Adolfo Suárez

La dimisión de Adolfo Suárez

Adolfo Suárez dimitió porque había caído desde una gran altura. Era una persona muy inteligente. Tenía una fortísima ambición política; me comentó en una ocasión que solo la de Carrillo era comparable a la suya; años después de haber dejado el Gobierno, Suárez me dijo con orgullo que siempre fichó a personas mejores que él. «Es cierto –le contesté–, éramos mejores que tú en algunos aspectos, pero tú sabías que nos ganabas en voluntad política, en aguante, en visión de la sociedad, en conexión con el pueblo, por eso no te preocupaba; en lo que realmente te interesaba como presidente, eras tú el que tenía la superioridad».…  Seguir leyendo »

El periodo esencial de la biografía política de Adolfo Suárez transcurrió entre dos conmociones. Su nombramiento por el rey Juan Carlos I el 4 de julio de 1976 provocó un alud de desilusión, de lo que fue buen reflejo el artículo de Ricardo de la Cierva ¡Qué error, qué inmenso error! publicado por El País cuatro días después a toda página y anunciado en la primera.

Su dimisión el día 29 de enero de 1981 desató un escalofrío en la derecha que había empezado a odiarlo, en el centro que lo apoyaba con tibieza y en la izquierda que se la había jurado.…  Seguir leyendo »

El reciente fallecimiento del presidente Adolfo Suárez ha removido inevitablemente los sentimientos —más que los análisis rigurosos—, dando lugar a valoraciones apasionadas de lo que fueron sus brillantes éxitos y sus sonoros fracasos en sus cuatro años y medio en el poder. Aquí nos limitaremos a valorar una sola de sus acciones de gobierno, concretamente una, la más difícilmente factible, la más extraordinaria, la que nadie excepto él hubiera sido capaz de realizar con éxito. Operación que, siendo la más endemoniadamente complicada, era también, como vamos a ver, la más imprescindible para alcanzar la meta propuesta. Obviamente, estamos hablando de la legalización del Partido Comunista, verdadera llave maestra, auténtico nudo gordiano sin el cual no era posible franquear con éxito la puerta de la Transición, según revelaron, como vamos a señalar, los resultados de aquellas primeras elecciones del 15 de junio de 1977.…  Seguir leyendo »

Tengo en mi despacho dos fotos, una de Adolfo Suárez y otra de S. M. el Rey, con sendas dedicatorias cariñosas de su puño y letra. No oculto mi orgullo porque los dos son para mí referencia fundamental de la restauración democrática, la pacificación y la recuperación de la concordia entre los españoles.

Conocí a Adolfo Suárez en los prolegómenos de su investidura como doctor honoris causa por la Complutense. Yo era rector entonces y aquella memorable mañana del 26 de mayo de 2006 tuve el honor de pronunciar la laudatio en la ceremonia del Paraninfo de San Bernardo en presencia de SS.MM.…  Seguir leyendo »

Ahora que la marea Suárez ha decrecido y que los periódicos, radios y televisiones han dejado ya de dedicarle espacio prioritario, es quizá el momento de enfocar con cierta perspectiva las informaciones que nos ofrecieron y observar algunos detalles. El primero es el de la inscripción de la lápida de la tumba que contiene los restos de Adolfo Suárez y de su mujer Amparo Illana, “La concordia fue posible” que, a modo de lema o conclusión de la vida del presidente, aparece grabada debajo de sus nombres. La afirmación lapidaria por partida doble, en sentido literal y figurado, resume, en cierto modo el espíritu de Suárez, una persona que, por encima incluso de sus ambiciones personales, buscó el acercamiento de los contrarios e hizo del consenso su paradigma político.…  Seguir leyendo »

Una carcajada, eso es lo que deberíamos hacer cuando algún bienaventurado afirma “la transición la hicimos todos”. La transición fue una operación política manejada por muy pocas manos. Tan pocas, tan pocas, que los escasos protagonistas dejaron muchas historias por contar. Bastaría un detalle para ilustrar a las almas cándidas.

