Economista

Cuando estudiaba Económicas en París, en la década de 1960, y de nuevo en California en la década de 1980, mis profesores coincidían al menos en un principio: «Los economistas no pueden predecir». En el mejor de los casos, logran explicar el pasado, pero no siempre; la gran crisis mundial de 1930 aún suscita controversias entre quienes consideran responsable a los Estados (demasiado dinero emitido, demasiadas fronteras cerradas, demasiados monopolios públicos) y quienes acusan a los empresarios (demasiada producción inútil, salarios demasiado bajos). Cuando en 2008 estalló la burbuja financiera que sumió al mundo en la recesión, la Reina de Inglaterra, por lo general poco locuaz, preguntó a sus ministros: «¿Entonces para qué sirven los economistas?».…  Seguir leyendo »

Retrato póstumo de Adam Smith por autor anónimo, c. 1795 (Galería Nacional de Escocia)

Hace ya 300 años que el que es comúnmente considerado el padre de la ciencia económica naciera en Kirkaldy, un pequeño pueblo escocés de pescadores que pasaría a la historia, precisamente, por haber sido el lugar de nacimiento de este insigne liberal que fue profesor de Filosofía Moral en Glasgow (la Economía no existía entonces como disciplina separada y autónoma), y que escribió no solo su célebre obra sobre la riqueza de las naciones, sino también 'La teoría de los sentimientos morales', sin la que no se puede comprender correctamente su pensamiento, porque para Smith las cuestiones económicas se entrelazaban con la moral, la política, el derecho y la justicia.…  Seguir leyendo »

Amigo Juan, maestro Velarde

«Yo, como economista…». La voz potente del profesor y académico transmitía siempre sabiduría y rigor intelectual al servicio de sus profundas convicciones. Juan Velarde Fuertes (Salas, Asturias, 1927-Madrid, 2023) falleció el pasado 3 de febrero a sus jóvenes noventa y tantos años, cuando muchos llegamos a pensar que ese luctuoso día no llegaría nunca. Desprendía esa bondad de corte socrático que permite asegurar –por fortuna– que los buenos somos más felices. Su mal genio característico dejaba paso a una reconciliación inmediata para olvidar rápidamente cualquier discrepancia. Fue siempre, eso sí, un pésimo conspirador. Ni una sola batalla ganó en su vida en el terreno donde triunfan los mediocres, de manera que el éxito y reconocimiento general le llegaron por aplastamiento.…  Seguir leyendo »

Volcker: homenaje a nuestros bienhechores desconocidos

Los auténticos bienhechores de la humanidad a menudo pasan desapercibidos. Paul Volcker fue uno de ellos. Desde luego, su fallecimiento, el 8 de diciembre, fue mencionado por la prensa, pero el lector, en el mejor de los casos, recordará que dirigió la Reserva Federal de Estados Unidos en la década de 1980; nada fascinante, fuera del reducido círculo de los economistas. En realidad, Volcker cambió nuestra vida, primero en Estados Unidos, después en Europa y por último en el resto del mundo. ¿Cómo puede ser? Inicialmente, asumió su cargo en un momento en que la inflación hacía estragos en todo el mundo; él terminó con ella.…  Seguir leyendo »

La soberbia de los economistas limita su eficacia

En el año 2005, el economista americano David Colander replicó a una encuesta realizada en 1987 entre los estudiantes de posgraduado de economía de las principales universidades americanas, y una de las preguntas incluidas era si consideraban la economía como la más científica de todas las ciencias sociales. En estos casi 20 años el porcentaje de estudiantes que estaba de acuerdo totalmente con esta afirmación ha pasado del 28 al 50%. En otra encuesta entre profesores norteamericanos, el 57% de los economistas estuvo en desacuerdo con la proposición de que, en general, el conocimiento interdisciplinar es mejor que el conocimiento obtenido por medio de una única disciplina, frente al 25% de los sociólogos, el 28% de los politólogos y el 32% de los historiadores.…  Seguir leyendo »

Joan Robinson y las ‘políticas de perjuicio al vecino’

A los 35 años de su muerte recordamos una vez más a la discípula predilecta de Keynes, la economista Joan Robinson (JR), que describió las guerras comerciales, como la que se abre ahora entre EE UU y China, como "políticas de perjuicio al vecino". Su obra fue muy reconocida —y discutida— en los ambientes académicos de su tiempo. Keynes decía que "estaba sin duda entre los seis o siete mejores economistas" de Cambridge, un grupo que incluía a Pigou, Sraffa, Richard Kahn, James Meade o Austin Robinson, el marido de Joan, todos ellos miembros del Cambridge Circus, el grupo de la universidad del mismo nombre en el que se debatía permanentemente de asuntos económicos.…  Seguir leyendo »

John Maynard Keynes un recuerdo

Hoy se cumplen 70 años de la muerte de John Maynard Keynes. Su colega Arthur Pigou reconoció que había sido el economista más importante e influyente de su tiempo. Pasadas siete décadas desde su desaparición, cabe afirmar que el avance más fundamental en el pensamiento económico del siglo XX está asociado a su nombre y a su obra. En La teoría general del empleo, el interés y el dinero, publicada en 1936, Keynes estableció las bases sobre las que se fundó la política económica desde la II Guerra Mundial.

