
El racismo de los negros, víctimas de racismo
Una noche, cuando todavía vivíamos en Filadelfia, mi marido llegó a casa preocupado, con un semblante más serio de lo habitual, las manos temblorosas y evidentes ganas de hablar. Cuando le pregunté qué pasaba, me respondió con un escueto “nada, ese es el problema” y, acto seguido, comenzó a narrar la historia que le quemaba la boca: lo había parado la policía por saltarse un stop, pero, al disculparse y explicar que en esa zona era difícil encontrar aparcamiento y que aceleró justo al ver un hueco disponible, los agentes decidieron no ponerle una multa, e incluso bromearon: “Corre, muchacho, que te lo quitan”.… Seguir leyendo »