El mayor peligro de la transición consistió en un golpe, conocido como el 23-F, organizado por los generales Armada y Milans. Pues bien. ¿Quieren ustedes hacer un ejercicio de memoria conmiserativa? Desde la tarde que los golpistas asaltan el Congreso de Diputados hasta la intervención del Rey avanzada la noche, lo único que hicimos todos los españoles, salvo un puñado de ciudadanos que estaban en el ajo, se redujo a escuchar la radio, esperar el mensaje del Rey y esconder los archivos si se trataba de izquierdistas.…  Seguir leyendo »

Leopoldo Calvo-Sotelo sostenía que, para dedicarse a la política, tener un buen bagaje cultural es más un lastre que una cualidad. “El político no tiene que leer”, llegó a decir. La boutadedel expresidente del Gobierno, que explicaría así su propio fracaso, ayuda a entender la frustrada carrera política de Eduardo Navarro Álvarez (1929-2009), colaborador y principal consejero de Adolfo Suárez en la Transición y autor de muchos de sus escritos, discursos y conferencias.

Víctima directa de la Guerra Civil, que le dejó huérfano de padre, el joven Eduardo Navarro buscó en la política todo aquello que la guerra le había quitado, abandonando una prometedora carrera académica a la que parecía llamado por su brillante expediente, su vasta cultura y su carácter reflexivo y solitario.…  Seguir leyendo »

¿En qué tierra creció y en qué suelo ha sido enterrado Adolfo Suárez? Este verso suelto de un romance fronterizo ofrece la respuesta. Por él habla uno de esos caballeros de la reconquista de los que sigue diciendo el poeta: «Los en Ronda muy guerreros / y en Trujillo los primeros/ y en Alarcos con afanes cebaron sus gavilanes / Ávila tus caballeros!». Lejos de su casa, esposa y familia el caballero recuerda las murallas, alzadas como para columbrar desde sus almenas las razzias amenazadoras del enemigo.

La historia y persona de Suárez han sido vistas estos días sobre todo desde el decenio en que tuvo la máxima responsabilidad política, entre 1976 y 1986.…  Seguir leyendo »

La mort d’Adolfo Suárez, le 23 mars, a provoqué plus d’une surprise. Je ne pense pas au fait, prévisible, que certains de ceux qui le traitèrent avec le plus de brutalité lorsqu’il était Président le couvrent aujourd’hui d’éloges. Ce qui est surprenant, en revanche, c’est qu’on entende souvent que, depuis le coup d’Etat manqué du 23 février 1981, nous sommes tous reconnaissants à Suárez d’avoir démontré, tandis que les balles des putschistes sifflaient autour de lui dans l’hémicycle du Congrès espagnol, qu’il était tout disposé à devenir le héros de la démocratie. C’est surprenant, parce que c’est faux : quand le coup d’Etat eut lieu, personne n’accorda la moindre importance au geste de Suárez - l’un des trois à rester debout face aux putschistes, tandis que tous les autres élus s’allongeaient.…  Seguir leyendo »

Querido J:

Aun en tu retiro, al que ya se acerca la gran hora de los lilás, te habrá llegado noticia del libro que acaba de publicar la periodista Pilar Urbano, La gran desmemoria, que lleva un subtítulo muy ceñido: Lo que Suárez olvidó y el Rey prefiere no recordar. Tengo el libro encima de la mesa. Es muy gordo. Y acaba de llegarme uno más gordo aún, La desventura de la libertad, que ha escrito nuestro antiguo director, Pedro J. Ramírez. Los autores de libros gordos, Kahnmenan, Pinker, Ramírez, Urbano, deben de sentir una emoción forzosa al contemplar semejantes fenómenos, que más que de la cultura parecen de la naturaleza.…  Seguir leyendo »

