Zaragoza hacia 1980
Un tren incómodo nos dejó a mi amigo José Félix y a mí en la estación del Portillo a las tantas de la madrugada una noche de finales de verano de 1979. Habíamos ido a Zaragoza a matricularnos de cuarto de carrera, él de Historia, yo de Filología. La Universidad del País Vasco, en su forma actual, aún no había iniciado su andadura, aunque le faltaba poco, y Deusto sólo ofrecía tres cursos de Hispánicas. Esta circunstancia nos forzaba a muchos a sumarnos a una diáspora anual de estudiantes vascos que se repartían por diversos lugares de España con el fin de iniciar estudios o, como en mi caso, concluirlos.… Seguir leyendo »