
En el Valle de la infamia, menos constructoras y más historiadoras
El Valle de los Caídos se erigió, según el artículo primero del Decreto del 1 de abril de 1940, para “perpetuar la memoria de los que cayeron en nuestra Gloriosa Cruzada”; es decir, para celebrar el golpe de Estado y la terrible Guerra Civil que le siguió —porque, recordemos, el golpe fracasó—. Sería mucho después, en 1958, cuando se reformuló la literatura de sus objetivos fundacionales, restando agresividad al mensaje e incidiendo en la idea del perdón cristiano para maquillar el futuro mausoleo ante las potencias internacionales. Para ello, se exhumaron —en la mayoría de los casos sin consentimiento ni información a los familiares— los restos de decenas de miles de personas procedentes de cientos de fosas, llegando a inhumar en las criptas de la basílica más de 33.000 cuerpos, lo que la convierte en la mayor fosa común del Estado.… Seguir leyendo »