
Días de espectáculo carnavalesco
El carnaval rompe con las formas típicas de la vida social, con los hábitos cotidianos que identifican al grupo y al individuo que se disuelve en el acontecer colectivo; libera de los dioses que hay que respetar, de las leyes que hay que cumplir, de las virtudes y de los protocolos que hay que practicar. El sujeto del carnaval es la masa, el abismo indiferenciado, el mundo dionisiaco. El carnaval expresa, canaliza, vehicula esa fuerza, a la vez que protege de ella en la medida en que la exterioriza. Sirve, como los circos romanos, de pretexto y desahogo a lo irracional, de regresión del individuo a su condición de parte de la tribu, de pieza gregaria en la que, amparado en el anonimato cálido de la tribuna, el individuo da rienda suelta a sus instintos.… Seguir leyendo »