirá como en 2016”, dijo Sweeny.

Independientemente del resultado, todavía tenemos que esperarlo. Por fortuna, hay algunas medidas que puedes implementar para que el momento intermedio sea menos doloroso.

No canceles, agenda

“Mucha gente me dice que están cancelando todo durante la semana de las elecciones. Yo les digo: ‘No, por favor, no canceles. Haz un calendario. Si no tienes nada que hacer, solo volverás a preocuparse y a consumir noticias de manera obsesiva”, dijo Sweeny. Megan Ranney, médica de emergencia y profesora asociada de la Universidad de Brown, dio un consejo similar. “Así como muchas personas creen en la oración, en este caso yo creo en la acción. Vota y ayuda a otros a votar de manera segura”, dijo.

Pero no te limites a una sola cosa. Cualquier actividad que pueda darte una sensación de control se sentirá como un bálsamo en este momento. Ranney sugirió que nos mantengamos ocupados. “Puedes hacer voluntariado, comienza un proyecto de manualidades, cocina, haz algo que te recuerde que la vida va a continuar”.

No niegues tus emociones

Si está asustada o asustado, date oportunidad de sentirte así por un momento. “Negar el dolor, el miedo y la ira lleva a cosas malas en el futuro; los sentimientos siempre salen en alguna parte”, dijo Ranney. “Ten a alguien con quien desahogarte, ya sea un terapeuta, un sacerdote, un mejor amigo o todo lo anterior y saca tus sentimientos de manera intencional”.

Organiza algo que te ilusione

Una forma de contrarrestar la anticipación nerviosa es planificar algo emocionante para el futuro inmediato, dijo Markman. “Enfocarse en algo que se desea es una gran estrategia”. Sugiere que planificar, cocinar nuestra comida favorita o hacer planes para ver a amigos con distancia social puede ayudar. “No es lo mismo que tocar la lira mientras Roma arde”, me dijo. “Habrá tiempo para reenfocar los pensamientos en las elecciones a medida que lleguen los resultados, pero planificar y ejecutar algo que disfrutas reducirá la incertidumbre entre ahora y ese momento”. Recuerda: todos sentimos esta incertidumbre juntos.

Una elección. Una pandemia. Una crisis económica. Una crisis climática. Protestas masivas por la justicia racial. Es un momento doloroso y tenso en Estados Unidos. Todos lo estamos viviendo juntos.

“Si te estás muy mal, no estás sola”, dijo Sweeny.

En noviembre de 2020, estas son palabras que sirven para vivir.

Charlie Warzel es un escritor de Opinión del New York Times que cubre tecnología, medios, política y extremismo en línea.

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