Derecho (Continuación)

La lucha por el Derecho

Estas letras son un apretado resumen de mis comentarios sobre algunas de las obras de Iehring, jurista y pensador alemán del siglo XIX en el libro homenaje, presentado el pasado 27 de mayo, a Fernando Herrero Tejedor, hombre de la Transición y «cómplice» en ella de Adolfo Suárez para el primer Estatuto del Ministerio Fiscal de la democracia de 1981, aún vigente. Es un recuerdo al compañero ausente. Un intento de proyectar el pensamiento de los juristas clásicos, en lo que tienen de perenne, sobre el presente. Dejando hablar al autor consciente de que aporta sólo una perspectiva, para mí valiosa, sobre el complejo fenómeno del Derecho.…  Seguir leyendo »

Actualidad del Derecho Romano

El Derecho Romano constituye la experiencia jurídica más paradigmática de la historia europea. Roma inventa el Derecho en Occidente, y ensambla por vez primera, en expresión orteguiana, el Oriente y el Occidente de Europa. «Nos cuentan la historia de Roma –escribe al respecto Ortega– con un ritmo creciente tan próximo a la perfección, que más que una crónica parece que estamos escuchando una sinfonía».

La influencia del Derecho Romano en la Historia de Europa es continuada en el tiempo, comenzando por los propios ideales de la comunidad europea, que Roma recibe de Grecia y desarrolla en la estructura constitucional y administrativa de la República y el Principado.…  Seguir leyendo »

El Derecho, el verdadero Derecho, es el que ha nacido y el que fluye permanentemente de la sociedad civil. Es un Derecho anclado en la realidad social de las instituciones y de las comunidades, que se va formando a lo largo de la historia y también en la realidad individual y en la libertad de las personas. Es la propia realidad social organizada, la vida misma ordenada de modo libre y espontáneo por los particulares y las empresas privadas para establecer fórmulas básicas de organización, conciliación de intereses y resolución de conflictos.

Ahí, en ese caldo primordial de la sociedad civil, es donde radica la sustancia de los derechos fundamentales y de tantos principios jurídicos que nos demuestran cada día la insuficiencia del formalismo jurídico: prescripción, caducidad, preclusión, revocación, confirmación, convalidación y ratificación de los contratos, condonación, amnistía, indulto, buena fe, prohibición del abuso de derecho, interdicción de la arbitrariedad administrativa, economía de opción y otras muchas instituciones serían innecesarias y contradictorias en el mundo “ideal” del formalismo kelseniano en el que no hay lagunas del Derecho, todo es perfecto y las normas contemplan y modulan cualquier posible reacción social.…  Seguir leyendo »

Con frecuencia se dice, como algo evidente, que todas las leyes son interpretables y, por consiguiente, siempre se les puede dar el sentido que más convenga al intérprete. A ello se suele añadir que lo importante es la voluntad política: mediante ella cualquier interpretación es posible.

La mezcla de ambos factores –libertad interpretativa y voluntad política ilimitadas– resulta explosiva porque convierte a la ley en papel mojado. En una concepción de este tipo, la ley no es el presupuesto que regula la actuación de los poderes públicos –y limita su actuación– sino que, al tener un contenido indeterminado, su significado depende de la voluntad del intérprete.…  Seguir leyendo »

La obra jurídica del gran maestro Eduardo García de Enterría ha tenido una gran relevancia para las decisiones de los tribunales, es decir, para el Derecho realmente vivido. Y, por tanto, lo destaco, para la vida de los ciudadanos afectados por ellas. La publicación de sus excelentes estudios empezó muy pronto, de modo que cuando hice las oposiciones de magistrado de lo contencioso-administrativo su obra era ya muy extensa, por lo que un tratamiento serio de los temas exigía recoger frecuentemente su doctrina. García de Enterría formaba parte del tribunal y, como en el ejercicio oral no me parecía correcto citarlo por su nombre estando presente, cuando tenía que referirme a sus opiniones, mirándolo ostensiblemente, añadía un «se ha dicho…» o algo parecido.…  Seguir leyendo »

El mismo día en que falleció a los 90 años don Eduardo García de Enterría, todos los medios de comunicación estaban repitiendo constantemente la noticia de la muerte en Argentina del padre de Tata Martino, el nuevo entrenador del Barcelona. Sobre Enterría, en lo que yo vi o escuché, ni una palabra. Con todos los respetos para el señor Martino, ese dato es un síntoma claro de la escala de valores culturales –para nada ajenos a los morales– que domina en nuestra sociedad.

