Caza

El estigma del cazador

La premisa común que ayunta a hembrismo y animalismo -me niego a insultar a feministas y ecologistas asimilando aquellos doctrinarios extremos a estos imprescindibles y trascendentes movimientos- parte de la atribución global de una tacha original y criminal a todo hombre y cazador por el hecho de serlo. Per se, y por tal primigenia condición, son potenciales violadores y manifiestos asesinos, maltratadores de mujeres o de animales.

Esta estigmatización es la que subyace de fondo en el espíritu y principal impulso motivador de estas leyes que niegan y anulan de entrada hasta la presunción universal de inocencia a los afectados, aunque sean media humanidad, y los declara, sumariamente y sin derecho a defensa, culpables y reos del crimen universal.…  Seguir leyendo »

El día 18 de septiembre celebraremos el primer Día de la Caza de España en Badajoz, al amparo de FECIEX, Feria de la Caza de Extremadura y promovido por la Oficina Nacional de la Caza.

Este Día de la Caza de España es muy importante para el colectivo de cazadores que, más que nunca, necesita el reconocimiento y la estima por parte de una sociedad cada vez más alejada del campo y de las actividades que en él se llevan a cabo, especialmente la cinegética. Nos gustaría que nuestra sociedad se sienta agradecida por la caza sabiendo que somos sapiens porque antes fuimos venator.…  Seguir leyendo »

Por primera vez, en cientos de miles de años de historia de la humanidad, la caza es una actividad denostada por una parte importante de la sociedad y corre el riesgo de extinguirse. El hombre fue cazador recolector desde sus primeros ancestros, pero en los albores del siglo XXI, sobre todo en los países más civilizados, un importante sector social no entiende el papel de la caza y trabaja con idea de ponerle fin. Las razones hay que buscarlas en que la caza es una actividad eminentemente rural, y la cultura del campo se ha perdido, no existe, para muchas de las nuevas generaciones.…  Seguir leyendo »

Soy cazador y soy ecologista. Por lo uno soy lo otro y por lo otro lo uno. Por haber sentido la pulsión de la naturaleza pegada a mi ser desde la infancia campesina y no haberla dejado de sentir nunca. Por entender a la tierra como madre -la Gran Diosa Madre del hombre primigenio- y nunca como esclava. Porque cuando al decir «esta es mi tierra» no era para proclamar dominio sino pertenencia a ella. He cazado desde niño, he respetado y admirado a los animales que cazaba y a los que supe pronto cuándo y en qué tiempo podía o no podía abatir y aquellos, mucho me enseñó Félix, que en mi juventud filmaba por el cercano cañón del Río Dulce, a los que debía protegerse.…  Seguir leyendo »

Ee legal porque está prevista en la legislación. Es más, se trata de una de tantas actividades que cuenta con una sobrerregulación, con diferentes normas para cada comunidad autónoma. Unas leyes, las regionales, a menudo contradictorias y difíciles de compaginar en una actividad que depende de animales que están en el campo y que, por tanto, poco entienden de límites territoriales.

Es legítima porque se trata de un uso tradicional de nuestro mundo rural, tan antiguo como el propio ser humano. Porque la caza forma parte de nuestro acervo cultural, de nuestra tradición y de nuestra forma de vida, por mucho que ahora haya quienes traten de ocultar esta realidad.…  Seguir leyendo »

Que la caza legal es una actividad generadora de biodiversidad resulta hoy una realidad tan incuestionable como el calentamiento global del planeta, a pesar de que animalistas radicales, funcionarios ignorantes y políticos tendenciosos se empeñen en no aceptarlo.

Sir Peter Scott (1909-1989), el famoso naturalista británico y pintor de aves acuáticas, hijo del capitán Scott, quien muriera en la Antártida poco después de constatar que el noruego Roal Amudsen se le había adelantado en el descubrimiento del Polo Sur, escribió: «Como recurso natural, las aves acuáticas deben considerarse una cosecha legítima y cazar es la manera tradicional de recogerla. Solo hemos de asegurar que siga habiendo cosecha para poder recolectar».…  Seguir leyendo »

España vive hoy en una encrucijada singular que debe resolver más pronto que tarde: ¿Creemos en un modelo que sigue apostando por sus pueblos, por un desarrollo rural armonizado, o abandonamos nuestro campo a su suerte y nos lanzamos a la construcción de una nueva sociedad esencialmente urbanita donde nuestro campo sea un escenario de paseo y rodaje de películas?

