«Larga vida a Polonia, señor»
En 1867, durante la inauguración de la Exposición Universal que se celebró en París, el diputado republicano Charles Floquet saltó sobre el carruaje que llevaba al emperador Napoleón III y al zar de Rusia, Alejandro III, y gritó al zar a la cara: «¡Viva Polonia, Señor!». La principal ofensa se debe a ese «Señor», que negaba al soberano ruso cualquier tratamiento de respeto. Este espectacular gesto de Floquet era una protesta contra la represión de una revuelta republicana en Varsovia por parte del Ejército ruso. Los patriotas polacos que exigían su independencia (entre ellos mi abuelo, al que unos cosacos habían roto las dos piernas) esperaban, en vano, la intervención de Francia, de la que los liberales como Floquet eran partidarios.… Seguir leyendo »