¿Para qué sirven los economistas?
Cuando estudiaba Económicas en París, en la década de 1960, y de nuevo en California en la década de 1980, mis profesores coincidían al menos en un principio: «Los economistas no pueden predecir». En el mejor de los casos, logran explicar el pasado, pero no siempre; la gran crisis mundial de 1930 aún suscita controversias entre quienes consideran responsable a los Estados (demasiado dinero emitido, demasiadas fronteras cerradas, demasiados monopolios públicos) y quienes acusan a los empresarios (demasiada producción inútil, salarios demasiado bajos). Cuando en 2008 estalló la burbuja financiera que sumió al mundo en la recesión, la Reina de Inglaterra, por lo general poco locuaz, preguntó a sus ministros: «¿Entonces para qué sirven los economistas?».… Seguir leyendo »