Sorprende que sorprenda el resultado de las elecciones catalanas. Por las candidaturas del independentismo se ha inclinado el 37,4% del censo, con un ligero incremento respecto al 35,7% obtenido en 2015 (y frente al 38,6% y el 41% de los no secesionistas). Los simples amagos del otoño han bastado para hacer diáfanas las secuelas de una independencia efectiva: el rechazo internacional, la salida de Europa, la quiebra de la economía, la ruina de la política, el desgarrón social. La sorpresa viene del hecho de que tales consecuencias inevitables no hayan provocado un declive en la proporción separatista. Pero quien como yo ve la cosa desde lejos y en perspectiva literaria se dice que no hay razón para sorprenderse.… Seguir leyendo »
Durante los últimos años, los ciudadanos de Cataluña nos hemos habituado a ser recibidos en muchos de sus pueblos y ciudades con un sinfín de signos y lemas elaborados por el nacionalismo que parecían gozar del apoyo popular y que nadie osaba poner en cuestión, al menos en público. No era sólo la típica “estelada” izada en un lugar prominente para no dejar lugar a dudas de las preferencias del territorio en el que uno se adentraba. También, pancartas con lemas simples y directos apelando a derechos indiscutibles tales como “queremos votar”, “democracia”, haciendo referencia a la perentoria necesidad de convocar un referéndum de autodeterminación donde pudiéramos decidir nuestro futuro.… Seguir leyendo »
Las pasadas elecciones autonómicas catalanas no deben valorarse únicamente por unos resultados que configuran dos bloques, los separatistas (o independentistas) y los constitucionalistas (o unionistas), en los que los primeros, sin mayoría de votos, pero con mayoría de escaños, decidirán probablemente cuál es el futuro presidente de la Generalitat. Otro factor debe también ser convenientemente valorado: la fuerza política ganadora, en votos y en escaños, es Ciudadanos, un partido unionista y desacomplejadamente no nacionalista.
Este resultado ha alarmado a los sectores nacionalistas, incluso a los más moderados, que siempre habían pensado que jamás ganaría un partido de tal naturaleza. ¿Por qué esta alarma si el constitucionalismo no ha obtenido votos suficientes para gobernar?… Seguir leyendo »
La red es un lugar donde encontrar muchas novedades. Pero a veces hay excepciones. La más notable estos días está en la página web de Podemos, ese grupo que no quería dejar de ser un movimiento y ha terminado fundando un partido muy antiguo. Llama la atención el documento que han publicado para explicar la "crisis catalana". El contenido y la forma son un clásico en la izquierda radical española; tanto que, si quitáramos la referencia al año 1978 y algunas expresiones sobre la actualidad, ¡quién no diría que está leyendo un panfleto de la minoría comunista del año 1931, la misma que nada más caer la Monarquía pensó que un bloque de ex monárquicos y republicanos moderados iba a poner en marcha la revolución burguesa!… Seguir leyendo »
Los resultados electorales del 21-D catalán han sido objeto de amplia difusión y de múltiples análisis en este diario, EL MUNDO, como para ahora volver sobre los mismos. También se conoce la tragicomedia que llevan a cabo los independentistas y que estamos en tiempos decisivos para saber si habrá constitución del Parlament, elección de su Mesa, y posteriormente presidente y Gobierno en la Generalitat. Todo ello, obviamente, acatando la legalidad vigente, porque el goteo de dimisiones en el seno de los partidos secesionistas, así como el rechazo de los delicados cálices ofrecidos, nos augura que van entendiendo que "no hay alternativas al margen de la Constitución", como dijo recientemente Miquel Roca en el Congreso de los Diputados ante las caras de asombro de los diputados Campuzano y Xuclà, otrora discípulos suyos en el arte de la política y ahora miembros relevantes de un partido independentista, el PDeCAT, con perfil fantasmagórico.… Seguir leyendo »
Un gran número de juristas hemos criticado con dureza la intención de Junts per Catalunya de modificar el reglamento del Parlamento de Cataluña para permitir que Carles Puigdemont pueda participar desde Bruselas en el debate de investidura, hasta el punto de tildarla de ocurrencia: no tiene precedentes en el derecho parlamentario comparado; la esencia del parlamentarismo es el debate cara a cara; los ciudadanos eligen a sus diputados para que los representen en el Parlamento y no en el extranjero, etcétera. Desde luego, a esa lógica responde el actual reglamento catalán, que en el artículo 4 establece el deber de los parlamentarios de acudir a los plenos y en su artículo 146 solo regula el debate de investidura presencial.… Seguir leyendo »
Cataluña se dispone a inaugurar una nueva legislatura después de la celebración de las elecciones del 21-D. Los independentistas podrán gobernar pero no tienen, ni de lejos, una mayoría suficiente para romper con España. Porque Cataluña se ha dividido en dos mitades. Aunque los números no son nada condescendientes con el ilusionismo, son muchos los líderes políticos y sociales del independentismo que siguen hablando de lo que ha dicho, de lo que quiere o de lo que necesita Cataluña. No deberíamos dejarlo pasar, aunque resulte cansino refutarlo. Aquí, en nuestro país, pero, sobre todo, fuera, en Europa, por ejemplo. No vaya a ser que los números acaben olvidándose.… Seguir leyendo »
Cincuenta y tres por ciento, 53%, es el porcentaje de catalanes –2.251.391 electores– que no han votado formaciones independentistas –que han obtenido 2.063.361 sufragios– en las elecciones del 21-D. Y, sin embargo, pese a la nitidez de la diferencia –188.030 votos– de nuevo nos vemos abocados a un bloqueo institucional debido a que nuestra ley electoral es propicia a facilitar una percepción ambigua de la voluntad expresada por los catalanes en las urnas.
