Semana Santa (Continuación)

Tormento cruel y vergonzoso era el de cruz, al que sólo se condenaba a los más aviesos entre los criminales. Suplicio reservado para los delitos más viles o para los esclavos perversos. Se colgaba al reo de la cruz para que sirviera de escarmiento y vergüenza pública.

Es fácilmente comprensible que se hablara del «escándalo de la cruz» en una cultura en la que no se podía recordar, sin sentir vergüenza y repugnancia social, todo cuanto podía hacer referencia a la cruz y a los crucificados.
Como si se tratara de una transfiguración, la realidad y el signo de la cruz ha pasando del horror a la gloria; de la vileza del castigo a la bendición; del simbolismo a la realidad de un mundo unido y salvado por la cruz; del instrumento disuasorio para los malhechores, a una invitación a tomar la cruz como camino de salvación; del escándalo al amor del Crucificado; de la tortura, a tener grabadas las «cicatrices de Cristo» (Gál 6, 17), a la aceptación del sufrimiento y de la muerte plenamente identificados con Cristo.…  Seguir leyendo »

Un desgarrón divide por la mitad el círculo del Gran Año. La rueda de la verdad descubre en ese instante trágico su cesura. Culmina en la escena que tiene las trazas de una catástrofe cósmica.

La muerte en cruz arrastra al mundo a su declive: presagio de su rescate y salvación. Ese mundo es propiedad del Dios de este mundo. Es el Señor de la Muerte.

Se produce de pronto el verdadero diabolus in musica: el temible tritono que parte en dos la escala musical, la octava, en una equidistancia que no admite mediaciones entre la cuarta y la quinta. La chirriante nota, acorde con las tinieblas que invaden el mundo, sobreviene entre la hora sexta y la novena.…  Seguir leyendo »

La cruz es árbol frondoso, cátedra de maestro, tribuna de juez, estrado de vencedor; es como un vuelo de águila, como un mástil de nave y como el signo más, de las matemáticas y de la vida humana. Todo eso por obra y gracia de un Crucificado egregio que, clavado y alzado sobre su doble madero, atrajo al mundo hacia sí. Redimiendo también a la cruz misma, que pasó de ser artilugio vil para el tormento y exterminio de los esclavos a convertirse en tabla de salvación para los dolores y miserias de la humanidad. La cruz de Cristo, que rememoramos en el Viernes Santo, es cifra y logotipo de todos sus padecimientos por los hombres en el trágico círculo final de su vida mortal entre nosotros.…  Seguir leyendo »

El término Pascua proviene de la transcripción griega y latina pasja, de una palabra de origen hebreo y arameo, pesah, cuya raíz significa pasar, altar. La Pascua tiene su origen en la fiesta de primavera celebrada por los pastores nómadas cananeos, quienes, antes de partir para los pastos al terminar el invierno, en el primer mes de primavera -nisán-, intentaban propiciar a las divinidades protectoras sacrificándoles un cordero con la prohibición de romper ninguno de sus huesos.

Desde la salida de Egipto del pueblo de Israel, allá por el año 1250 a. C., y por expreso mandato de Yahvé, Moisés decretó que el año empezaría con el sacrificio del cordero el 14 de nisán, primer mes del año, con luna.…  Seguir leyendo »

La cruz es árbol frondoso, cátedra de maestro, tribuna de juez, estrado de vencedor; es como un vuelo de águila, como un mástil de nave y como el signo más, de las matemáticas y de la vida humana. Todo eso por obra y gracia de un Crucificado egregio que, clavado y alzado sobre su doble madero, atrajo al mundo hacia sí. Redimiendo también a la cruz misma, que pasó de ser artilugio vil para el tormento y exterminio de los esclavos a convertirse en tabla de salvación para los dolores y miserias de la humanidad. La cruz de Cristo, que rememoramos en el Viernes Santo, es cifra y logotipo de todos sus padecimientos por los hombres en el trágico círculo final de su vida mortal entre nosotros.…  Seguir leyendo »

