Humor

“Me he cagado de miedo”, exclama el dios Dioniso, en Las ranas de Aristófanes, después de ver a Can Cerbero en la puerta del Hades. Y yo me pregunto ¿cómo es que nadie denunció y procesó a Aristófanes, al igual que el colectivo ultracatólico Abogados Cristianos y el juez Carlos Valle han hecho con el cómico Héctor de Miguel, por bromas menos blasfemas que ésta? Pues no es porque aquéllos fueran menos creyentes que nuestros agelastas, sino seguramente porque lo eran más. Porque, cuando Agustín de Hipona dijo aquello de que “fe sin dudas es fe muerta”, apuntaba al hecho de que todo aquel individuo o institución que no se expone a la otredad, esto es, a aquello que lo niega, y lo amenaza, no sólo verá debilitada su capacidad de respuesta digamos inmunológica, sino también su propia vitalidad.…  Seguir leyendo »

Me encuentro a Carlos Páez en un desayuno en México. Llega en traje de baño azul con un estampado de veleros, una camiseta Lacoste negra, gafas de sol, un rosario vasco colgado del cuello y una cruz alargada que le cubre una buena parte del bíceps que acaba de tatuarse en Playa del Carmen. El sobreviviente de la tragedia de los Andes dice que no ve la cruz como símbolo de lo tachado y de la muerte, sino de las aspas del helicóptero que le dio la bienvenida a la vida. Cuando las vio creyó que ahí terminaba esa historia insólita con la que se estrelló a los 18 años, pero más de medio siglo después ahí sigue en el encierro de su hit, de la canción que no puede dejar de cantar.…  Seguir leyendo »

Era martes, a dos días del de entrega de un texto en el que se suponía que estaba trabajando. De hecho, estaba sentada al ordenador, en la mesa en la que escribo, que es la misma en la que como, porque si María Moliner pudo hacerse un diccionario en su sala no veo qué puede impedirme a mí escribir entre charcos de azúcar. Aunque María Moliner no tenía redes sociales. Y sí una determinación que se ve que a mí me falta. No tardo en minimizar el documento y sucumbir a la luz palpitante de los mensajes de texto. Es mi amigo Luis, que me envía un fragmento de algo que está leyendo.…  Seguir leyendo »

Una versión del meme "sí, pero", de la cuenta de Instagram @_yes_but

Una curiosa familia de memes recorre la Red. Basados en las ilustraciones de Anton Gudim, estos chistes gráficos se componen de una primera imagen, titulada “Sí”, en la que se presenta algún aspecto agradable de nuestra vida cotidiana, y una segunda imagen, titulada “Pero”, que implica su negación. A una maleta de ruedas, le sigue un incómodo empedrado. A un almendro en flor, una mujer alérgica sonándose. A un souvenir de Nueva York, una etiqueta en la que se lee “made in China”. En general, son contradicciones que revelan el carácter absurdo o hipócrita de nuestra existencia. Tienen su gracia.…  Seguir leyendo »

Si no se puede reír, no es mi revolución

Están los memes de escarnio, los zascas de congreso, los chascarrillos de cuñado, las bromas de anuncio, las sonrisas de selfi, las risas enlatadas, los monólogos costumbristas, la ironía posmoderna, el cinismo neoliberal, la mala leche reaccionaria… No parece que tengan razón los que dicen que al final no podremos reírnos de nada. Lo que sucede es que hay muchas risas y muy poca alegría. Pues no nos reímos ni mucho, ni poco, ni todo lo contrario, sino que nos reímos mal. Y eso sí que no es ninguna broma.

Lejos de mí la tradición agelástica, que abomina de la risa, desde los padres de la Iglesia, que destacaron que en los Evangelios sólo se ríen los que se burlan de Cristo, hasta el conde de Chesterfield, que aseguraba que nadie lo vería reír jamás.…  Seguir leyendo »

Unos días atrás, una conversación con el humorista Berto Romero en este periódico suscitó el tipo de reacción que casi toda afirmación de relevancia provoca en las redes sociales en nuestros días, una mezcla de rechazo estruendoso y tímida aprobación. Romero admitía haber dejado de pronunciarse sobre las divisiones en la sociedad catalana en torno al tema de la independencia porque su postura, “la equidistancia, no era apreciada”.