Esa ley ha concedido una mayoría absoluta parlamentaria al independentismo, que, ni ahora ni nunca ha sido capaz de ganar en votos a las formaciones no independentistas. Y, sin embargo, los medios de comunicación que controla el independentismo insisten una y otra vez en referirse a «la mayoría absoluta independentista», pese a que se trata de una afirmación intrínsecamente falsa, porque la mayoría independentista en Cataluña solo es parlamentaria, pero no social.… Seguir leyendo »
Para ser presidente de la Generalitat de Cataluña, el primer requisito necesario es el de ser diputado efectivo en plenitud de derechos, lo que únicamente se alcanza cuando se hayan cumplido los requisitos que expone el artículo 23 del Reglamento vigente del Parlamento catalán. Por eso, Carles Puigdemont y Oriol Junqueras, en estos momentos, no pueden ser ninguno de los dos candidatos a la Presidencia de la Generalitat si no cumplen previamente las condiciones que establece el citado artículo.
Así las cosas, este problema se presenta más complicado para el primero, por no decir imposible, porque estos requisitos, como vamos a ver, no se pueden cumplir estando fuera de España -y si volviera, sería detenido inmediatamente-.… Seguir leyendo »
No hay extracto porque es una entrada protegida.
Ocurrió el 27 de diciembre del 2002 en el Parlamento vasco. Jaime Mayor Oreja, a la sazón ministro del Interior y diputado en Vitoria, llegó tarde a la votación plenaria de los Presupuestos Generales de la Comunidad. Las puertas de la Cámara estaban ya cerradas. El PNV, EA e IU lograron aprobarlos. De haber estado presente en la sesión el político del PP, el lendakari Ibarretxe hubiera sufrido una derrota irreversible. Mayor Oreja reconoció su error de previsión admitiendo que su ausencia había dado dos años de estabilidad al Gobierno peneuvista. El retraso de un parlamentario redundó en la prolongación de una legislatura.… Seguir leyendo »
El resultado de las elecciones catalanas es claro. Una participación récord del 81%, con 2 millones de votos por partidos independentistas y 2,2 millones por los que defienden seguir en España. Hay 70 diputados de formaciones secesionistas y 65 de partidos no separatistas. Los catalanes, una vez más, han ejercido su derecho a decidir de forma masiva.¿Y qué han decidido?
En mi opinión dos cosas. Una que se desprende del voto popular y es que la mayoría desea seguir formando parte de España. Voto que se concentra en las ciudades, en las zonas más obreras y de la costa. El nacionalismo nunca ha ganado en votos salvo en 1992; en el resto, se movió entre el 43% y el 49%.… Seguir leyendo »
Llama la atención en este periodo post electoral catalán que la esperada tensión política por capitalizar el resultado, mejor dicho, por incorporarlo a un relato antagonista independentistas-constitucionalistas, no sea lo más destacado. Lo chocante es el fuego amigo dentro de cada uno de los bloques. La hegemonía entre actores se ha impuesto a la necesidad de tender puentes para recomponer la fractura política y social generada.
