Utopías con colmillos
Las buenas novelas históricas hablan del presente a través del pasado; las malas hablan del pasado a través del presente. La clave reside en la capacidad para rastrear las constantes humanas, en plasmar las emociones y pensamientos que mueven a las personas de cualquier época, ateniéndose a las mentalidades y cultura propias de cada periodo. Al cine le sucede igual que a la literatura, pues su potencia emocional construye imaginarios que traspasan las generaciones. Es la irresistible fuerza de la ficción. 'Yo, Claudio', de Robert Graves, escrita en la Europa de los inicios del Tercer Reich, disecciona la deriva autoritaria de Roma; y 'Revolución', la última novela de Arturo Pérez-Reverte, muestra cómo unos ideales se pervierten, y la esperanza de unos descamisados termina en corrupción y desencanto.… Seguir leyendo »