Suena algo exagerado, pero lo cierto es que en los últimos años avanzamos en esta última dirección impulsados por el auge de discursos radicalmente ecologistas y animalistas que se extienden por toda Europa. Hace unas semanas en Francia un grupo de senadores denunciaba el riesgo de «ruptura entre las poblaciones que defienden el ideal humanista y las que quieren sustituirlo por la ideología animalista».…  Seguir leyendo »

Hay quien estima que la caza sólo sirve para que se acribillen animales indiscriminadamente, y por el contrario hay quien la considera un medio de control y conservación de la naturaleza.

Muchas son las causas que afectan al entorno y ponen a los animales en peligro de extinción: deforestación, incendios forestales, desecación de marismas y humedales, venenos, cepos, pesticidas, fertilizantes, matanzas sistemáticas con ánimo de lucro, el furtivismo, la industria, la intensificación de la agricultura (disminuida en extensión, pero aumentada en producción), la infraestructura viaria, la contaminación, la ganadería, la tala de árboles, obras hidráulicas, parques eólicos, urbanizaciones en áreas montañosas…

Es el deterioro de áreas naturales por la mano del hombre, es la civilización, y no la caza controlada, lo que provoca la extinción de especies; por tanto, resulta injusto culpar al cazador por daños ecológicos provocados exclusivamente por la sociedad.…  Seguir leyendo »

The ramshackle corrugated roofs that shelter the Benfica Market in Angola stand in stark contrast to the ordered rows of gleaming ivory trinkets on the tables underneath. The trinkets are carved from tusks taken from the carcasses of elephants killed for their ivory.

Sadly, the demand for ivory products like these has triggered a spree of elephant killing across Africa. Some 100,000 elephants were butchered between 2010 and 2012 by poachers desperate to profit from the rising demand for ivory in Asia. Markets like Benfica -- the largest in southern Africa -- alongside others in Nigeria and South Sudan are at the heart of this gruesome trade.…  Seguir leyendo »

Existen en nuestro país miles de propiedades rurales cuyo principal y a veces único aprovechamiento es la caza y que, gracias a los cuidados que sus propietarios les dedican, constituyen una red de espacios naturales que son el mejor activo con el que contamos en cuestión de biodiversidad. Estoy seguro de que esos urbanitas y ecologistas radicales que se oponen a la práctica de la caza son ignorantes de la labor que la propiedad privada lleva a cabo en beneficio de estos parajes, y de las especies de fauna y flora que los habitan. Y me atrevería a decir también que ignoran su existencia y su razón de ser.…  Seguir leyendo »

Elephants cross the road to Ngorongoro in Tanzania. Photograph: Laura Romin & Larry Dalton/Alamy

The death of the British helicopter pilot Roger Gower, shot down by elephant poachers over a game reserve in Tanzania, shows the dangers faced by the heroes attempting to save our most charismatic mammals from extinction.

We are in the midst of a crazy killing spree, the slaughtering of elephants, rhinos and lions on a scale never before witnessed on Earth. The 1989 ban on the international trade in ivory and conservation efforts that helped populations of big African animals recover in the 1990s now looks like a golden age. In 2007, 13 rhinos were poached in South Africa. In 2014, 1,215 were poached.…  Seguir leyendo »

Hace cuatro décadas pasé una temporada en África Oriental en compañía de Félix Rodríguez de la Fuente, compartiendo su entusiasmo por los leones y haciendo acopio de datos, fotos y experiencias para la Enciclopedia Fauna. En el pasado mes de julio he vuelto a observar y fotografiar leones y otros animales en el parque nacional Serengueti (en Tanzania), y el azar ha querido que mi estancia coincidiera en el tiempo con la vil matanza del famoso león Cecil en Zimbabue.

El espectáculo de un gran león macho de pletórica musculatura, espesa melena oscura ondeando al viento y pelaje dorado destellando al sol, majestuoso, sereno y alerta, tiene poco que ver con la apagada y triste figura de su congénere en el zoo.…  Seguir leyendo »

Muchos manifestantes exigen la muerte del cazador que mató a Cecil. Credit Eric Miller/Reuters

Winston-Salem, Carolina del Norte — Mi mente estaba concentrada en la bioquímica de la edición de genes, cuando me distrajeron algunos mensajes de texto y posts en Facebook.

“Siento mucho lo que le pasó a Cecil”.

“¿Cecil vivía cerca de tu casa en Zimbabwe?”

“¿Quién es Cecil?”, me pregunté. Cuando prendí las noticias y descubrí que los mensajes se referían a un león que murió a manos de un dentista estadounidense, el chico de pueblo que llevo dentro tuvo la reacción instintiva de alegrarse: familias como la mía tendrían que preocuparse por la amenaza de un león menos.

