Simbiosfera

Adam Dean para The New York Times

El amor inmortal solo puede encarnarse en células cancerígenas. En 2014, la artista Marta de Menezes y el científico Luis Graça introdujeron genes inductores de cáncer en sus células inmunes y enamoradas. Crearon así dos núcleos esenciales de vida, dos resúmenes de sí mismos, pero condenados a no poder interactuar, porque se rechazarían mutuamente. El precio de la inmortalidad es la soledad eterna, afirma la ficción —en forma de instalación artística— Inmortality for two.

En la mortal realidad, en cambio, nunca estamos solos. Porque vivimos en la simbiosfera.

Si la semiosfera es el universo de los signos y símbolos en que todos nos encontramos sumergidos, la simbiosfera es el de las relaciones biológicas y tecnológicas del que también es imposible escapar.…  Seguir leyendo »