Quo vadis, Convergència?
Fue hace una semana. El diputado de Junts pel Sí en el Parlamento de Cataluña Eduardo Reyes, un hombre con aspecto de emborracharse en los bautizos y ufanarse de vestirse por los pies, se plantó frente al atril, se arremangó su camisa de camarero de Lloret y evacuó su pensamiento político: “A mí me da vergüenza sentir las cosas que siento aquí. Ustedes [dirigiéndose a los diputados de Ciudadanos y del PP] están aquí para servir al pueblo. Ustedes están aquí como yo: para atender. Yo cada día estoy en la calle, hablando con la gente y escuchando sus problemas”.
La vergüenza se leía en los rostros de sus compañeros de bancada, aunque, bien es verdad, se trataba de una vergüenza del todo ajena; literalmente, además: el nacionalismo catalán nunca ha considerado de los suyos a gentola (gentuza) como Reyes, que ahora volvía a la carga y, ay, con síntomas evidentes de empezar a gustarse: “¿De qué van ustedes por la vida?… Seguir leyendo »