Nacionalismo

Con motivo de su fallecimiento este lunes, no tengo por menos que rendir homenaje a la figura de Mario Vargas Llosa, por ser un autor literario en lengua española, y español además de peruano, reconocido a nivel mundial, que tuvo el coraje de enfrentarse públicamente al nacionalismo en general. Y al nacionalismo vasco en particular.

Lo hizo en el mes de enero de 1997. Él asistía entonces al congreso Los desafíos del III milenio, celebrado en Valencia. Concretamente, intervenía en el coloquio titulado "Nacionalismo, guerra y paz", y allí soltó la bomba que luego explicó ante los periodistas en una rueda de prensa organizada tras el acto.…  Seguir leyendo »

En efecto. Que el PNV ha dejado de ser el partido de Sabino Arana es la conclusión más evidente a la que puede llegarse tras la reciente elección de Aitor Esteban Bravo como presidente del partido. Precisamente el cargo que ocupó en vida Sabino Arana Goiri.

Se trata de un hecho que ha pasado desapercibido. Y no sólo para los analistas de todos los medios, tanto de dentro como de fuera del País Vasco, sino también para los dirigentes y miembros del propio PNV, lo que demuestra el profundo desconocimiento del nacionalismo sobre lo que dejó escrito el personaje que lo fundó.…  Seguir leyendo »

Después de casi medio siglo gobernando en el País Vasco, es buen momento para hacer un resumen, no de los logros, de los que ya se han encargado de ensalzarlos ellos mismos, sino de mencionar aquellos aspectos que en mi opinión han sido errores de gestión cometidos por ideología y sectarismo que han quedado tapadillos o en el olvido.

1.— Disponemos de 4 canales de televisión y no sé cuántas emisoras de radio, con más empleados que cualquier canal privado nacional, con unos datos de audiencia irrisoria a pesar de que se añaden los del canal 2, mayoritario y que emite en castellano, para incrementar los datos de la audiencia.…  Seguir leyendo »

Pedro Sánchez ha pacificado tanto Cataluña que el discurso de "charnego orgulloso" de Eduard Sola en los Premios Gaudí causó una oleada de indignación entre los independentistas.

Mientras la amnistía y la desinflamación del conflicto en las calles se venden como prueba de estabilidad, las redes demostraron que la fractura en Cataluña sigue abierta.

Los portavoces a sueldo del independentismo han intentado relativizar la discriminación charnega comparándola con la opresión franquista sobre los catalanohablantes. Aseguran que sus abuelos, "catalanes, catalanes", también fueron analfabetos y pobres, pero que la resistencia permitió su progreso.

Otros sugieren que existe un negocio del charneguismo, que se apropia del victimismo para obtener reconocimiento.…  Seguir leyendo »

La presidenta de la fundación Sabino Arana y miembro de la Ejecutiva del PNV, Mireia Zárate, en la gala de entrega de los premios homónimos, este domingo en Bilbao. Mireia Zárate

Esta gente de la Fundación Sabino Arana no se cansa de hacer el ridículo. Pero tienen bula.

Es tal el poder político que acumulan (a través del partido, en la sociedad vasca; y en el ámbito general español, por cómo se le trata al partido desde el Gobierno, en las Cortes y en los medios de comunicación), tal el respeto y la consideración que se les dedica (recordemos la reciente y graciosa concesión del palacete de París), que se permiten salir con cualquier majadería que se les ocurra.

La última ha sido en la reciente entrega de los Premios Sabino Arana, que cada año concede la fundación del mismo nombre con motivo del nacimiento del fundador un 26 de enero de 1865.…  Seguir leyendo »

Un poco como le pasa al Casanova que Dylan inmortalizó en Desolation Row, que acaba muriendo tras haber sido envenenado con palabras, una parte relevante del nacionalismo catalán pierde el oremus cuando bebe el cianuro de una palabra muy concreta. La palabra en cuestión es “charnego”. Es lo que ocurrió con el discurso pronunciado por el guionista Eduard Sola en la ceremonia de los premios Gaudí hace unos días. Si no fuera por el veneno que la palabra les inocula, se darían cuenta de que el discurso de Sola solo fue la actualización, para el siglo XXI, de la idea de integración según el credo nacionalista de Jordi Pujol.…  Seguir leyendo »

De entre los diversos comentarios que han suscitado las palabras del Rey Felipe VI, con ocasión de su tradicional discurso de Nochebuena, dirigido a los españoles, me ha llamado especialmente la atención la reflexión hecha pública por el portavoz del Partido Nacionalista Vasco (PNV) en el Congreso de los Diputados, el señor Aitor Esteban. El señor Esteban acusó al Rey de ofrecer una «visión idílica» de la Constitución y afirmó que «aquí hay una nación que es la vasca. Decir que en el Estado español hay una única nación es negar lo incuestionable».

