La batalla por los árboles de Miró
Las cotorras vuelan frente a mi balcón. Podrían pasar desapercibidas entre los árboles de la peatonal, pero el canto es inconfundible. Cada mañana, el mismo ritual: mi perro rasca la puerta, me abrigo y caminamos juntos, en la misma dirección que las cotorras. A media cuadra nomás, detrás de la biblioteca, pongo los pies sobre la tierra. Respiro otro aire. Las tórtolas vuelan junto a las gaviotas que se atreven a dejar atrás el mar y dar unas vueltas sobre este mismo cielo. Quien puede sentir el rumor de las criaturas en plena ciudad, sabe que es pura fortuna. Yo también lo sé.… Seguir leyendo »