
La privatización del Parlamento
Si hay un fenómeno que debiera llamar la atención a cualquier observador de la política española no es el empeño autoritario del presidente del Gobierno, algo que no deja de estar dentro de los límites normales de la patología política, sino la absoluta sumisión del Poder Legislativo que se deja arrebatar la condición de representante de la soberanía popular y se conforma con ser un apéndice decorativo del Gobierno.
Es posible que esta corrupción radical de la función del Parlamento, que se ha venido desarrollando durante décadas, se funde en el hecho de que los poderes del presidente se derivan directamente del Congreso, de manera que la Cámara ha optado por renunciar a ser un poder independiente para no ser otra cosa que un aparato para investir al presidente de Gobierno, un personaje a quien luego va a obedecer de manera perruna, con las protestas correspondientes de la oposición oportunamente reducida a mero decorado o coro de lamentaciones sin la menor posibilidad de hacer nada al respecto.… Seguir leyendo »