Educación para la ciudadanía

Una preocupación constante, compartida por la ciudadanía y por los dirigentes de toda Europa, se resume en estas preguntas:

1. ¿Seremos capaces de preservar el modelo de convivencia y paz del que disfrutamos desde hace ya casi un siglo?

2. ¿Cómo paliar el déficit democrático, la falta de interés por la cosa pública en los más jóvenes?

3. ¿Es posible contribuir a una sociedad europea mejor que la que recibimos?

Se trata de preguntas que no admiten respuestas fáciles. Pero, con independencia de las que pudieran darse, todas contendrían casi siempre una misma clave. Parte de la solución es la educación.…  Seguir leyendo »

Aulas y púlpitos

El otro día vi una tertulia televisiva en la que remaché mi convicción de que nuestros políticos en ejercicio actuales son frecuentemente mediocres, pero que peor será cuando dentro de poco gobiernen los tertulianos. El tema era el litigioso asunto de la asignatura de Religión en la escuela. Se oyeron las cantinfladas de siempre. “Nosotros somos partidarios de la laicidad, no del laicismo, que no es lo mismo”, decía, pedagógica, la representante socialista. En efecto, no es lo mismo: la palabra castellana es “laicismo”, mientras que “laicidad” es un galicismo no aceptado por la RAE hasta fecha muy reciente (que, por cierto, define laicismo de forma cuidadosamente errónea).…  Seguir leyendo »

Las sentencias del Tribunal Supremo sobre las asignaturas relacionadas con la educación para la ciudadanía ofrecen la oportunidad insólita de asistir a un cruce de argumentos sobre una cuestión de interés general. Es de lamentar que debates como este queden reservados a una minoría de iniciados, capaces de armarse de paciencia y enfrentarse a centenares de folios. Se abordan problemas como la relación entre conciencia personal y derecho, el efectivo alcance del pluralismo como valor superior de nuestro ordenamiento constitucional, la dimensión más excluyente («negativa», diría Kelsen) que positiva de la Constitución al reconocer derechos y contenidos axiológicos, el intento imposible de separar drásticamente ética pública y privada, o la aporía de perseguir en el ámbito educativo una neutralidad moral que no encubra un burdo indiferentismo.…  Seguir leyendo »

A primera vista, podría decirse que la Ley de Calidad de la Educación que se aprobó durante el segundo mandato de Aznar, con Sociedad, Cultura y Religión como asignatura obligatoria, se inspiraba parcialmente en el modelo de enseñanza de la religión diseñado en las reformas educativas del Reino Unido de los años 1944 y 1998. Según dicho modelo, la historia y la tradición religiosa británica se enseña, en los centros de titularidad estatal, como un hecho cultural de modo objetivo y neutral, libre de todo proselitismo, y para todos los alumnos que tengan interés en ella.

Al mismo tiempo, el Estado garantiza, en los centros de titularidad confesional, la oferta de la enseñanza religiosa como hecho cultural, que se añade a la oferta del hecho religioso como confesión del centro respectivo, pero nunca como asignatura alternativa, sino como voluntaria e independiente, respetando la libertad de conciencia de los alumnos.…  Seguir leyendo »

El debate sobre Educación para la Ciudadanía resulta anacrónico en un tiempo en el que se supone que todos asumimos los valores democráticos que están en la raíz de esa materia destinada no al adoctrinamiento, sino a proporcionar conocimientos y materiales para el debate de las diversas opciones que constituyen la esencia del pluralismo como valor superior del ordenamiento jurídico, según proclama nuestra Constitución.

Los padres objetores se oponen a los valores ciudadanos esgrimiendo una lectura encapsulada del artículo 27.3 del texto constitucional. Este pasaje concede a los padres el derecho de que sus hijos reciban educación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones.…  Seguir leyendo »

El Mundo me solicita amablemente una valoración de urgencia de la decisión del Tribunal Supremo hecha pública hace unas horas.Ciertamente, ha de ser de urgencia, dado lo escueto de la nota emitida por el TS, sin aclarar motivación alguna ni matices explicativos, salvo uno al que luego me referiré.