Entre las múltiples propuestas viajeras que se ofrecen por Semana Santa, tan exóticas muchas que parecen agotar toda posibilidad de la imaginación, hay una que nunca se plantea pese a ser la más prodigiosa y económica. Es un viaje que dura tres días -rememoración de otro viaje que también duró tres días- con la particularidad de que no hace falta salir de casa ni sufrir las aglomeraciones tan inevitables en ese periodo. Se lo cuento porque un año yo realicé este viaje del que volví muy satisfecho, lo cual quizá anime a alguno.

Se trata de imitar a Dante, de la única forma en que es posible imitarlo: leyéndolo.…  Seguir leyendo »

La pregunta sobre quién es Jesús de Nazaret emerge en los evangelios suscitada siempre por acontecimientos que manifiestan el misterio escondido en su persona. «¿Quién es este, que hasta los vientos y el mar obedecen?», preguntan los discípulos cuando Cristo calma la tempestad del lago. A veces la pregunta no es explícita; responde más bien al asombro ante un modo de actuar o enseñar poco acorde con lo que se puede esperar de un aldeano de Nazaret: «¿Acaso no es este el hijo de José, el carpintero?», preguntan sus vecinos al escuchar en la sinagoga las palabras de gracia que salían de su boca.…  Seguir leyendo »

Today, Eastern Orthodox, Roman Catholic and Protestant Christians have the wonderful opportunity to celebrate Easter together on the same date. To many, that idea might sound natural, since the celebration of Easter speaks to the most central aspect of the Christian faith: the resurrection of Jesus Christ from the dead.

Regrettably, though, the phenomenon happens only every few years. Most years, the date of Easter observed by Eastern and Western Christians varies from one to four weeks. The explanation is complex — a matter of calendrical calculations and astronomical applications based upon the lunar cycle. So whenever a common celebration of Easter does occur, it constitutes a true blessing.…  Seguir leyendo »

Jesus wasn't a Christian. He was a Jew. The word Christian wasn't known until years after his death. Which means that in order to appreciate Easter in its own terms, we must think of it as Jewish. The whole purpose for which Jesus went up to Jerusalem was to celebrate the festival of Passover. The last supper was a Passover meal. And it's the symbolism of that meal that Christians must return to in order to understand the meaning of the death and resurrection of Jesus Christ.

Even in Jesus's time, the celebration of Passover was well over a thousand years old.…  Seguir leyendo »

Ayúdanos, Señor, a los lectores y a mí, a sosegar debidamente nuestro espíritu en esta meditación de Viernes Santo. Nos valdremos para ello, a modo de asidero de la mente y los sentidos, de tres iconos sublimes: los Cristos, de Velázquez en el Prado, de la Buena Muerte, en Sevilla (Juan de Mesa), y el llamado de San Juan de la Cruz, obra, créanmelo, de Salvador Dalí, hoy en la Art Gallery de Glasgow. De entonces acá se cuentan por cientos de millares, si es que no por millones, los cuadros y bustos policromados que representan a Cristo en los trances y secuencias más dramáticos de su pasión y muerte: escarnecido en el Pretorio (azotes y espinas), presentado al pueblo por Pilato (Ecce Homo), cargado con la cruz (el Nazareno), taladrado en el Gólgota (el Crucifijo), muerto sobre el regazo de su Madre (la Pietá) y Yacente en el sepulcro (Santo Entierro).…  Seguir leyendo »

This weekend, many of the world's estimated 2 billion Christians will remember and celebrate the death and resurrection of Jesus Christ.

While some Christians harbor doubts about Christ's actual physical resurrection, hundreds of millions believe devoutly that Jesus died and rose, thus redeeming a fallen world from sin.

Are these people a threat to reason and even freedom?

