Falange

Una de las novelas más desconcertantes de Goethe se titula «Las afinidades electivas». En ella, y a diferencia del habitual territorio de libertad en que se desenvuelven sus relatos, una noción química, que conforma un destino prácticamente inexorable, determina el recorrido sentimental de los protagonistas. El impulso amoroso queda reducido a una inapelable alquimia, a la que es posible presentar obstáculos pero cuya resolución final solo puede posponerse. Los seres humanos se convierten en partículas a merced de una despiadada naturaleza, siempre mecánica, necesaria.

Si quisiéramos creer, como afirmó Shakespeare, que estamos hechos de la misma materia de nuestros sueños, se entenderá fácilmente que nadie desee otra «afinidad electiva» que la libremente escogida; pero, mucho menos, que sea otro el que se la atribuya.…  Seguir leyendo »