La cuestión fundamental que late en el debate político y jurídico que ha confluido en la sentencia del TS es la de los límites del Estado en la imposición obligatoria de contenidos educativos.En mi opinión -ya lo dije al inicio de estos tres años de debates-, el principio de intervención democrática autoriza al Estado a buscar un acuerdo constitucionalmente correcto acerca de los saberes mínimos que han de transmitirse a las nuevas generaciones.Pero…  Seguir leyendo »

La campaña contra Educación para la Ciudadanía y los Derechos Humanos ha sido desdichada. Ha creado confusión y temor en muchos padres y ha impedido un serio debate ético, que hubiera sido muy provechoso para todos. Podría haber animado a los padres a acercarse a la escuela, para ayudarnos e impartir una educación en valores que ellos mismos son los más interesados en reclamar.Pero no. Ha servido para extender la desconfianza y ha dificultado -como en el ridículo caso de la Comunidad Valenciana- la normal marcha de la asignatura. ¡Cuantas energías desperdiciadas!

Los argumentos en contra de la asignatura se resumen en dos: atenta contra el derecho de los padres a elegir la educación moral y religiosa de sus hijos; e introduce una ideología de género que a los objetores les parece peligrosa e inmoral.…  Seguir leyendo »

La Sección Tercera de la Sala de lo Contencioso-administrativo de Sevilla ha dictado una sentencia revocando una decisión de la señora consejera de Educación de la Junta de Andalucía que rechazaba una petición de una familia formada por don Manuel Flores Limón y doña María Dolores Cano Delgado, para que se reconociese a su hijo la objeción de conciencia ante la asignatura de Educación para la Ciudadanía y Derechos Humanos.

La sentencia afirma que no es necesaria ninguna norma legal que autorice la objeción de conciencia y que ésta puede ser planteada y ejercida por los padres directamente, en representación de su hijo si considera que la norma vulnera derechos fundamentales.…  Seguir leyendo »

La polémica sobre la Educación para la Ciudadanía (EPC) crece ahora con una incidencia judicial; una sentencia de la Sala de lo Contencioso-Administrativo sevillana. El fallo reconoce a los demandantes el derecho a objetar esa asignatura y declara que su hijo no debe cursarla, ni ser evaluado.

La línea argumental acoge la de la demanda; la EPC "supone una 'ética cívica', distinta de la personal; plantea temas, objetivos y criterios de evaluación de alto contenido político, discutible y discutido; y utiliza terminologías y conceptos propios de la ideología de género". Además, el tribunal, citando distinta jurisprudencia, señala que la objeción de conciencia forma parte del contenido del derecho a la libertad ideológica y religiosa, y que los padres tienen derecho a que se respete su credo en la educación de los hijos.…  Seguir leyendo »

Hay que reconocer la habilidad de la Iglesia católica para -nunca mejor dicho- estar en misa y repicando. Lo muestra, entre otras cosas, algunas de ellas tan recientes y polémicas como su intervención en la vida política nacional, su actitud ante la asignatura de Educación para la Ciudadanía (EpC). La jerarquía eclesiástica, las asociaciones católicas de padres de alumnos y la influyente patronal de la enseñanza FERE se opusieron desde el principio a la creación de la nueva asignatura y, una vez aprobada la ley, pusieron todo tipo de dificultades a su alcance para evitar que se impartiera.