Porque Enterría ha sido, como fue Ortega en el campo de la filosofía y el ensayo de la primera mitad de siglo XX, quien ha marcado, ya en su segunda mitad, un antes y un después en el campo del derecho público español, tanto por su rigor científico, como por asentar el derecho sobre bases democráticas.…  Seguir leyendo »

«Todo gran jurista deja su huella en la historia», escribió don Federico de Castro, el ilustre civilista. La muerte del maestro García de Enterría trae a la memoria esa reflexión que sirvió de epílogo a un estudio que publiqué en «su» Revista de Administración Pública (número 133, 1994), a propósito del libro-homenaje que le tributaron los amigos y discípulos. «Una confianza audaz en el Derecho» es la expresión que mejor define, a mi juicio, la vida y la obra de un jurista excepcional, a partir de una firme, enérgica y apasionada profesión de fe en el significado clásico y genuino del Estado de Derecho.…  Seguir leyendo »

La crisis económica, así como actitudes dirigidas a una interesada erosión de las instituciones políticas, han convertido en tópico la afirmación de que en realidad lo que nuestra sociedad experimenta es una grave crisis moral. Discrepo del diagnóstico. Entiendo que con ese juego entre economía, política y moral se eclipsa un elemento particularmente decisivo: el derecho. Este llamativo fenómeno se debería, a mi modo de ver, a dos razones.

La primera podría caracterizarse como clericalismo civil y es fácil adivinarla bajo actitudes laicistas no pocas extendidas, también entre los mismos creyentes. Se considera de sentido común el siguiente planteamiento: hay ciudadanos cuyas convicciones religiosas generan determinadas exigencias morales y, en la medida que las consideran de particular tonelaje, pretenden imponerlas a los demás recurriendo a la capacidad coactiva del derecho.…  Seguir leyendo »

Cuando Jaime Guasp se jubiló en el verano de 1983, Antonio Hernández Gil, entonces presidente del Consejo de Estado, hizo un elocuente elogio de su alta figura como jurista, catedrático de Derecho procesal de la Universidad Complutense de Madrid y letrado del Consejo de Estado. Pero en aquellas palabras de don Antonio hubo algo quizá más importante y que no pertenecía propiamente al mundo jurídico: dijo Hernández-Gil que lo único que les había pedido a sus hijos, Antonio y Guadalupe, cuando se enfrentaron a la elección de carrera, fue que hablaran con Jaime Guasp. Aquel era, sin duda, un buen consejo, porque el valor supremo de Guasp fue precisamente el de ser un gran educador de muchas generaciones de estudiantes universitarios en las décadas centrales del siglo XX español.…  Seguir leyendo »

En mi último artículo publicado en esta misma tribuna escribía que hay gente que tiene cosas que callar y las callan y que también los hay que las cuentan y hasta las confiesan a cielo abierto. Esta cavilación me viene que ni pintada al propósito que hoy me propongo y que no es otro que razonar la decisión de asumir la defensa de un hombre llamado Luis Bárcenas Gutiérrez al que se imputan varios delitos y que actualmente está en prisión provisional.