It's a question that arises from a new vogue for what you might call neo-atheism. The new atheists -- the best known are writers Sam Harris and Richard Dawkins -- insist, as Harris puts it, that "certainty about the next life is simply incompatible with tolerance in this one."…  Seguir leyendo »

Por Carlos Amigo Vallejo. Cardenal Arzobispo de Sevilla (ABC, 13/04/06):

TENÍAN que ponerse las manos delante de la cara para no ver lo que estaba pasando en el monte: unos hombres ajusticiados, colgados en el madero de la cruz. Era cuestión de dignidad, porque no se podía juzgar sino como una ignominia el que un hombre fuera condenado a sufrir de esa manera como se hiciera padecer a Cristo. Algunos han querido, apoyados precisamente en la dignidad del hombre, negar la existencia de Dios a la que consideran incompatible con la razón humana. Creer en Dios sería un gran obstáculo para el progreso y la misma dignidad del hombre que tendría poco menos que claudicar ante lo irracional.…  Seguir leyendo »

Por Enrique Miret Magdalena, teólogo seglar. Su último libro es ¿Dónde está Dios?: la religión en el siglo XXI (EL PAÍS, 09/04/06):

Viene la Semana Santa y los cristianos nos preguntamos qué actitud se espera de la minoría católica practicante en estos días. ¿Qué hacer: turismo, indiferencia o recogimiento religioso? Y especialmente se lo cuestionan los pocos jóvenes que siguen siendo cristianos convencidos y practicantes.

Precisamente en estos días la Fundación Santa María acaba de publicar el profundo estudio sociológico Jóvenes españoles 2005, y en él queda claro el descenso religioso de los jóvenes, que cada vez se interesan menos por las cosas de la Iglesia, ya que la institución que les merece menos consideración es, precisamente, la propia Iglesia.…  Seguir leyendo »

Por Alfredo Fierro, catedrático de Psicología de la Universidad de Málaga (EL PAÍS, 09/04/06):

Corren malos tiempos para la irreverencia, confundida por los fanáticos con la blasfemia. No llega a blasfemo, de todos modos, preguntarse cómo verían Voltaire y otros ilustrados el asalto a las calles por piadosos encapuchados tres siglos después de haberse deslindado qué es religión y qué ciudadanía, qué es vida pública, qué es piedad privada y qué es superstición. Si ellos regresaran a la vida y vieran...

No hace falta, sin embargo, ejercer de volteriano, y ni siquiera de anticlerical o luterano, para el argumento que ahora sigue.…  Seguir leyendo »

Por Carlos Amigo Vallejo, Cardenal Arzobispo de Sevilla (ABC, 25/03/05):

«El descanso de Dios no tiene tarde», diría San Agustín refiriéndose a la permanente vigilancia de Dios por el honor y cuidado de sus hijos. Bach, en el coro final de la pasión según San Mateo, quiere que las lágrimas acompañen el reposo de tan querido Señor, y que el sepulcro sea «cojín para el descanso y para el alma asilo».

La tarde del Viernes Santo ha de vivirse en el mismo corazón de Cristo y metidos por la herida de su costado, pues solamente en el silencio de tan santo refugio se pueden llegar a vislumbrar las anchuras de un misterio tan inconmensurable e imposible de comprender.…  Seguir leyendo »

Por Gonzalo Anes, director de la Real Academia de la Historia (ABC, 24/03/05):

La decadencia de las ciudades del occidente cristiano, como efecto de la expansión del Islam en el siglo VIII, fue seguida de cambios en las costumbres de los habitantes y hasta en las edificaciones. La rusticidad parece haber sido la nota diferenciadora de las ciudades en la Edad Media cristianarespecto a las urbes de la antigüedad. No tuvieron cabida, en las ciudades de la Europa cristiana medieval, el anfiteatro, el foro, el stadium, el circo, las termas y otras edificaciones necesarias para la actividad, el recreo y el culto al cuerpo de los ciudadanos.…  Seguir leyendo »