Suexit

El pasado 24 de mayo, en Londres, una primera ministra británica con el rostro desencajado por la emoción anunció su dimisión después de meses de idas y venidas humillantes y estériles entre sus diputados en Westminster y unos inflexibles negociadores en Bruselas. Ese mismo día, en el corazón de los Alpes suizos, Boris Johnson hizo oficial su candidatura a la dirección del Partido Conservador ante el público entusiasta del Foro Económico Suizo, que había pagado a precio de oro (45.000 francos suizos) su intervención. Juró que moriría antes que sufrir la humillación que había sufrido la señora May. Iba a arrancar de los europeos, dijo, lo que le habían negado a ella de todas las maneras y durante meses.…  Seguir leyendo »