
El estigma del cazador
La premisa común que ayunta a hembrismo y animalismo -me niego a insultar a feministas y ecologistas asimilando aquellos doctrinarios extremos a estos imprescindibles y trascendentes movimientos- parte de la atribución global de una tacha original y criminal a todo hombre y cazador por el hecho de serlo. Per se, y por tal primigenia condición, son potenciales violadores y manifiestos asesinos, maltratadores de mujeres o de animales.
Esta estigmatización es la que subyace de fondo en el espíritu y principal impulso motivador de estas leyes que niegan y anulan de entrada hasta la presunción universal de inocencia a los afectados, aunque sean media humanidad, y los declara, sumariamente y sin derecho a defensa, culpables y reos del crimen universal.… Seguir leyendo »