No obstante el título, esta tribuna no es un alegato a favor de mi defendido en particular, como el que Emile Zola hizo con su J´acusse que publicó el 13 de enero de 1898 en el diario L´aurore, sino un modesto breviario o decálogo de bienintencionadas reflexiones con el que aspiro a proclamar algunos supuestos de los que cualquier abogado ha de partir para el buen ejercicio de su profesión, empezando por ser leal coadyuvante de la administración de Justicia.…  Seguir leyendo »

Expuesto de una manera esquemática, cualquier sociedad puede optar a la hora de regular jurídicamente las relaciones interpersonales que se producen en su seno por dos soluciones diversas: hacerlo mediante reglas o hacerlo mediante estándares. Las reglas (“está prohibido conducir a más de 120 kilómetros / hora”) pretenden dibujar con el mayor detalle particular posible el caso a solucionar y cuesta bastante llegar a establecerlas. Los estándares (“está prohibido conducir imprudentemente”) son pautas generales, abiertas e imprecisas, aunque es mucho más fácil llegar a un consenso social y político sobre ellas. El artífice de la solución del conflicto, en el caso de las reglas, es el legislador que la establece; en el caso de los estándares, lo es el juez que lo aplica.…  Seguir leyendo »

Las finanzas han sido el detonante, pero no nos sacarán por sí solas de la crisis, de la crisis nos sacarán la Filosofía, el Derecho y las instituciones. Aunque algunos aún no lo vean y otros se empeñen en hacerlo invisible, por si del corazón de las tinieblas, que Joseph Conrad nos disculpe, fluyera el marfil.

El Derecho sacraliza las formas porque sabe que son garantía de paz, libertad y justicia, su razón de ser. Sabe que los buenos días, disculpe, por favor, nos ayudan a escuchar, dando una oportunidad a la razón para discrepar o para coincidir, sin agredirnos. Lo sucedido recientemente con la ceremonia de toma de posesión del presidente de los Estados Unidos puede servir de ejemplo.…  Seguir leyendo »

En los últimos años España está dando la imagen de que no respeta sus obligaciones internacionales, en especial, las del sistema europeo del que tanto no hemos enorgullecido en pertenecer. La desidia o la falta de finura jurídica del poder ejecutivo y del legislativo han dado como resultado una riestra de condenas a España por diferentes infracciones que superan las 14 estaciones del Vía Crucis; además, en las últimas semanas hay tres caídas en esa vía dolorosa que han llevado a sendas constataciones de graves violaciones del Derecho europeo.

Es conveniente precisar que no se trata siempre de actuaciones normativas del Gobierno actual; algunas afectan a leyes de más de sesenta años o llegan ahora las condenas por normas y actuaciones concatenadas de ineptos gobiernos.…  Seguir leyendo »

¿Por qué pleiteamos los ciudadanos? Porque tal es nuestro derecho, contestaría raudo cualquiera, porque el art. 24 de la Constitución establece el derecho a obtener la tutela efectiva de los jueces y tribunales en el ejercicio de nuestros derechos e intereses legítimos. Pleiteamos porque hacerlo es un derecho fundamental en un Estado democrático.

La anterior respuesta es sin duda válida, pero no contesta a la pregunta sino en un sentido formal. En último término, es patente que no pleiteamos simplemente porque tengamos el derecho de hacerlo, sino que usamos de este derecho porque creemos que mediante su utilización vamos a obtener una ventaja.…  Seguir leyendo »

Durante siglos, el Derecho ha venido considerando a las víctimas del delito poco más que meros testigos de su perpetración. Ocasionalmente, colaboradoras de una administración de justicia que centraba su interés en la persecución y castigo del delincuente, como función presuntuosamente pacificadora de la sociedad. En realidad, la administración de justicia se ha venido justificando más por su poder que por su función, aunque hayamos preferido civilizar más ésta que aquel.
ABC

Las transcendentales declaraciones constitucionales pronunciadas en América, Francia y España durante las postrimerías del XVIII y comienzos del XIX significaban la elevación de la categoría de las personas para abandonar su indignante servidumbre y abrazar para siempre la condición de ciudadanos con plenos e igualitarios derechos fundamentales, sublimados en la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948, cuyo artículo 10 establece tímidamente que «toda persona tiene derecho, en condiciones de plena igualdad, a ser oída públicamente y con justicia por un Tribunal independiente e imparcial, para la determinación de sus derechos y obligaciones…».…  Seguir leyendo »

Desde siempre hubo fascinación por la imagen del servidor del Estado, expresión que reúne en tres palabras la simbiosis de la maquinaria estatal —en el sentido primigenio de territorio, población y soberanía— con la figura de ese destacado ser humano, servidor de la sociedad a la que se entrega por encima de sus intereses, sujeto a los valores tradicionales que enaltecen a su poseedor y sometido al dificilísimo gobierno de las emociones.