Dos eran las razones de fondo, aunque no confesadas del todo: la primera, porque entraba en competencia y, en algunos temas, en conflicto con la enseñanza de la religión y la moral católicas; la segunda, porque terminaba con el monopolio detentado por la Iglesia durante décadas, e incluso siglos, en la educación de los valores morales y en la conformación de la conciencia de los ciudadanos españoles desde la más tierna infancia.…  Seguir leyendo »

Ediciones Península reeditó en 2003, para general deleite, el Catecismo patriótico de Menéndez-Reigada, y ahora está a punto de dar a la luz pública otra perla del mismo género, España es mi madre, del padre Enrique Herrera Oria. Ambas obras se publicaron durante la Guerra Civil, y perseguían descaradamente el objetivo de inculcar a los niños españoles, como si fuera un dogma de la fe cristiana, un patriotismo español identificado con el Caudillo y su régimen fascista. No creerlo así sería como dudar de la divinidad de Jesucristo o de la virginidad perpetua de María. Sería pecado.

Los hermanos dominicos González Menéndez-Reigada, fray Albino (entonces obispo de Tenerife y futuro obispo de Córdoba) y fray Ignacio (muy introducido en la casa civil de Franco) fueron seguramente coautores del Catecismo patriótico, que en la mayoría de ediciones da por autor simplemente a "Menéndez-Reigada".…  Seguir leyendo »

Los análisis jurídicos ayudan a descubrir perspectivas y matices que a primera vista tienden a escapar con facilidad, como he tenido ocasión de señalar al abordar problemas de teoría del derecho en lo que he titulado, para no engañar a nadie, «El derecho en teoría». Buenas pruebas de la importancia de tales matices encontramos en el actual debate sobre la polémica asignatura «Educación para la ciudadanía».

Me centraré sobre todo en dos aspectos: la frontera en justicia y tolerancia y el papel que nuestra Constitución atribuye al «mantenimiento del orden público» como única «limitación» admisible para las manifestaciones de la libertad ideológica.…  Seguir leyendo »

Durante el franquismo, las autoridades nos aseguraban que no había que confundir la libertad con el libertinaje. La mayoría optamos entonces por el libertinaje, que por estar menos recomendado resultaba mucho más prometedor. En cuestiones de vida privada siempre he seguido fiel a esa elección temprana, aunque la merma de facultades haga poco a poco que mi libertinaje sea meramente rememorativo y virtual. Por el contrario, en el terreno político, cada vez tengo más claro que el libertinaje es en efecto un serio enemigo de la verdadera libertad... aunque desde luego por razones democráticas que no tenían curso legal en el franquismo.…  Seguir leyendo »

También existió una Commedia dell'arte en la España del gasógeno. El mariquita, la beata, el gangoso, hacían las delicias del personal en los poblachones con Juzgado de Primera Instancia y cine convertible en sala de teatro, o viceversa. El cómico subía a las tablas y tiraba del repertorio, que no era sólo vocal y gestual sino a la vez moral. El teatro nació del rito religioso. Todo el teatro, incluido el profano. Contiguo a Esquilo está Aristófanes, cuyas procacidades producen todavía asombro. El rito, no obstante, sigue ahí: en Las ranas, el vehículo de las facecias más hilarantes, de los golpes más atrevidos, es Dionisio, un dios.…  Seguir leyendo »

El fragor de la tormenta en torno a los contenidos de Educación para la Ciudadanía no ha alcanzado Calañas, el pueblecito del Andévalo minero en el que, entre colinas oxidadas y bosques de eucaliptos que se incendian cada verano, llevo ya casi dos lustros de labor docente. De hecho, recién entrado en clase abro fuego preguntando a los alumnos por la polémica desatada en los medios y la opinión que les merece y ellos ponen cara de oírme hablar en esperanto, por poner un idioma que les suene a lluvia o rumor de olas. No los culpo: este primer día de curso se abre con un desbarajuste babélico en el instituto, las obras que pretenden remendar la instalación eléctrica y adecentar patio y biblioteca no han concluido y mantienen las aulas convertidas en depósitos de escombros, entre los que los adolescentes deben buscar espacio para aposentar sus pupitres; para colmo faltan tres profesores que la administración no ha asignado y el horario lectivo ha sufrido ya varias tachaduras, correcciones y remiendos en lo que llevamos de mañana: ciudadanía y democracia parecen objetos borrosos, remotos en medio de este campamento de refugiados.…  Seguir leyendo »

No pondré en cuestión la legitimidad de la objeción de conciencia. En cambio, me atrevo a calificar de inoportuno e incongruente el flirteo con ésta en el marco del sistema educativo. En concreto, la insinuada objeción de conciencia frente a la nueva asignatura de educación para la ciudadanía resulta altamente desafortunada. Incluso, la mera preocupación por su incorporación.

