Osetia del Norte

Por André Glucksmann, filósofo francés. Traducción de María Luisa Rodríguez Tapia (EL PAÍS, 16/09/04):

Quienes viven el fin del mundo no lo ven, quienes lo ven no lo viven todavía, pero están condenados a meditar, a pesar de sí mismos, al borde del abismo. Un niño cubierto con una gorra demasiado grande y una estrella amarilla sobre el pecho saca las manos por un orificio en el gueto de Varsovia; una niña vietnamita, en llamas, huye del napalm que la asedia; unas siluetas lejanas pero claramente humanas se arrojan desde las torres de Manhattan. Hoy, unos chiquillos ensangrentados y despavoridos, en ropa interior, se escapan entre los disparos del gimnasio de Beslán.…  Seguir leyendo »

Juan Goytisolo es escritor (EL PAIS, 12/09/04).

Las imágenes de horror del secuestro y "liberación" de un millar y pico de rehenes, en su mayoría niños venidos con sus padres a la inauguración del curso escolar en la pequeña ciudad de Beslán en Osetia del Norte, muestran la cara feroz, absolutamente despiadada, del terrorismo en su busca de una ilimitada rentabilidad mediática, destinada justamente a suscitar tal revulsión. La utilización cínica de las personas más vulnerables -criaturas indefensas, madres lactantes-, enteramente ajenas a las causas objetivas que alimentan la desesperación de los secuestradores, son una prueba más de los desatinos a los que conduce una causa legítima cuando un afán de venganza ciego prevalece sobre la razón.…  Seguir leyendo »

Por Bernard-Henri Lévy, filósofo francés. Traducción de News Clips (EL PAÍS, 09/09/04):

Con la toma de rehenes de Beslán, con esta masacre de inocentes que nos golpea a todos con un terror casi sagrado, con esta crueldad, esta carnicería, con la decisión insensata de romper este ultimísimo tabú de la infancia, el terrorismo internacional acaba de superar un nuevo grado en la escalada. No hay excusa, a este respecto, para los hombres y mujeres capaces de algo tan abominable. No hay explicación -la desesperación, la miseria, los crímenes de Estado del ejército ruso- que, inscribiendo este gesto en la continuidad de una historia deplorable y trágica, sirva como justificación, excusa y evidencia -inmediata, indiscutible- de una compasión cuyo único objetivo sea el espectáculo de estas familias rotas, cargadas de incredulidad y dolor que, desde el viernes, llevan el duelo de los niños mártires de Osetia.…  Seguir leyendo »

Por Kepa Aulestia (LA VANGUARDIA, 07/09/04):

La masacre terrorista de la escuela de Beslan sigue mostrando ángulos oscuros sobre el curso de los acontecimientos que acabaron en tan desgarradora tragedia. Tras la estremecedora crueldad de los asesinos, la resistencia o incapacidad de las autoridades para precisar cuántos y quiénes acabaron muertos en tan pavorosa manifestación de barbarie convirtió el duelo general en una angustiosa espera para cientos de osetios aturdidos entre la vida y la muerte. En una lapidaria frase –y nunca mejor dicho– Putin sentenció que “la debilidad mata”. Pero probablemente no exista un régimen más débil que aquel que se muestra reacio o impotente a la hora de dar cuenta de sus muertos.…  Seguir leyendo »

Por Alejandro Muñoz Alonso (LA RAZON, 05/09/04):

El desenlace del secuestro masivo de la escuela de Osetia del Norte no ha podido ser más terrible y los tres centenares de víctimas, la mayor parte de ellos niños, han estremecido al mundo. Pero sería injusto cargar las culpas sobre el Gobierno ruso que, a diferencia de lo que ocurrió en el teatro de Moscú hace dos años, rechazó desde el principio cualquier plan de asaltar la escuela, aunque al final, una serie de desgraciadas circunstancias provocaran una sangrienta batalla que ha dejado tras sí más del doble de muertos que en aquella otra ocasión.…  Seguir leyendo »