Pero mi emoción se empañó cuando me percaté de que las noticias presentaban al hombre que había matado al león como un villano.…  Seguir leyendo »

La muerte de «Cecil», un león con collar localizador para que turistas ansiosos por descubrir la Naturaleza puedan verlo, fotografiarlo o filmarlo, ha conmovido al mundo urbanita. Antes de que este safari se declare legal o no –que lo decidirá la justicia de Zimbabue–, distintos sectores de las redes sociales y de la prensa, en particular un diario cada vez más sensacionalista que ya en su día condujo una campaña contra Don Juan Carlos, han aprovechado para atacar a la caza y a los cazadores, acusándoles de todos los males del mundo.

Soy un enamorado de la Naturaleza, y como tal, aficionado y apasionado a la caza, parte indisoluble de ésta.…  Seguir leyendo »

The Poisoning of Africa’s Vultures

In July of last year, roughly 500 vultures died after they ate the pesticide-laced carcass of an elephant that had been killed by poachers in Namibia. It was an example of one poaching technique in Africa that seems to be on the rise: the poisoning of vultures so that authorities won’t be alerted to the location of the crime.

The overhead circling of vultures has long been used to locate lost or dead livestock. In the same way, vultures help law enforcement officers zero in on poachers.

With their keen eyesight and distinctive vantage point, vultures can locate an elephant carcass within 30 minutes of the animal’s death.…  Seguir leyendo »

Blame War, Not Safaris

Safari hunting strikes many people as distasteful in the best of times, and during a conflict, as morally outrageous. The Central African Republic is at war again, and two loose-knit coalitions — one mostly Muslim, the other mostly Christian — are massacring each other. Yet the trophy hunting goes on. A few intrepid foreigners are traveling to the eastern parts of the republic to kill Lord Derby Eland, the largest antelope in Africa, and its shy forest cousin, the bongo.

Earlier this month, Peter Bouckaert, the emergencies director at Human Rights Watch, tweeted at a local safari operator: “No, it is not OK for ignorant US hunters 2 come hunt 4 sport in #CARcrisis at time its people r hunted w hate.”…  Seguir leyendo »

The year was 1862. Abraham Lincoln was in the White House. “Taps” was first sounded as a lights-out bugle call. And Steinway & Sons was building its first upright pianos in New York.

The space-saving design would help change the cultural face of America. After the Civil War, many middle-class families installed them in their parlors. The ability to play the piano was thought to be nearly as important to the marriage potential of single ladies as their skill in cooking and sewing, signaling a young woman’s gentility and culture.

The keys on those pianos were all fashioned from the ivory of African elephants.…  Seguir leyendo »

The staggering rise in the illegal slaughter of elephants, rhinos and other protected animals across Africa and Asia has ignited widespread outrage and prompted official measures to combat poaching — efforts that are certainly well-intentioned but mostly misdirected.

In February, the Obama administration announced that it would move to ban all trade in elephant ivory in the United States. That same month, an international conference in Britain resolved to make poaching and wildlife trafficking “serious crimes” under the United Nations Convention against Transnational Organized Crime. Moreover, Google and the World Wide Fund for Nature announced a partnership to supply the authorities in Namibia with drones to patrol the wilds.…  Seguir leyendo »

Let’s stipulate up front that there is no great sport in hunting a black rhinoceros, especially not in Namibia’s open countryside. The first morning we went out tracking in the northern desert there, we nosed around in vehicles for several hours until our guides spotted a rhino a half mile off. Then we hiked quietly up into a high valley. There, a rhino mom with two huge horns stood calmly in front of us next to her calf, as if triceratops had come back to life, at a distance of 200 yards. We shot them, relentlessly, with our cameras.

Let’s also accept, nolo contendere, that trophy hunters are “coldhearted, soulless zombies.”…  Seguir leyendo »

La foto impúdica que publicó EL PAÍS el domingo en primera plana del rey Borbón y otro cazador, ambos con escopetas y atrás de ellos el elefante que acababan de matar, me produjo, ¡otra vez!, un sentimiento que en mí se ha vuelto recurrente: asco a la humanidad. Yo he visto de niño las fotos de los decapitados de mi país, en hileras de decenas, y a veces de centenares, de campesinos conservadores o liberales descalzos (pues entonces no tenían ni con qué comprar zapatos) y con las cabezas cortadas a machete y acomodadas a los cuerpos a la buena de Dios: eran las del enfrentamiento entre el partido conservador y el partido liberal colombianos, que a mediados del siglo que acaba de pasar se estaban exterminando en esa guerra civil no declarada que conocimos como la Violencia, así, con mayúscula como se pone en España el “Rey”, y que incendió y devastó el campo de Colombia.…  Seguir leyendo »