Francisco: ¿qué significa un nombre?

Al elegir el nombre de Francisco, el nuevo Papa ha enviado su primer mensaje al mundo, pero ¿cuál es este mensaje?

Caben cuatro posibilidades y es posible que todas ellas sean ciertas.

En primer lugar, san Francisco de Asís fue conocido por su vida de pobreza. El cardenal Jorge Mario Bergoglio ha sido conocido también por rehusar vivir en el palacio arzobispal en Buenos Aires. Vivía, en cambio, en un piso modesto donde se hacía él mismo la comida. Prescindió también de una limusina con chófer e iba en autobús al trabajo. ¿Procurará el papa Francisco imprimir un estilo de vida más sencillo a la curia pontificia? ¿Es persona que pueda sentirse cómoda vistiendo sedas y pieles?

He aquí una cita de Bergoglio que debiera preocupar a la curia:

“El cardenalato es un servicio, no un honor para jactarse de él. La vanidad y la presunción son actitudes que reducen la espiritualidad a algo mundanal, que es el peor pecado que podría cometerse en la Iglesia (...) Suelo poner un ejemplo para ilustrar la realidad de la vanidad humana: fijaos en el pavo real, es hermoso cuando se mira de frente. Pero si se observa por detrás, se descubre la realidad (...) Quien cede a esta vanidad ensimismada esconde, en el fondo, una miseria muy grande”.

En segundo lugar, al principio de su carrera, san Francisco oyó un mensaje de Dios: “Reconstruye mi Iglesia”. Al principio pensó que Dios se refería al edificio en el bosque cerca de donde él vivía. Sólo después comprendió que se refería a la Iglesia institucional, en mal estado y deteriorada, que él había de reconstruir. Con todos los problemas a que hace frente la Iglesia –crisis de abusos sexuales, declive de adhesión a la Iglesia en Europa y en las Américas y una curia vaticana necesitada de una reforma–, este nombre puede apuntar a todo un programa eclesial.

En tercer lugar, san Francisco destacó asimismo por su amor a los animales y a la naturaleza. Con el desastre medioambiental del cambio climático a que hace frente el planeta, la elección de este nombre por parte de Bergoglio podría señalar una actitud enérgica y profética en cuestiones medioambientales. Se trata, sin duda alguna, de uno de los mayores retos del siglo XXI y sería estupendo que el Papa fuera un verdadero líder en cuestiones medioambientales.

Por último, san Francisco se distinguió por su actitud pacífica y positiva hacia el islam. No le animó el espíritu de la cruzada en una época marcada por la guerra entre cristiandad e islam. Por el contrario, atravesó desarmado el campo de batalla para reunirse con el sultán, que quedó tan impresionado que le escuchó y le despidió sano y salvo. En un momento en que son nuevamente necesarias para el bien de la humanidad unas relaciones pacíficas entre musulmanes y cristianos, el Papa podría enviar un mensaje no sólo a los cristianos, sino también a los musulmanes. Hay otro Francisco con el que el nuevo Papa está relacionado por sus raíces jesuitas: san Francisco Javier. Este Francisco destacó por su celo misionero. Se habla mucho en la iglesia sobre la evangelización por las pérdidas eclesiales en Europa y en las Américas. San Francisco Javier evangelizó. Y murió en una isla frente a las costas de China, terreno abonado para la fe.

Sí, hay mucho que aprender de un nombre.

Tom Reese, sacerdote jesuita, analista del ‘National Catholic Reporter’. Traducción: José María Puig de la Bellacasa. Artículo publicado el 13/III/2013 en el NCR.

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