¿Debe educar la escuela la dimensión ético-moral de la persona? Evidentemente, para que el proceso de enseñanza-aprendizaje sea verdaderamente educativo debe incidir en todos los aspectos de la vida y del ser. Y eso se consigue - en lo moral- a través de la enseñanza de contenidos específicos y, especialmente, a través del desarrollo de la capacidad de juicio moral (¡que por cierto es lo que fundamentalmente falla!).…  Seguir leyendo »

A la ignorancia en muchos casos y a la manipulación, en otros, obedece la confusión sobre la necesaria distinción entre ambos términos que se plantea en uno de los procesos históricos más relevantes que es el de la secularización. La sospecha de que no estamos sólo ante problemas de ignorancia descansa en algún otro caso próximo. En un folleto editado por Profesionales por la Ética sobre "Educación para la Ciudadanía: los padres elegimos", se informa de un posible derecho a la objeción de conciencia frente a la asignatura desde dos presupuestos que resultan inexactos por incompletos. Se recoge en el artículo 27.3 de la Constitución: "Los poderes públicos garantizan el derecho que asiste a los padres para que sus hijos reciban la formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones", pero omiten el 27.2, que es el realmente atinente al caso: "...…  Seguir leyendo »

Nos encontramos ante el inicio de curso y, como era de esperar, el centro de atención de los medios de comunicación durante los días previos a la vuelta a clase se ha situado en la nueva y polémica asignatura de 'Educación para la Ciudadanía'. Las cuestiones escolares de fondo -como por ejemplo el fracaso escolar, que al final de la ESO no solamente no ha disminuido, sino que ha alcanzado la alarmante cifra del 30%- han desaparecido, curiosamente, de las preocupaciones de la opinión pública.

Lo que hay que reconocer, no obstante, es que lo que en realidad se debate a raíz de la implantación de esta asignatura no es una cuestión banal.…  Seguir leyendo »

La asignatura de Educación para la Ciudadanía y los Derechos Humanos constituye uno de los logros más importantes de la última reforma educativa. Viene a llenar una de las más graves carencias de nuestro sistema de enseñanza, cual es la educación cívico-democrática de los ciudadanos y ciudadanas, en aplicación del artículo 27.2 de la Constitución española: "La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana en el respeto a los principios democráticos de convivencia y a los derechos y libertades fundamentales".

Sin embargo, desde que se anunciara la elaboración de la ley que regula dicha asignatura no han cesado las críticas y el rechazo de importantes e influyentes sectores de la Iglesia católica.…  Seguir leyendo »

Creo que fue Azorín quien dijo que "vivir es ver volver". Razón no le faltaba, al menos en cuestiones de debate intelectual. Yo estoy tan escarmentado de la manía de suponer que ciertos conceptos periclitan o que algunas polémicas han sido definitivamente superadas que no me extrañaría mañana encontrarme con defensores de la doctrina del éter, del flogisto o de la infalibilidad del Papa. Cuestión de paciencia, nada más. Aun así, me ha sobresaltado un poco tropezar de nuevo con la oposición irreductible entre instrucción y educación, suscitada en un artículo de Sánchez Ferlosio ("Educar e instruir", EL PAÍS, 29-VII-07) y prolongada después en otro de Xavier Pericay ("Educación, instrucción y ciudadanía", Abc, 14-VIII-07).…  Seguir leyendo »