
Réquiem por Pablo Casado, víctima de la inducción al suicidio
Todo sucedió en una semana. De miércoles a miércoles, de sesión de control a sesión de control. El 16-F Pablo Casado seguía siendo el líder de la oposición y el yerno favorito de todas las madres del barrio de Salamanca que se levantaran lo suficientemente tarde para no escuchar a los heraldos de la ira bramando contra el "canalla" y su "esbirro" Teodoro. En cambio, el 23-F —guarismo fatídico— cuando intentó despedirse con elegancia, ni Sánchez en el hemiciclo, ni Cayetana en los pasillos soltaron la mordida. Y sólo le siguieron tres.
Nunca la política había sido tan inclemente. Empezaba a parecerse demasiado a la guerra por otros medios hasta que las bombas de verdad cayeron sobre Ucrania.… Seguir leyendo »