Maynard Keynes nació en Cambridge el 5 de junio de 1883.…  Seguir leyendo »

En 1935, John Maynard Keynes escribió a George Bernard Shaw: “Creo estar escribiendo un libro sobre teoría económica que revolucionará en gran medida – supongo que no enseguida, pero sí en el curso de los próximos diez años – el modo de pensar del mundo acerca de los problemas económicos”. Y, de hecho, la obra más destacada de Keynes, La teoría general del empleo, el interés y el dinero, publicada en febrero de 1936, transformó la economía y la formulación de políticas económicas. Ochenta años más tarde planteo la siguiente pregunta: ¿Se mantiene aún viva la teoría de Keynes?

Dos elementos del legado de Keynes parecen estar asegurados.…  Seguir leyendo »

Pensando en westerns y pianistas, en la línea abierta por Santiago Carbó (“No disparen al economista”. El País, 15-4-2015), me viene a la memoria aquella conocida escena en que el pianista aporreaba el piano del salón con un mono encaramado a su hombro. Un parroquiano le pregunta “¿sabe porque el mono mete su cola en mi whisky?” El pianista responde “no la recuerdo, pero si me la tararea…” Tal vez el parroquiano, sospechando que le están tomando el pelo, sintiera la tentación de dispararle.

Aflora un problema de comunicación. En muchas ocasiones el ciudadano adquiere la sensación de que la conversación con los economistas se convierte en un diálogo de besugos.…  Seguir leyendo »

El economista es un arrogante profesional que, creyéndose siempre en posesión de la verdad, se empeña en ofrecer recomendaciones de política que se han demostrado inútiles y en predecir, con muy poco éxito, las crisis financieras. Esta definición no consta en ningún diccionario, pero podría construirse juntando los principales mensajes de dos artículos de opinión publicados recientemente por EL PAÍS: La fraudulenta superioridad de los economistas de Moisés Naim y El economista y las manos sucias de Joaquín Estefanía. Como la crisis económica ha impuesto un notable sufrimiento a la población, esta definición encontrará sin duda terreno abonado para su aceptación.…  Seguir leyendo »

En algunas escenas de las primeras películas tipo westernen el cine mudo, se sucedían las disputas e insonoros tiroteos en la cantina y se podía apreciar un cártel con el mensaje: “No disparen al pianista”. La convulsión propia de una crisis de las dimensiones de la que hemos vivido y aún sufrimos ha otorgado un lugar central al debate económico, pero en muchos casos demasiados disparos van en la dirección incorrecta. Los economistas son ahora tanto o más necesarios que antes y merecen reproches, pero no pueden ocupar la centralidad que muchos quieren asignarles en la diana del desahogo.

Lejos están estas líneas de ser un alegato de defensa de una profesión que necesita de la crítica para avanzar.…  Seguir leyendo »

En la gigantesca obra de Maynard Keynes, la palabra citada con más frecuencia no está relacionada con la ciencia económica, sino que describe la genealogía de las políticas. Los políticos, escribía Keynes, aplican sin saberlo unas ideas expresadas por unos economistas muertos desde hace mucho tiempo y cuyo nombre, por lo general, ignoran. Tomado en conjunto, Keynes tiene razón en este punto ya que las políticas llamadas de reactivación económica son derivados de su obra que, en general, los políticos no han leído. Existe al menos una excepción al teorema de Keynes. En la década de 1980, Margaret Thatcher y Ronald Reagan conversaban con el economista Friedrich Hayek y aplicaban sus recomendaciones.…  Seguir leyendo »

Al igual que muchas personas, conocí por primera vez al economista galardonado con el premio Nobel, Gary Becker, que murió temprano en el mes, mediante la lectura de sus escritos prominentes, Human Capital y The Economics of Discrimination. Numerosos economistas distinguidos han logrado el premio Nobel de Economía desde que el banco central de Suecia lo empezó a otorgar en 1969, pero Becker es de los pocos que han transformando de manera fundamental cómo los economistas (y científicos sociales, más generalmente) abordan una amplia lista de temas económicos importantes.

