Formación de los comunicadores en la era digital

Desde hace diez años se viene produciendo en España una rápida transformación del sector de medios de comunicación que está dando lugar a una auténtica convulsión del panorama audiovisual. Los factores catalizadores de este cambio podemos identificarlos en gran medida con avances vertiginosos en el campo tecnológico y, en especial, con la popularización y el auge de Internet.

La conversión de unos sitios web casi estáticos asociados a lo que se dió en llamar la Web 1.0, donde los medios simplemente “colgaban” sus contenidos, ha dado paso al desarrollo de nuevos soportes con mayor capacidad y velocidad de transmisión, y a la consolidación de unos nuevos medios de comunicación caracterizados por el multimedia, la interactividad y la actualización constante de contenidos que son servidos a la audiencia prácticamente en tiempo real.

En el ámbito audiovisual, la evolución de sistemas de edición no lineal ha trastocado a su vez todo el entramado laboral de la redacción tradicional en televisión y radio y ha provocado la desaparición o reconversión de múltiples categorías profesionales que pugnan por convivir con nuevos perfiles mucho más familiarizados con las nuevas tecnologías. Esta rápida transformación tiene hondas repercusiones en el trabajo, la capacitación y la formación profesional de los comunicadores audiovisuales, un término periodístico demasiado amplio y difícil de encajar en los parámetros del periodismo convencional. La necesidad de reubicar el papel del periodista audiovisual en este nuevo entorno multimedia y la modificación de las condiciones laborales asociadas a los numerosos cambios que se vienen produciendo han impulsado la elaboración de este documento que analiza, fundamentalmente, el estado de la formación profesional y el papel decisivo que la adquisición de nuevos conocimientos va a desempeñar en el futuro.

El documento plantea, entre otras cosas, si en la actualidad los planes de estudio definidos para estas profesiones son adecuados para desenvolverse en este ámbito o, por el contrario, han quedado desfasados y deben someterse a una profunda reversión, acorde con la magnitud del cambio al que asistimos.

  • El estudio aborda, en primer lugar, las dificultades para definir hoy en día quién es informador o periodista, debido a múltiples factores: dispersión de titulaciones, contrataciones “artísticas” de personas sin la formación adecuada, escasa implicación de los agentes sindicales, poca presencia y fortaleza de los colegios profesionales, proliferación de academias y másteres (muchos de ellos de las propias empresas de comunicación que prometen empleo con cursos exprés), etc. Por otro lado, la eclosión del fenómeno llamado por algunos “periodismo ciudadano” ha extremado la confusión acerca de los límites de la profesión, de modo que ya no se sabe muy bien quién es periodista-comunicador y quién es un simple charlatán de feria.
  • En un panorama tan disperso y plagado de incertidumbres muchos empresarios han aprovechado la ocasión para hacer contrataciones a la baja, sin exigencias de titulación o con contraprestaciones económicas escasas, dada la abundancia de oferta de “periodistas todoterreno”.
  • La aceleración en la implantación de la tecnología digital ha permitido, además, crear un perfil profesional más polivalente o “policompetente”, de modo que el trabajo que antes hacían tres personas ahora lo realiza una, con un sacrificio sustancial en el nivel de calidad del producto final.
  • El presente estudio pretende abordar esta nueva situación desde una perspectiva profesional algo más que académica, centrándose en especial en la situación de la Corporación Estatal de Radio Televisión Española, tanto por su condición de medio público con distintos canales (radio, televisión, Web), como por su dimensión y la existencia de procesos de formación interna, ya que cuenta con un organismo propio al efecto: el Instituto de Radio y Televisión.
  • Tras analizar brevemente la situación de las distintas ofertas educativas –ahora, además, en proceso de modificación con motivo de la creación del Espacio de Enseñanza Superior Europeo (Proceso de Bolonia)– se expone el papel que en este nuevo entorno tienen y pueden tener los sindicatos y las empresas, en especial si se concluye que la enseñanza universitaria se está demostrando poco adecuada para conseguir una formación acorde con las necesidades actuales de trabajo en el día a día de una redacción multimedia.
  • La formación interna en las empresas está paliando –con mayor o menor fortuna– las carencias que se detectan en los nuevos licenciados, en especial en el ámbito de las nuevas tecnologías. La falta de adaptación a los nuevos medios y a los nuevos públicos está provocando en el último año (en especial en la prensa en papel tradicional) un aumento en la cifra de periodistas en paro o con empleo precario, señal inequívoca de la poca preparación ante el nuevo entorno digital que tienen estos profesionales, en muchos casos salidos de las facultades hace pocos años.

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Pedro Soler Rojas, periodista, y Manuel Aguilar Gutiérrez, licenciado en Ciencias de la Información.