La dignidad de la democracia
«Fue una obra de éxito hecha por personas de distinto signo». Así definía Ignacio Astarloa la Ley de Partidos aprobada en 2002 que permitió la ilegalización de Batasuna. El que fue uno de sus principales artífices concluía en un reciente debate: «La democracia española acabó con algo aberrante: que un grupo terrorista tuviese un partido político». Destacó su relevancia «no solo para la lucha antiterrorista, sino como elemento de dignidad de la democracia». Al cumplirse ahora veinte años de aquel hito y once del cese de ETA, debemos hacer memoria. Hoy, Bildu, parte de la estrategia de ETA y su testaferro, como el Tribunal Supremo demostró, ha sido normalizado como un partido democrático legítimo.… Seguir leyendo »