Becker aplicaba extraordinariamente sus percepciones profundas, especialmente en lo que se refiere a incentivos económicos, en temas que en gran parte no se habían explorado desde el lente del análisis económico.…  Seguir leyendo »

En libros de gran éxito, como Las consecuencias económicas de la paz (1919) y la Teoría general del empleo, el interés y el dinero (1936), Keynes (1883-1946) dio razón económica de lo que estaba pasando en el mundo. Concretamente, con la Teoría general, el libro programático de la macroeconomía, Keynes creó un nuevo modelo económico que, rectificando el pensamiento económico clásico, hacía de la regulación económica de la demanda global –consumo, inversión, gasto público, exportaciones– por la intervención del gobierno en la economía (a través de los instrumentos de la política económica: política presupuestaria, política fiscal, política monetaria) la clave del equilibrio económico, del crecimiento, de la inversión y de la creación de empleo.…  Seguir leyendo »

La obra de Skidelsky –recién publicada en versión española por RBA, con buena traducción de Javier San Juan y Anna Solé–, constituye un monumento sobre el economista quizá más incisivo e ilustrado del siglo XX: John Maynard Keynes ( JMK). Un libro que es fruto de la más ingente labor del biografiante; iniciada en 1976 y que sólo finalizó en 2003: 27 años para redactar, primero, una trilogía y, al final, un resumen. Que en su edición española abarca 1.366 páginas, longitud que no es óbice para que el lector se sienta apresado en la lectura desde su mismo comienzo.

Nacido en 1883 y muerto en 1946, el grueso de la vida profesional de Keynes se vio enmarcado entre las dos guerras mundiales.…  Seguir leyendo »

Después de haber logrado el Premio Nobel de Economía, Samuelson, en una conferencia, dijo aquello tan interesante de que no existen, para un empresario, límites en su búsqueda de ganancias. Tampoco tiene límites el deseo de poder de un político. La historia dirá, para siempre, si efectivamente merecen, empresarios y políticos, ser destacados, a causa de su opulencia los unos, de su poderío los otros. Pero el hombre de ciencia tiene otra ambición, también ilimitada: gozar de un aprecio intelectual creciente de sus colegas, como consecuencia de las aportaciones que consigue en la especialidad en la que trabaja.

Ahora, con motivo de su muerte, bien vemos cómo, tirios y troyanos sin ir más lejos, Robert Lucas, de la Escuela de Chicago, poco simpatizante con sus posturas, al iniciar su reciente conferencia en Madrid, compiten en elogios a las aportaciones científicas de este gran maestro de la Economía que fue, desde su atalaya del MIT, Samuelson.…  Seguir leyendo »

When Alistair Darling said that “much of what Keynes wrote still makes sense”, anyone under 40 might well have asked: “And who on earth is Keynes”?

When I first started writing about him in the early 1970s, John Maynard Keynes was a name to conjure with - not in the league of Led Zeppelin, to be sure, but certainly familiar to the mythical educated layman. Economic policy was “Keynesian” - that is, governments aimed to keep unemployment below the “magic” figure of one million, as they had for the previous 30 years, by expanding public spending or cutting taxes.

Then Keynesian policy suddenly became obsolete and the theory that backed it was consigned to history's dustbin.…  Seguir leyendo »

La historia del pensamiento económico en el siglo XX es algo parecida a la del cristianismo en el XVI. Hasta que John Maynard Keynes publicó su Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero en 1936, la ciencia económica -al menos en el mundo anglosajón- estaba completamente dominada por la ortodoxia del libre mercado. De vez en cuando surgían herejías, pero siempre se suprimían. La economía clásica, escribía Keynes en 1936, "conquistó Inglaterra tan completamente como la Santa Inquisición conquistó España". Y la economía clásica decía que la respuesta a casi todos los problemas era dejar que las fuerzas de la oferta y la demanda hicieran su trabajo.…  Seguir leyendo »

Paul Krugman, profesor de Economía en Princeton y columnista de The New York Times, acaba de ser galardonado con el Nobel de Economía. El impacto será fuerte. Porque, como decía ayer el Financial Times, cuando se conoce un nuevo Premio Nobel de Economía, la primera pregunta es: "¿Quién es ese?" Y la segunda: "¿Qué defiende?" Y ambas preguntas sobran con Krugman, un economista conocido tanto por sus trabajos sobre comercio internacional, como por los 20 libros publicados, los 200 ensayos en revistas y sus dos artículos semanales en The New York Times. Y su posición, una crítica rigurosa del fundamentalismo liberal, no es menos sabida.…  Seguir leyendo »

"Si el profesor Fuentes Quintana faltara, los economistas españoles trabajaríamos menos", solía decir Ernest Lluch, admirador confeso de esa mezcla de energía y entusiasmo que convertía a Enrique Fuentes en un irresistible incitador al trabajo. Si a ello añadimos el valor que para él tenía la palabra escrita como un superior compromiso (Scripta manent era una de sus frases predilectas) se comprende mejor la gran cantidad de revistas y publicaciones que animó o creó, desde Información Comercial Española o Hacienda Pública Española, hasta Papeles de Economía Española o más recientemente Papeles y Memorias de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas.…  Seguir leyendo »