
Ecología trágica o la verdad de la corrida
No cabe duda de la urgencia, pero convendría estar alerta para que, en la precipitación por huir del incendio, no acabemos pisoteando al prójimo frente a la salida de emergencia. Los Proverbios nos previenen de ello (19,2): Donde falta el saber no es bueno el celo, y quien apresura sus pasos acaba cayendo. La urgencia es entonces una cierta lentitud, como en esos pases en que el aguante del torero presenta un hombre que mantiene la sangre lo bastante fría para meditar mientras que el tren arremete contra él.
¿Sobre qué fundar una justa ecología? ¿La preservación de la naturaleza? Tal postura se sitúa en continuidad con la explotación: paternalista más que patronal, mas no dejamos de estar en voladizo, nunca al mismo nivel, el de la dignidad del cara a cara.… Seguir leyendo »