Presunción de inocencia

Jaurías contra la presunción de inocencia

Aunque María Jesús Montero no suele dejar indiferente, sus palabras sobre la sentencia del caso Alves han cruzado la frontera innegociable que separa una sociedad civilizada del abismo autoritario. Según la vicepresidenta primera, la presunción de inocencia no puede ir por delante de la declaración de una supuesta víctima, cuando es mujer. La doctrina es conocida: «Hermana, yo sí te creo». Una verdadera enmienda a la totalidad al derecho penal moderno y democrático.

En el año 2001, cuando el jurado popular comunicó su veredicto para el caso del crimen de la joven Rocío Wanninkhof, cometido dos años antes cerca de Mijas (Málaga), y declaró culpable a Dolores Vázquez, los allí presentes (audiencia pública) aplaudieron con fervor.…  Seguir leyendo »

Es fácil dar opiniones sobre el proceso judicial que afecta a un famoso en una barra de bar, o incluso en una tribuna política. Lo difícil realmente es opinar con fundamento y, desde luego, enjuiciar, que es lo que hace un juez. Para ello hacen falta conocimientos que no siempre están al alcance del gran público, aunque lo parezca gracias a todas las novelas, películas y series policíacas, así como a la ilusión que nos han creado toda la vida las películas estadounidenses de que cualquiera puede ser jurado, adivinando cómo han sucedido los hechos, pudiendo llegar hasta a condenar a alguien a la pena capital.…  Seguir leyendo »

Caso Alves': presumir la inocencia y probar la culpabilidad

Les confieso una convicción íntima: sospecho que Dani Alves sí cometió una agresión sexual en ese cuarto de baño del reservado de la discoteca Sutton. Pero, ¿acaso han de importar las convicciones íntimas, las sospechas, los «me da a mí en la nariz que..»., los «yo sí te creo, hermana», sean los míos o los de una ministra o vicepresidenta del Gobierno?

Ni siquiera las convicciones de los jueces habrían de ser relevantes si es que por «íntima convicción» hemos de entender los estados mentales que la inmediación de la prueba practicada ha suscitado en el juzgador, pues esas «puras reacciones» no deben fungir como razones justificativas de la concurrencia de hechos que son declarados probados.…  Seguir leyendo »

Juana sigue sin estar en mi casa

El hijo mayor de Juana Rivas, Gabriel, de 18 años, afirmó recientemente que su hermano pequeño, Daniel, vive un infierno de maltrato con su padre, Francesco Arcuri, y que su vida corre peligro. La Fiscalía italiana investigará los hechos, ya que en el derecho italiano no existe la figura del juez instructor -como sí ocurre en España-, sino que es a la Fiscalía a quien corresponde la fase de instrucción penal.

Las reacciones no se han hecho esperar. Isa Serra ha comentado la noticia en términos de autoafirmación: vendría a refrendar las tesis que se sostuvieron al calor de la fiebre identitaria que asoló España por las fechas en las que trascendió el caso.…  Seguir leyendo »

Los jueces, los medios de comunicación y los partidos políticos son elementos fundamentales recogidos en la Constitución. El Poder Judicial, el Legislativo y el Ejecutivo son los tres poderes básicos. Los medios de comunicación fueron llamados el «cuarto poder». De las querellas consideradas políticas, las instadas comúnmente por los partidos contra sus oponentes, no son muchas las que llegan a juicio y numéricamente irrelevantes las que acaban en condenas. Antes se ha vivido un largo procedimiento en los juzgados y durante ese tiempo los partidos denunciantes aprovechan esa tierra de nadie para atribuir a sus adversarios políticos investigados la condición de culpables, y hay medios de comunicación que siguen esa senda falaz y sirven de eco a las condenas previas.…  Seguir leyendo »

El movimiento #MeToo sirvió para alzar la voz y llamar la atención sobre cómo se trataba a las mujeres en ámbitos profesionales, sobre abusos, situaciones deliberadamente incómodas y otros comportamientos sobre los que se hacía la vista gorda.

El caso Weinstein mostró que las cosas estaban mal -al parecer, todo el mundo sabía cómo se comportaba el productor con las mujeres- y creó un precedente que debería ser excepcional: que la denuncia y el juicio suceda en los medios antes que en los juzgados. Desde que saltó el asunto de Weinstein, tras un artículo de Ronan Farrow que recogía los testimonios de las víctimas, empezó una especie de carrera mediática por contar los otros casos Weinstein.…  Seguir leyendo »

Destruyamos a un hombre. Es muy fácil. Es tremendamente fácil. No hace falta matarlo, ni darle una paliza. Ni siquiera acusarlo formalmente. Tampoco es necesaria una denuncia. Bastará verter sobre su imagen la sospecha de maltratador, acosador o violador. Si añadimos pederasta tendremos pleno al quince. Cualquiera de estas conductas es terrible: terrible en el rescoldo de una intimidad, en el autorretrato ante el espejo de cualquier hombre ético, y ante la alarma pública. Es lo peor que puede ser un hombre. Precisamente por eso, por la gravedad de estos crímenes, hemos llegado a un punto en el que bastará con nombrar cualquiera de ellos y vincularlo a un rostro, a una imagen, a una identidad, para volarla en pedazos, para enlodarla en un fango que se adhiere a la piel con el convencimiento del betún.…  Seguir leyendo »

La Ley andaluza de Violencia de Género, Ley 13/2007 (modificada por la Ley 7/2018), comprende la violencia física, psicológica, sexual o económica sobre la mujer por el hecho de serlo. Además de implantar una farragosa batería de medidas educativas de adoctrinamiento ideológico en las escuelas, hay que resaltar uno de los artículos de esta ley andaluza, que ejemplifica hasta qué punto la acción política carece de límites en la vulneración no solo de la Constitución española y los derechos fundamentales, sino de la idea misma de un Estado de Derecho.

