La ciudad y los cerros
En mis anteriores visitas a Venezuela en la década de los sesenta del pasado siglo —invitado primero por la editorial Monte Ávila y, después, como jurado del premio Rómulo Gallegos—, lo que atrajo más mi atención, y no se ha borrado de la memoria, es el trayecto en autovía del aeropuerto de La Guaira a Caracas: una ascendente sucesión de curvas flanqueadas de montañas y lomas en las que jirones de brumas desdibujaban apenas las laderas cubiertas de chozas de una audaz verticalidad compositiva, en precario equilibrio, superpuestas unas sobre otras.
30 años después, comprobé con melancolía la tenaz exactitud del recuerdo.… Seguir leyendo »