Elogio y paradoja de la cruz
Tormento cruel y vergonzoso era el de cruz, al que sólo se condenaba a los más aviesos entre los criminales. Suplicio reservado para los delitos más viles o para los esclavos perversos. Se colgaba al reo de la cruz para que sirviera de escarmiento y vergüenza pública.
Es fácilmente comprensible que se hablara del «escándalo de la cruz» en una cultura en la que no se podía recordar, sin sentir vergüenza y repugnancia social, todo cuanto podía hacer referencia a la cruz y a los crucificados.
Como si se tratara de una transfiguración, la realidad y el signo de la cruz ha pasando del horror a la gloria; de la vileza del castigo a la bendición; del simbolismo a la realidad de un mundo unido y salvado por la cruz; del instrumento disuasorio para los malhechores, a una invitación a tomar la cruz como camino de salvación; del escándalo al amor del Crucificado; de la tortura, a tener grabadas las «cicatrices de Cristo» (Gál 6, 17), a la aceptación del sufrimiento y de la muerte plenamente identificados con Cristo.… Seguir leyendo »