Se trata de su artículo 30, que establece los criterios para acreditar la condición de «víctima» de violencia de género.…  Seguir leyendo »

El mal adquiere una creciente dimensión colectiva. La sociedad observa el hecho criminal como un drama. La víctima del delito lo representa. El dolor individual se convierte en una fuente de empatía. El delito estimula la emoción colectiva hasta transformarse, en ocasiones, en pánico moral. La sociedad necesita conocer las sinrazones del mal y la identidad del culpable. Desde que el delito se comete se exigen certezas sobre quién lo ha cometido. Se reclama una información on timede las investigaciones. Se busca lo objetivo y lo evidente, algo que resulta poco compatible con fórmulas de exposición condicional. Se instala la lógica del clamor.…  Seguir leyendo »

En los últimos días, he seguido con interés el llamado caso Gaztelueta, el cual me ha confirmado en hondas preocupaciones que, en correspondencia con lo mediático del asunto, quiero compartir. He de empezar diciendo que el abuso sexual constituye un delito execrable. Tan execrable que, en la hipótesis de que una acusación de abusos sea cierta, la víctima de los abusos merece todo el apoyo y compasión. Tan execrable -inexcusable es añadirlo- que, en la hipótesis de que no sea cierta, la víctima de la acusación merece todo el apoyo y compasión.

Al amparo de la Constitución (art. 20.1.a CE; y STC 65/2015, por todas), me permito formular una opinión sobre la sentencia de la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Vizcaya.…  Seguir leyendo »

Además de la división de poderes –legislativo, ejecutivo y judicial–, uno de los pilares del Estado de Derecho es que ningún ciudadano pueda ser condenado, de no haberse demostrado, de manera clara y fehaciente, su culpabilidad. Insisto y quiero subrayar lo de una culpabilidad indubitable, porque por muchas sospechas que suscite la actuación del acusado, y pese a que quienes lo juzgan tengan la certeza moral de que es culpable, cometerían un atropello si se saltaran las garantías jurídicas de la presunción de inocencia, cimiento de una convivencia que, con tanto entusiasmo como frivolidad, Ciudadanos ha destruido de hecho para los políticos.…  Seguir leyendo »

Como es sabido, los tres poderes del Estado son el ejecutivo, que corresponde al Gobierno; el legislativo, que está encomendado a las Cortes Generales (Congreso de los Diputados y Senado), y el judicial, que lo administran los jueces y magistrados. Se habla también de un cuarto poder, la Prensa, integrada por los medios de difusión, cuya labor es recibir y comunicar libremente información.

Pues bien, a poco que uno observe la realidad de nuestros días comprueba que hay una actuación de dos de esos cuatro poderes, el judicial y la prensa, que están triturando el derecho fundamental al honor de algunos ciudadanos.…  Seguir leyendo »

Como es sabido, nuestra Constitución ha elevado la presunción de inocencia al rango de derecho fundamental de la persona. Esta presunción consiste, básicamente, en que, el juzgador, para condenar a alguien, ha de tener plena certeza sobre su culpabilidad, que habrá de obtenerla a través de la valoración de la prueba que haya llegado al proceso con las debidas garantías.

Aunque esta presunción fue concebida básicamente para el proceso penal, el Tribunal Constitucional ha extendido sus efectos a todos aquellos supuestos en los que se sanciona una conducta tipificada como infracción de una norma del ordenamiento jurídico. Más aún: dicho Tribunal considera –y esto es lo que ahora me interesa destacar– que la presunción de inocencia juega también en las situaciones extraprocesales, dando derecho, en este ámbito, a «recibir la consideración y el trato de no autor o no partícipe en los hechos» sancionables y, por tanto, a no soportar las consecuencias o los efectos jurídicos que se anudarían a una prematura imputación de culpabilidad.…  Seguir leyendo »

Vivimos una época en la que están saliendo a la luz pública maniobras económicas de nuestros representantes políticos que indignan -aunque nunca lo suficiente- a la ciudadanía. No se trata de algo nuevo, aunque sí es bastante novedoso que se descubran tales hechos y que se investiguen, juzguen y condenen.

Sea como fuere, esta entrada del proceso penal en la alta política ha vuelto a poner sobre el tablero una vieja cuestión que va reapareciendo cada cierto tiempo pero que nunca se acaba de resolver: cómo denominamos al sujeto que puede llegar a ser juzgado. El listado de términos en el vocabulario popular y técnico-jurídico es muy extenso.…  Seguir leyendo »