Los resultados del 21D consolidaron lo existente sin satisfacer a nadie. Ni al bloque independentista, que sigue a la baja y necesitando de las CUP y de sus estrategias para garantizar una mayoría, ni al bloque constitucionalista, que ve en el voto mayoritario de Ciudadanos una amenaza a sus espacios electorales tradicionales en Cataluña más que una pírrica victoria, y un precedente de vuelco en el voto estatal al socaire del paradigma nacionalista, en este caso españolista.… Seguir leyendo »
Para un ingenuo como quien esto escribe, que confiaba secretamente en que en las recientes elecciones catalanas iba a emerger un voto oculto que podría causar un vuelco en el reparto de poder en el Parlament de Cataluña, todo ha resultado una profunda decepción. Y ello no porque no se haya producido la emergencia del voto oculto, que sí se produjo, sino porque ha sido insuficiente para producir el ansiado vuelco. El voto oculto de Ciutadans no ha sido, ciertamente, despreciable: de unos 150.000 votos, ya que esa ha sido, aproximadamente, la diferencia entre los sufragios obtenidos por Ciutadans y los recibidos por el segundo partido, el separatista llamado Junts per Catalunya, ya que las encuestas daban empate técnico entre ambas formaciones.… Seguir leyendo »
Si nos remontamos a 1995 nos encontramos con un PP de Cataluña en alza sin precedentes liderado por Aleix Vidal Quadras que puso nervioso hasta la exasperación a Pujol y había desbancado el reinado de “los Fernández”, que pastorearon, primero AP y luego el PP, durante decenios. Pero Alejo —o Aleix, tanto monta— ya decía que se sentía como Gulliver en el reino de Liliput y que unos enanitos, por medio de las más increíbles (que luego aparecieron por medio de escuchas) artimañas, le iban derribando poco a poco. Aznar me pidió que me presentase a las elecciones de 1996 y que, de algún modo, mediase entre fernandistas y vidalquadristas.… Seguir leyendo »
El pasado 21 de diciembre se celebraron elecciones en Cataluña que tenían por objeto, exclusivamente, que los españoles inscritos en el censo de aquella Comunidad Autónoma eligieran a sus representantes en el Parlamento, conforme al Estatuto de Autonomía, aprobado con la condición de Ley Orgánica del Estado por las Cortes Generales, ratificado después en referéndum regional y corregido en unos pocos artículos por el Tribunal Constitucional, único que puede y debe, cuando sea requerido para ello, declarar la inconstitucionalidad de preceptos de una ley, si no se ajustan a la Norma Fundamental, control que garantiza la observancia del Orden Jurídico, sin el que no puede haber democracia, ni Estado de Derecho.… Seguir leyendo »
A la espera de si la Sala de Apelaciones del Tribunal Supremo enmienda la plana este jueves al juez Llarena y libera a Junqueras, como si las urnas pudieran lavar sus fechorías al modo de aquella piscina probática de Jerusalén a la que un ángel descendía y agitaba el agua sanando enfermos, cuando un eventual regreso a funciones ejecutivas facilitaría la comisión de los delitos que le tienen entre rejas, la triunfadora de las elecciones catalanas del 21-D y líder de Ciudadanos (Cs), Inés Arrimadas, está renuente a someterse a la sesión de investidura.
Con la coartada de que sus escaños no suman para armar Gobierno, renuncia por anticipado a una ocasión de oro.… Seguir leyendo »
La reacción de Mariano Rajoy a la debacle de su partido el 21-D ha sido escandalosamente despótica, es decir, autoritaria. La ha absorbido como si el naufragio del PP en Catalunya se tratase de un fenómeno meteorológico pasajero. En la dirección nacional del partido, reunida el día 22, nadie, salvo el propio presidente, tomó la palabra. Silencio mediocre y temeroso ante un líder con percepción de bonhomía pero que, en realidad, es un implacable político capaz, como su trayectoria nos enseña, a comportarse como un auténtico 'killer'. No hay adversario interno que le haya sobrevivido y todos los barones de la organización lo saben, incluso aquellos que tendrían posibilidades de sucederle si se decidiesen a constatar públicamente que el rey Rajoy está desnudo.… Seguir leyendo »
Celebradas las elecciones del pasado 21 de diciembre deberíamos puntualizar algunas cuestiones de no poca importancia sobre los resultados, la participación y la conveniencia de las mismas. En primer lugar hemos de confirmar, una vez más, que el resultado pronosticado por las encuestas elaboradas con carácter previo, así como alguna efectuada a pie de urna han sorprendido más de lo esperado. En democracia podemos percibir las tendencias políticas de los electores, pero siempre es difícil, afortunadamente, cuadrar los resultados a priori. Una persona siempre es un voto y este debe preservarse en secreto.
Sin embargo, se han de destacar dos aspectos. … Seguir leyendo »
No hay extracto porque es una entrada protegida.