
Las mil y una cicatrices de Ava
Ava vivía en un prostíbulo. Su mamá fue arrojada a la prostitución y a la cocaína desde muy joven. También su abuela. El hombre que vivía con ellas abusaba y pegaba a las dos mayores, y también a la niña. Ava recibía correazos por todo el cuerpo y el proxeneta apagaba cigarrillos y fósforos en el rostro de la menor. Su abuela fue la única que se enterneció de la niña y la llevó a un centro cuando Ava acababa de cumplir seis años. En ese lugar fue donde la conoció María. Se enamoró de esta pequeña resiliente, la adoptó y le abrió su corazón y su casa en Madrid, con total generosidad y entrega.… Seguir leyendo »