
Elogio de la mañana
Era bonito parecer bohemia, acostarme tarde con música suave de fondo mientras leía sobre la historia medieval europea o sobre lenguas románicas. Fui nocturna algunos años, con el gusto de acomodarme a la horma del tópico de las letras y me ajusté a él con el viento a favor de la juventud primero y de la emancipación después. Lo que de noche se hace a la mañana aparece, decía el refrán, y al despertarme la mañana era corta y amarilla, mal acompasada con el ritmo general de la calle. Pero tengo los antecedentes que tengo: de campo, de madrugar y de poco vino, y, en cuanto la vida se multiplicó en casa, el cronotipo se me dio la vuelta y me encontré con que el cuerpo solito inutilizaba al despertador.… Seguir leyendo »