Esto que parece «incuestionable» para el señor Esteban, se encuentra nítidamente respaldado por nuestra Constitución, marco supremo del orden legislativo español, que, en su artículo 2 reza que «La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles, y reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas».…  Seguir leyendo »

Muchos medios de comunicación, salvo obviamente los nacionalistas, han saludado con alborozo los datos del último «sociómetro vasco», realizado el pasado mes de noviembre, en relación con el sentimiento independentista. Solo el 19% de los entrevistados se manifiesta partidario de la independencia, el porcentaje más bajo desde el año 2014 en el que se situó en su punto álgido con un 30%. No es para echar las campanas al vuelo, pero sin duda es un buen dato para los que rechazamos esa opción.

Conocida la información, conviene pararse a reflexionar sobre las razones de la disminución del independentismo. Normalmente un determinado pueblo aspira a la independencia cuando se siente sojuzgado por el Estado al que pertenece, Estado que, además de serle ajeno, pone en riesgo su identidad y supervivencia.…  Seguir leyendo »

Mi padre se sentía italiano: un italiano que, a causa de su aversión a los viajes, jamás pisó Italia. Es cierto que mi abuelo había nacido en Carrara, donde fue cantero y militante anarquista antes de emigrar a México para fundar una compañía marmolera con su hermano –sus nombres eran Augusto Cesare y Cesare Augusto y dejaron un puñado de monumentos para celebrar el centenario de la Independencia–, pero su relación con el país de sus ancestros era más imaginaria que real: nunca habló italiano en casa y la rudimentaria pasta que obligaba a prepararle a mi madre día tras día –ella detestaba la cocina– hubiese sido la burla de cualquier italiano real.…  Seguir leyendo »

Una lectura sintomática de los artículos de Agustí Calvet, 'Gaziel', que fue director de La Vanguardia y articulista de El Sol, de José Ortega y Gasset, Manuel Aznar, Mariano de Cavia, Ramón J. Sender, Félix Lorenzo o Luis Bagaría, permite detectar, en palabras de nuestro periodista, los síntomas de la «crónica enfermedad moral» del nacionalismo catalán que hace que Cataluña sea «la primera víctima de sus profundas e interminables pesadillas».

Vayamos a los textos de nuestro periodista. Textos que se escribieron antes y después del golpe de Estado de Lluís Companys del 6 de octubre de 1934. La historia quizá no se repita, pero rima.…  Seguir leyendo »

Perplejos ante el final del espectáculo

En El arte de amargarse la vida, un clásico librito de psicología relevante y divertido, combinación improbable en ese género, Paul Watzlawick, ilustrando la teoría del doble vínculo, abordaba esas situaciones que, en virtud del marco en el que están instaladas, no conceden salida buena. Cualquier "solución" agrava el problema. Sucede, por un suponer, si nuestra pareja nos pide que le digamos: "Te quiero". Si respondemos a su requerimiento, nos reprochará que se lo decimos porque nos los ha pedido, y si no, pues confirmaríamos su temor. En fin, que no hay manera. El lío, en realidad, radica en dar por bueno el viciado guion que contempla como aceptable una demanda que, por su naturaleza, no puede ser satisfecha.…  Seguir leyendo »

A estas alturas ya no se sabe qué sorprende más, si el hecho de que el País Vasco no tenga todavía alta velocidad, cuando la mayoría de las comunidades españolas ya la disfrutan (algunas desde hace décadas). O que la gente, narcotizada por el nacionalismo, ni se lo cuestione siquiera.

Que el nacionalismo vasco resulta ser, contra lo que pueda parecer a muchos, una especie de anómala imposición sobre la tradición histórica del País Vasco y que además retarda, cuando no impide, su desarrollo, tiene su reflejo de un modo insuperable en la llamada "Y" vasca.

