¿Filtración pactada…?

Un sustantivo y un participio adjetivado se han convertido en los auténticos protagonistas de la «moción de censura» que, contra el presidente Sánchez, el pasado martes 21 de marzo, defendió en el Congreso de los Diputados Ramón Tamames Gómez. Unidas las dos palabras ya tenemos lo que va a significar la tan cacareada moción de censura para el Gobierno, para la oposición y para su autor y defensor. Al enterarme de la filtración a los medio por el diario.es, cuya «línea editorial» no se caracteriza por favorecer a la derecha, sino todo lo contrario, me pregunté qué ¿a quién le podría interesar y favorecer tan magna y vil felonía…? Como «todos los caminos conducen a Roma», pensando mal, a priori me han conducido sospechosamente al presidente Sánchez. Ya saben que «la mentira», «la felonía», «la autarquía» y «el absolutismo» son sus principios… y si no les gustan, tiene otros.

La filtración del contenido del discurso de Tamames y sus conclusiones –31 páginas en total– a quien realmente beneficia, y mucho, es al presidente del Gobierno. Dado que fue filtrado hace ya unos días por un ignoto y felón amigo de Tamames –de cuyo nombre no quiere acordarse, como escribió Cervantes– Sánchez dispuso «de bobilis-bobilis», de casi una semana para preparar a tutiplén las réplicas a las tesis propuestas por el casi nonagenario histórico político, economista y exmiembro del Comité Ejecutivo del Partido Comunista de España (PCE). ¿Victoria sanchista asegurada…?

La moción de censura de Vox con el casi nonagenario Tamames –como sorpresivo candidato accidental–, sexta en la democracia de España, va camino de convertirse en el mayor episodio tragicómico de la reciente historia española. Las redes sociales han dicho que es lo más parecido a un «cómic de Pepe Goteras y Otilio, chapuzas a domicilio», no solo por la filtración integra del discurso –que ya de por sí supone una auténtica farsa y licencia, aunque no de la «Reina Castiza», sino del propio Tamames–, que más de una vez, se ha olvidado hasta del nombre del partido que le ha propuesto para defenderla e incluso del medio periodístico filtrador. Aunque ni el mejor esperpento de Valle-Inclán superaría este entuerto político, preconizará el adelanto de las «generales» a mayo –como ya hizo Alberto Núñez Feijóo– para contrarrestar el vengativo y ancestral interés de Sánchez de dividir a los españoles e imponernos la Historia de España, a su gusto con su partidista y rencorosa Memoria Histórica y Democrática.

Le reprochará su cicatera visión de la Guerra Civil y le echará en cara que no hubo «un bando bueno y un bando malo», ya que en ambos se cometieron salvajadas y, tratar de circunscribirlas, ahora 87 años después, a un solo bando –el «franquista»– es faltar grave e impunemente a la verdad histórica y arrinconar en el desván del olvido la Ley de Amnistía de 1977. En su filtrado discurso aborda la política exterior –la distópica relación con Argelia y Marruecos–, el grave deterioro de los Servicios Públicos (Sanidad, Educación y Justicia) y el creciente problema de los nacionalismos y separatismos, cuyo objetivo principal es invalidar el Artículo 2. de la Constitución, sobre la «indisoluble unidad de la nación española». Frente a los postulados sanchistas y de sus socios de gobierno, Tamames, como hijo de la Constitución, defiende una patria común e indivisible de todos los españoles y, a la vez, proclama que lo principal es la unidad de España, la Monarquía Parlamentaria y la bandera.

Así mismo, Tamames emplaza a que un nuevo Gobierno de España trace la reforma de la Ley Electoral para que estos partidos, que están poniendo en riesgo la arquitectura de la Constitución del 78, no logren una excesiva representación –como gozan en la actualidad– para poder configurar desahogadamente Gobierno. También pone en el asador «el carácter vitalicio» de los magistrados designados del Tribunal Supremo, a semejanza de los Estados Unidos. No se dejará en el tintero el escaso crecimiento económico y desarrollo industrial ni el brutal aumento del IPC, paro, combustibles, electricidad y de los alimentos básicos. Especial interés pondrá en tildar de «despropósito de gran calibre» la propuesta de Podemos –por boca de la vaporosa ministra galega– de poner un tope al precio de 20 productos básicos de la cesta de la compra. Dice, no obstante, que aunque la filtración es «una versión muy preliminar», intenta «retocarla con premura, para que lo que afirma sea menos burdo» (sic).

Esta moción de censura –discutida y discutible– está abocada al fracaso casi asegurado en las votaciones por no coincidir su trayectoria y aspiraciones con la ideología que supuestamente debe representar y aunque la ganase, no podría ser el candidato a presidente. Sea cual fuera su ubicación en el Hemiciclo –al parecer al lado del peripatético Echenique– las jornadas, del 21 y 22 en el Congreso, están siendo una mezcla de histrionismo, de risas contenidas «sottovoce» y hasta de «desvergüenzas» propias de la catadura moral de algunos diputados concretos. Por todo esto, Tamames ¡guárdate de la Idus de marzo! Seguramente la mortal puñalada no te la hayan dado ni tu «amigo el filtrador» ni el periódico, sino que vendrá de la mano del «felón» presidente Sánchez, por mucho que quieran culpar al presidente del PP de «colusión» con la ultraderecha de Abascal.

Pedro Manuel Hernández López es médico jubilado, periodista y exsenador por Murcia.

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