No los olvidó Suárez, ni el Rey, ni la historia de la Transición; pero como no hacen ruido, por estar muertos, enfermos u ocupados, parece, en estos excepcionales días, como si no hubiesen existido nunca. No fueron ministros; no se han publicado todavía sus propios testimonios; no conspiraron, entre otras razones por el inmenso trabajo que tuvieron sobre sus espaldas, que no les dejó tiempo para ello; fueron leales a la Monarquía, a la legalidad franquista que ayudaron a transformar y, una vez aprobada, fueron leales a la Constitución. Pactaron con comunistas, socialistas y demás grupos opositores para hacer de España una nación habitable o, como había anunciado don Juan Carlos en su primer mensaje como Rey, una nación en la que cupiesen todos los españoles.…  Seguir leyendo »

La muerte del expresidente Adolfo Suárez ha provocado el agradecimiento y el sincero homenaje del pueblo español que se ha expresado en todo tipo de manifestaciones ciudadanas e institucionales. Como amigo de Suárez desde 1973 y compañero de partido desde 1977, seguí con emoción sus horas finales. A raíz de su fallecimiento se han publicado numerosos artículos de políticos y periodistas acerca de su figura y su papel en la historia de España. Entre el amplísimo apoyo a su gestión y a su persona he encontrado no obstante juicios y afirmaciones referidas a la relación de Adolfo Suárez con Cataluña que deforman la realidad histórica y obligan a precisar conceptos sobre el restablecimiento de la Generalitat.…  Seguir leyendo »

Sin exageración alguna. Adolfo Suárez no figura en la vida política española hasta la tarde del 8 de diciembre de 1975. Es verdad que había sido muchas cosas, porque la cucaña del poder resulta larga y complicada. Gobernador civil de Segovia, perdónenme, apenas es nada. Lo único importante que le sucede a Suárez en Segovia es toparse con un constructor criminal apellidado Gil y Gil, a quien se le cae un edificio en Los Ángeles de San Rafael, dejando una estela de 52 muertos y 300 heridos, y al que sacará de la cárcel Franco y sus ministros con un indulto.…  Seguir leyendo »

La muerte de Adolfo Suárez ha dado pábulo a toda clase de reacciones en el circo de la política. Como era de esperar, muchos de quienes le apuñalaron en vida lloran ahora públicamente su marcha con lágrimas de plañideras. Y cada cual da rienda suelta al particular mercadeo de los diversos productos que quieren vender a los españoles. De modo que el gato por liebre está a la orden del día.

El domingo pasado, por ejemplo, el mismo periódico que durante años ha tratado de convencer a sus lectores de que Aznar tenía razón y fue ETA, no Al Qaeda, la responsable de los actos terroristas de Atocha, anunciaba a toda página que en el caso del 23-F (el Ejército español contra la democracia) en realidad el golpe de Estado no fue abortado por el Rey, sino más bien inducido.…  Seguir leyendo »

Tendemos a contemplar todas las actividades humanas con una comprensión benevolente que nos permite vivir con tranquilidad. Así, consideramos que son las naciones las que han configurado el tejido jurídico-político que llamamos Estado por medio de una voluntad colectiva, pacífica, pero etérea, casi espiritual. Pero en realidad primero se construyó el andamiaje estatal, sobre unas bases más o menos homogéneas, y luego la nación, tal y como la entendemos desde la Ilustración. Para la configuración de la nación, además de la fuerza fueron utilizados elementos culturales y económicos con un objetivo integrador y, ¿por qué no decirlo?, hasta homogeneizador. En esa política unificadora, que siempre fue iniciada por las elites y nunca nació de levantamientos populares de naturaleza nacionalista, las banderas y los símbolos han jugado un papel decisivo.…  Seguir leyendo »

