
Una tenaza mortal en Afganistán
El día de Nochebuena, a las seis en punto de la mañana, me despertó el sonido de mi teléfono móvil. “¿Has oído los rumores de que no van a permitir trabajar a las mujeres?”. El mensaje de texto venía de Kabul. Era de una joven a la que conocí en Afganistán cuando estuve allí para documentar el primer año del regreso de los talibanes al poder. Me había hablado de su infancia feliz, su ambiciosa época universitaria, su cruel caída y, ahora, un futuro anulado. Soñaba con ser jueza y era una de las mejores de su promoción de Derecho. Ariana era una de las afganas que amaban Estados Unidos; tenía Netflix en el móvil y a Beyoncé en los oídos y aguardaba con ilusión las oportunidades que podía darle una buena educación.… Seguir leyendo »