A lo largo de los últimos años, Berto Romero ha desarrollado en radio y televisión, así como en el teatro, un tipo de humor en español y en catalán cuyo sello distintivo es una cierta candidez; como el primer Woody Allen, Romero puede producir risas y al mismo tiempo inspirar ternura, y como Albert Pla, expresar ideas singularmente subversivas bajo la apariencia de la comedia de costumbres.…  Seguir leyendo »

El mundo de la comedia ha desarrollado su propia acepción para el término cuarentena. Se refiere al periodo de prudente silencio que el gremio pacta mantener hasta que una determinada tragedia, individual o colectiva, pueda ser utilizada como material cómico. El cómico Gilbert Gottfried se saltó una de las más tensas cuarentenas cuando, en el roast que el Friar’s Club de Nueva York dedicó a Hugh Hefner en 2001, decidió bromear sobre el 11-S cuando tan sólo habían transcurrido tres semanas desde los atentados. Los abucheos fueron instantáneos. Años más tarde, la cómica Sarah Silverman pudo incluir en su película Jesus is Magic (2005) su propuesta de nuevo eslogan para la compañía American Airlines sin causar tanto revuelo: “American Airlines: Los primeros en impactar contra las Torres”.…  Seguir leyendo »

Entre ruidos, luces, y un ir y venir a no sé dónde, cada noche, cuando echo las persianas de mi pensamiento, logro visualizar a aquel niño que fui y que me recuerda, inexorablemente, la importancia de que la sonrisa no se desinstale de mi cara, y menos si es para vestir un traje que no es de mi talla. Algo en mí se empeña, cada noche, abrazado a mi almohada, en no cambiar un ramo de sonrisas por un manojo de preocupaciones.

Desde que tengo uso de razón, siempre recuerdo haber abrazado el humor como si fuera la tabla de salvación de todos mis problemas y como la guinda que remataba todas las tartas de mis pensamientos.…  Seguir leyendo »

Siempre es agradable ver que se acuerdan del padre de uno sin tirar de la cadena después. Así que, sinceramente, es de agradecer que en distintos medios, entre ellos ABC, se hayan acordado del 50 aniversario del debut profesional de Tip y Coll. Por casualidades de la vida, José Luis era mi padre; nunca los dos, quiero decir, Tip y Coll, como a veces me han llegado a preguntar en algún medio y que, como es bien sabido, es algo práctica y genéticamente imposible.

Allá por el otoño de 1967, en el hotel Aránzazu de Bilbao, se estrenaron como dúo humorístico dos amigos de tapas y chateos por los bares de soportales en el Madrid de los Austrias.…  Seguir leyendo »

Han transcurrido ya 40 años de la muerte de Groucho Marx, nacido Julius Henry Marx, bigote visible de los hermanos Marx. Lo menos malo que puede decirse de este tiempo, casi toda una vida, es que ha sido muy poco divertido en casi todos los sentidos y sus herederos en el arte de la risa no han podido llenar el vacío. Woody Allen ha explotado la veta de la lástima como defensa frente al mundo exterior, pero con todo su talento para construir historias mezcladas de miel, acíbar y neurosis no ha cubierto el vacío de desvergüenza arrolladora dejado por el segundo de los Marx.…  Seguir leyendo »

Una de las cosas que más me alarman en los comentarios periodísticos de este país, en las críticas, en las reseñas e incluso en los debates políticos, es la casi total ausencia de humor. En esto los ingleses, los italianos e incluso los franceses nos llevan considerable ventaja. Leí, por ejemplo, una reseña crítica de la biografía del historiador Toynbee en la cual el crítico del Time acababa diciendo que no sabía si el estudio de la historia de Toynbee era una obra histórica monumental o equivalente histórico de Indiana Jones. El director de orquesta sir Thomas Beecham decía que Brahms es el equivalente musical de la estación Saint Pancras.…  Seguir leyendo »