En 2006 empezaron las obras para conectar por tren Álava, Vizcaya y Guipúzcoa.…  Seguir leyendo »

En la Diada de 2012, millón y medio de manifestantes, el independentismo proclamó que las calles siempre serían suyas. Y lo fueron. La Diada de 2014, millón ochocientos mil participantes. No fue hasta 2019 cuando la cifra bajó a seiscientos mil, hasta decrecer a los ciento quince mil en 2023 y reducirse a los setenta y tres mil este año en cinco manifestaciones: Barcelona, Tarragona, Lérida, Gerona y Tortosa. Si tenemos en cuenta que dos de las organizaciones convocantes –ANC y Òmnium– cuentan con casi doscientos mil afiliados y que los partidos independentistas (Junts, ERC, CUP y Aliança Catalana) captaron en las últimas autonómicas más de un millón doscientos mil votos, el eslogan de que «las calles siempre serán nuestras» se queda en brindis al sol.…  Seguir leyendo »

Leemos, como remate de las vacaciones, 'Una crítica marxista al derecho de autodeterminación' (Almuzara), un lúcido ensayo de Santiago Armesilla que indaga en la paradójica sumisión de la izquierda a la idea nefasta de autodeterminación, de raigambre protestante, liberal y romántica.

Para Armesilla –que se define como «materialista político», discípulo de Marx y Gustavo Bueno–, la idea de autodeterminación es «un cuento de fantasía», al estilo de las irracionales quimeras urdidas por el Barón de Münchhausen: «Ningún sujeto puede autodeterminarse –escribe, con gran sentido común–, como tampoco ningún territorio, población o Estado, sin codeterminarse con sus homólogos, sin re-conocerse entre sí», por la sencilla razón de que nadie «puede ser causa de sí mismo».…  Seguir leyendo »

Pinturas del salón Sant Jordi del Palau de la Generalitat, antes de ser retiradas. | Wikimedia Commons, Enfo

En 2019, una comisión creada y presidida por un gran intelectual catalán, Quim Torra, presidente en aquellos momentos de la Generalidad catalana, decidió retirar una serie de pinturas que decoraban el Salón San Jordi del Palacio de la Generalidad de Cataluña. Los lienzos en cuestión representaban, entre otras imágenes, el Compromiso de Caspe; la Batalla de Las Navas de Tolosa; la de Lepanto; el recibimiento (en Barcelona), por parte de la reina de Castilla, Isabel I, y el rey de Aragón, Fernando II, de Colón tras su descubrimiento de América; la Batalla del Bruc, etcétera.

La operación de descolgar las obras fue llevada a cabo bajo el imperio de otro presidente, el también sin par intelectual Pere Aragonès (¡Aragonès!).…  Seguir leyendo »

Cuando Inglaterra derrotó a los Países Bajos en las semifinales del campeonato europeo de fútbol el mes pasado, los comentaristas deportivos británicos señalaron que se trató de una victoria «histórica», que «cambiaría la vida de todos»... ya sabemos de la tendencia de esos comentaristas a la hipérbole —es su trabajo—, pero sus afirmaciones sonaron ridículas. Las naciones más pequeñas, como los Países Bajos, suelen ver a esas competencias como raras oportunidades para brillar en el escenario mundial, ¿pero necesita realmente el Reino Unido ese tipo de validación? Evidentemente, sí.

El escritor húngaro Arthur Koestler hizo una famosa distinción entre el nacionalismo común y el nacionalismo futbolero; para él, este último es más fuerte: a pesar de estar orgulloso de haberse convertido en ciudadano del Reino Unido, Koestler mantuvo su devoción por el fútbol húngaro toda la vida.…  Seguir leyendo »

La soberanista y xenófoba Aliança Catalana es otro síntoma más de la Cataluña del posprocés. El fracaso del sueño de independencia ha dado ya paso a una nueva pantalla: la nostalgia por recuperar aquella idea de nación sobre la que una vez se edificó el catalanismo de Jordi Pujol. Por eso, un eventual crecimiento de AC quizás no tendría solo que ver con la inmigración, en adelante, sino con el malestar por la sensación de pérdida de una identidad catalana durante los años de procés.

Valga una anécdota para ilustrar la situación: cuando la Roja pasó a la final de la Eurocopa varios independentistas confesaron en redes sociales, con pesar, que sus hijos celebraban los goles de España.…  Seguir leyendo »

Recuerda uno aquellas primeras pintadas a la entrada de unos pueblos medio muertos cuya calle principal era la carretera que los atravesaba.

Resultaba un viaje penoso y cansado, por lo general en noches gélidas, lluviosas, a veces con placas de hielo, si no nevando. No obstante, íbamos con ilusión a cumplir el rito de volver a casa por Navidad.

La nacional Madrid-La Coruña era en aquellos tiempos una vía transitada y extremadamente incierta. Sus dos únicos carriles hacían de ella una experiencia torturante. Nuestro viejo y destartalado doscaballos acometía apenas sin resuello los adelantamientos. Los vehículos que venían de frente nos deslumbraban y no sabía uno si acabaríamos empotrándonos contra ellos, concluyendo así nuestra vida de una manera triste y segando acaso otras.…  Seguir leyendo »