España se halla en situación delicada: es el momento de los hombres y mujeres que no se inclinen ante las dificultades, sino que las procesen y encaucen salidas para mejorar la estatura de nuestro país.…  Seguir leyendo »

Un acuerdo de última hora entre los Estados Unidos y China puede brindar al abogado y activista en pro de los derechos humanos Chen Guangcheng la oportunidad de matricularse en una facultad de Derecho en Nueva York, pero, aun cuando esté a punto de conseguirse una solución para el fracaso diplomático, ese caso sigue siendo en gran medida inquietante. En particular, pese a los más de tres decenios de reforma jurídica en China, Chen dispuso de poquísimos recursos para defenderse contra el acoso y la detención domiciliaría a manos de las autoridades chinas.

De hecho, veintitrés años después de que el disidente Fang Lizhi se refugiara en la embajada de los Estados Unidos, a raíz de la violenta represión aplicada en la plaza de Tiananmen, la única opción de Cheng fue la de saltar a la desesperada a los brazos de diplomáticos americanos.…  Seguir leyendo »

La polémica que se ha suscitado tras la decisión de la Sala Segunda del Tribunal Supremo de condenar por unanimidad a Baltasar Garzón como autor de un delito de prevaricación en concurso con otro contra las garantías constitucionales, merece una reflexión desde el punto de vista del bien jurídico protegido en este caso: el derecho de defensa.

Un derecho que ayer el Tribunal Supremo acertó a proteger condenando al juez que ordenó intervenir y grabar las conversaciones que los letrados que defendían a varios imputados en el caso Gürtel mantenían con sus defendidos en el centro penitenciario.

Al conocer los hechos, los letrados valoraron la gravedad de estos hechos e interpusieron una querella contra el citado juez porque consideraron que la intervención judicial ordenada era ilícita al no investigarse en la causa delitos de terrorismo ni tener los querellantes la condición de imputados, ni haberse justificado por el juez esa condición procesal -ajena a la defensa- de los mismos, y que la actuación había sido mantenida conscientemente por el instructor para aprovecharla en su investigación, como se desprendía de lo actuado.…  Seguir leyendo »

El Financial Timesdel pasado 4 de enero de 2012 recordaba las palabras de Deng Xiaoping dentro de un editorial muy elogioso sobre la evolución de Iberoamérica. La cita, referida a la hegemonía del Pacífico en el siglo XXI, planteaba como alternativa que también «podría ser el siglo de Latinoamérica».

Y bien: ¿qué tiene Iberoamérica que no tienen otras regiones geoestratégicas en rápido desarrollo? ¿Por qué el triunfo de la Democracia y del Derecho en Iberoamérica es clave para que la comunidad internacional no acabe descarrilando?

La respuesta a ambas preguntas es el papel fundamental que Iberoamérica juega en la gran batalla por la creación de un Derecho Internacional que ahorme, sin ahogar, el fenómeno de la globalización económica.…  Seguir leyendo »

El primer recuerdo que tengo de  Juan-Ramón Capella es el de un chico alto y rubio con el que me cruzaba en el pasillo de la tercera planta de la facultad de Derecho de Barcelona, en la apacible zona de seminarios. Allí, al amparo de las bibliotecarias, algunos estudiantes encontrábamos un rincón tranquilo donde conspirar. Alguien nos dijo que aquel joven rubio era un profesor que había estudiado en París y estaba acabando la tesis. En aquellos años Capella empezaba ser un mito: discípulo de Sacristán, experto en lógica jurídica, quizás comunista. Un misterioso mito.

En el último curso de carrera, Capella se arriesgó a examinarme por el libro Teoría política de Sabine, un texto extraordinario, en lugar del aburrido manual de su catedrático.…  Seguir leyendo »