El hombre que mató a Francisco Franco

La muerte de Adolfo Suárez ha deparado más de una sorpresa. No me refiero al hecho previsible de que algunos de los que con más brutalidad le trataron cuando era presidente lo hayan abrumado ahora de elogios. Sí es sorprendente, en cambio, que hayamos oído a menudo cosas como que, después del 23 de febrero de 1981, todos le quedamos agradecidos para siempre a Suárez por haber demostrado sin posibilidad de duda, mientras las balas de los golpistas zumbaban a su alrededor en el hemiciclo del Congreso, que estaba dispuesto a jugarse el tipo por la democracia; es sorprendente porque es falso: a raíz del golpe casi nadie dio importancia al gesto de Suárez, la mayoría lo interpretó como la última vaciedad de un presidente oportunista, amortizado y gestero, y a no pocos casi les molestó, quizá porque delataba por contraste el comportamiento general: la prueba es que, apenas año y medio después de la asonada, Suárez se presentó a las elecciones y su partido obtuvo la friolera de dos diputados.…  Seguir leyendo »

Sabemos que el paso del tiempo es fundamental para analizar acontecimientos históricos que transcendieron y tuvieron consecuencias importantes. También lo es para analizar el comportamiento de personas destacadas que dejaron huella. Hasta tal punto es así que ahora, 100 años después de la I Guerra Mundial, aparecen nuevos estudios, documentos y análisis de una contienda que cambió el mapa de Europa. Y, todavía, pese al tiempo transcurrido, es difícil determinar con precisión los motivos que propiciaron aquel desastre. El debate subsiste y nuevos documentos ponen los acentos en distintos responsables.

La figura de quien fuera presidente del Gobierno de España de julio de 1976 a febrero de 1981, Adolfo Suárez, no creo que necesite una investigación histórica tan dilatada, pero es lógico que el análisis de su presidencia, la valoración y reconocimiento hacia su persona haya llevado un tiempo.…  Seguir leyendo »

In 1990, I asked Adolfo Suárez for help. At the time, I had made a political calculation that the former prime minister could be useful to Cuba’s democratization and was a generous person.

In Spain, his political flow had been exhausted but he had gained immense international prestige because he successfully engineered Spain’s peaceful transformation in barely four years.

Not long before, the Berlin Wall had been brought down and Europe's communist dictatorships collapsed, while Marxism was relegated to the ridiculous category of a dusty theoretical absurdity.

On the other hand, Suárez headed the Liberal International, one of the world's great ideological federations, an organization that brought together some 80 parties of that political family, including the Cuban Liberal Union that we had founded.…  Seguir leyendo »

Hace unos días, el escritor Antonio Gala, a cuenta de la muerte de Adolfo Suárez, relataba que se enteró de la noticia de su nombramiento como presidente del Gobierno por la televisión, en julio de 1976, mientras almorzaba con José María de Areilza y con Joaquín Garrigues, quien comentó: "¿Crees que habrá leído a Goethe?" No era el primer dardo ni sería el último que se lanzaba contra el entonces joven y ambicioso falangista Adolfo Suárez por su supuesta escasa formación intelectual y preparación.

Este comentario me trajo a la memoria otra anécdota que me ocurrió en 1981, cuando trabajaba en la agencia nacional de noticias Europa Press, en la sección de Política Interior y Exterior de España.…  Seguir leyendo »

Adolfo y las furias

El martes, poco antes del mediodía, Tántalo salió del agua, Sísifo soltó la piedra, Ixión dejó la rueda y Ticio-Prometeo se zafó de sus cadenas y apartó al buitre de sus entrañas. Los cuatro personajes mitológicos bajaron de sus cuadros gracias a un permiso especial del presidente del patronato del museo -por algo le llamaban a Pérez Llorca en UCD el Zorro Plateado- y, en un espectacular golpe de efecto, se sumaron en el Paseo del Prado al homenaje popular a Adolfo Suárez.

Él sí que era un arponero ingenuo. Sus palabras en mis cuadernos de notas de la primera etapa en que le traté a fondo, le retratan.…  Seguir leyendo »