Acción Popular

En los últimos decenios se ha abierto en España un debate doctrinal y político sobre la conveniencia de reformar el régimen jurídico de la acción popular mediante una mejor delimitación de su objeto y finalidad.

La legitimación procesal popular y su papel en la Administración de Justicia es un tema central en la concepción del Estado, al afectar a instituciones básicas como la soberanía popular, la democracia participativa, la interrelación entre derecho público y el derecho privado, y el interés general.

La acción popular, a. p., tiene su origen en la Atenas clásica, y el desarrollo de su régimen jurídico en la República romana, en un contexto histórico y político lejano en el tiempo, pero no muy divergente del actual.…  Seguir leyendo »

“La Justicia para mí se da en aquel orden social bajo cuya protección puede progresar la búsqueda de la verdad” (Hans Kelsen. ¿What is Justice?)

Siempre es pronto para hablar con sosiego de cuestiones de Justicia, lo mismo que siempre es necesaria la prudencia a la hora de pronunciarse sobre los aciertos y desaciertos de las decisiones judiciales. No digamos, de la culpabilidad o inocencia del prójimo. Escribo esta entradilla como premisa de las reflexiones que me propongo hacer a propósito de la sentencia dictada el viernes pasado por la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Palma en el proceso rotulado como caso Nóos.…  Seguir leyendo »

Ante la investigación y detención de los cabezas visibles de Manos Limpias y Ausbanc, deberíamos ser autocríticos y no olvidar lo mucho que nos podía llegar a gustar vestir al seudosindicato con la capa de paladín de la justicia que echábamos en falta. En este mundo en el que los fines justifican los medios a algunos les parecía casi un milagro que existiera un rescoldo justiciero que se quedara en solitario persiguiendo conductas todos los colores con gran impacto en el grueso del ciudadano medio.

Parecían un Robin Hood contra la banca y sus abusos. Sin embargo, ¿quién aportaba el dinero necesario para llevar adelante las costosas acusaciones populares?,…  Seguir leyendo »

Las manos limpias han sido a lo largo de la historia metáfora poderosa de la justicia y de la virtud. Dice el salmo 24.4: «El de manos limpias y corazón puro; el que no ha alzado su alma a la falsedad, ni jurado con engaño…». Por el contrario, desde los albores de la humanidad las manos manchadas de sangre han sido de manera invariable símbolo del mal, de la iniquidad y del crimen. Así dice el profeta Isaías: «Porque vuestras manos están contaminadas de sangre, y vuestros dedos de iniquidad; vuestros labios pronuncian mentira, habla maldad vuestra lengua».

Pablo Iglesias, que no es profeta, pero sí un agresivo parlamentario, recientemente sustituyó la sangre por la cal viva en una intervención en el Congreso que no debió tener lugar, para rememorar un acontecimiento que no debió rememorarse y para acusar a quien no se debió acusar porque no podía defenderse.…  Seguir leyendo »

La situación en que se encuentra la Infanta de España, sentada en el banquillo de los acusados, por efecto de la sola acción de una entidad privada, cuando el Fiscal considera que su conducta no es constitutiva de delito, así como la relevancia mediática que dicho proceso ha llegado a alcanzar, nos mueve a una reflexión sobre la acción popular. Esta figura significa que cualquier ciudadano puede acusar en solitario, en todos los procesos, salvo casos excepcionales en que se requiere la denuncia del perjudicado.

La larga historia de dicha institución no es argumento para conservarla. Sólo significa que dicha figura sirvió en un momento determinado.…  Seguir leyendo »

Uso y abuso de la acción popular

«Cuando los ciudadanos son honrados y virtuosos, cuando la moralidad es el primer elemento de la asociación, sin la menor duda se considerará al derecho de acusación como honorífico y saludable, pero concedido absolutamente, lleva consigo el gravísimo inconveniente de que se fomenta la calumnia, y se da margen a las persecuciones que sugieren el encono y deseo de venganza, ocasionando males que no siempre pueden repararse».

Hago observar al lector que si comienzo el artículo con estas palabras publicadas en la revista Febrero Novisimo o Librería de jueces, abogados y escribanos -Madrid 1845; Margin al 7.513- y escritas por Florencio García Goyena, que fue presidente del Consejo de Ministros entre septiembre y octubre de 1847 y redactor de nuestro Código Civil de 1851, es porque creo que de ellas ha de partir quien sienta preocupación por el asunto de la acusación popular.…  Seguir leyendo »

No hace mucho apareció en ABC la inquietante noticia de que el Tribunal Constitucional (TC) disponía de un borrador por el que quedaría prácticamente neutralizada la posibilidad de que siga hasta el final un proceso penal impulsado por la llamada «acción popular». Adelanto que la conversión de ese borrador en sentencia supondría, a mi entender, no ya una agresión gravísima a la Constitución a manos de su principal guardián institucional, sino un golpe de muerte a la democracia en España.

Para lectores no juristas, son necesarios algunos datos y consideraciones previas sobre dos sobresalientes particularidades de la Justicia penal española. La primera es que los directamente perjudicados por un delito pueden impulsar el correspondiente proceso y ser partes acusadoras.…  Seguir leyendo »

La reciente decisión del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco acordando el enjuiciamiento, entre otros, del lendakari Ibarretxe como cooperador necesario de un delito de desobediencia muestra palpablemente la crisis de la administración de justicia.

Basta la siguiente referencia. La Audiencia Nacional instruyó durante 14 años, desde 1992, un procedimiento penal por un presunto fraude fiscal, el mayor de nuestra historia, contra la cúpula directiva del Banco Santander. La denuncia, muy fundada, la presentó la Agencia Tributaria con datos acreditados y solventes sobre el medio empleado --las cesiones de crédito-- y el resultado del fraude, de muchos miles de millones de pesetas.…  Seguir leyendo »