Bioseguridad

Si un ciberataque derrumbara a la economía global, desconectara efectivamente a ciudades importantes como Nueva York y pusiera millones de vidas en riesgo, los gobiernos y las instituciones en todo el mundo sin duda responderían invirtiendo profusamente en capacidades defensivas. Reforzarían su ciberseguridad, instalarían nuevas salvaguardas y recopilarían datos e inteligencia sobre futuras amenazas –como muchos ya lo hacen en respuesta a actos de guerra cibernética.

Sin embargo, cuando se trata de la pandemia del COVID-19, igualmente destructiva, la respuesta ha sido mucho menos decisiva. En tanto nuevas variantes devastan la seguridad sanitaria y económica de la población del mundo, las medidas de bioseguridad –las tecnologías de alerta temprana y monitoreo destinadas a prevenir la propagación de enfermedades infecciosas- todavía no son tan estratificadas, generalizadas o extraordinarias como los sistemas de ciberseguridad que utilizamos para contener y mitigar las actividades de los piratas informáticos.…  Seguir leyendo »