
En defensa del papel, el aula y la memoria
Como tantos otros escritores y profesores, durante los últimos meses he cambiado los salones de los festivales literarios y las aulas de las universidades por Zoom y otras plataformas de videoconferencia. Eso me ha permitido impartir seminarios en Bogotá o Ciudad de México y conversar con lectores de todo el mundo. Lo que se gana es evidente: tiempo, conciliación familiar, ahorro energético. Lo que se pierde, también lo es: contacto humano, inmersión, intercambio cultural, conversación informal, todo aquello que rodea a la charla y la enriquece.
Me cuesta distinguir —en el recuerdo— lo que dije en un lugar o en otro: todo ocurrió en la misma pantalla de mi casa.… Seguir leyendo »