Guerra fría: ¿segunda parte?

En Washington, como era de esperar, se ha abierto un debate: ¿ha comenzado una nueva guerra fría? Si es así, ¿hasta dónde llegará el conflicto? Tiene lugar en los medios de comunicación, así como en el Gobierno. Un centro de investigación ha pedido a 21 destacados expertos en Rusia su opinión sobre Vladímir Putin. Las respuestas van desde que el líder ruso es un loco a la opinión de que su actuación estaba perfectamente justificada y que todo es culpa de Occidente.

El nivel de sofisticación de estos intercambios de pareceres no es muy alto. La mayoría de los expertos en Rusia en Estados Unidos han desaparecido tras el colapso de la Unión Soviética. Algunos han muerto, otros se trasladaron a trabajar en otros campos. A las personas más jóvenes se les dijo que la especialización en Rusia no era buena para hacer carrera ni en el Gobierno ni en el mundo académico. Rusia ya no era importante, una fuerza gastada. Esta estimación fue tal vez correcta en un perspectiva a largo plazo, pero no tuvo en cuenta que por el momento Rusia está todavía en condiciones de crear muchos problemas a Occidente. Europa depende de Rusia para su abastecimiento de petróleo y gas hasta un nivel que alcanza lo peligroso, ya que ha sido incapaz de adoptar una política energética común. Es cierto que esta etapa de cosas no va a durar para siempre, el progreso tecnológico en técnicas como el fracking acabará con el dominio ruso y existe una gran cantidad de petróleo y gas en Europa que se utilizará en el futuro. Estados Unidos exportará petróleo y gas a Europa. El precio bajará . Esto significa que Putin estaba bajo cierta presión para actuar aquí y ahora y no esperar demasiado tiempo.

Si la calidad del conocimiento occidental sobre Rusia se ha ido a pique, ¿es realmente tan importante? ¿No es suficiente con escuchar los discursos de Putin, como el de esta semana? Él cree que el colapso de la Unión Soviética fue un gran desastre y que como patriota era su deber restablecer tanto como fuera posible la grandeza del imperio ruso. No significa una restauración del sistema comunista; ni él ni las élites políticas están muy apenadas por su desaparición. Pero lamentan profundamente el hundimiento de Rusia como gran potencia en 1991. De acuerdo con recientes encuestas de opinión, la mayoría de los rusos cree que su país vuelve a ser una superpotencia y, si no, debería serlo pronto. Y En Ucrania apareció la ocasión para corregir una de esas pérdidas lamentables.

¿Hasta dónde llegará? ¿Qué pasará en el este de Ucrania, con una mayoría de población de idioma y sentimiento rusos? ¿Qué hay de Moldavia y los países bálticos, que con la excepción de Lituania son el hogar de un número considerable de personas de habla rusa? ¿Qué pasará con el Cáucaso y Asia Central? Putin cree que Occidente es débil y no reaccionará con firmeza y puede que esté en lo cierto. El ministro de Asuntos Exteriores británico hizo un discurso muy enojado pero las fuerzas armadas británicas ya apenas existen, el ejército cuenta con 80.000 soldados después de los recientes recortes y se prevén más reducciones adicionales. Lo mismo se puede decir de los otros países europeos. Puesto que la guerra se ha vuelto imposible, ¿por qué gastar tanto dinero en defensa? Pero por extraño que parezca, incluso si la guerra, salvo escaramuzas a nivel local, se ha convertido en imposible, la capacidad para defender tu propio país todavía tiene cierta importancia, tal vez sólo psicológicamente, pero sin embargo es un factor político. Ucrania ha perdido la guerra de Crimea, no hay manera de recuperarla; la pregunta ahora es hasta dónde irá ahora Rusia en sus intentos de restaurar la gloria pasada. Putin aseguró al mundo en su discurso que él no tiene planes por lo que se refiere al este de Ucrania. En cuanto a Asia Central , especialmente Kazajistán, una ocupación sería una tontería porque las relaciones entre los dos países son razonablemente buenas. Rusia ya tiene un problema musulmán, su número está creciendo rápidamente mientras que el número de rusos se está reduciendo. ¿Por qué agravar el problema?

Pero, como dice el viejo proverbio, a menudo el apetito aumenta con el comer. Habrá una creciente presión sobre los países bálticos y otros vecinos, incluyendo Ucrania. De acuerdo con la doctrina estratégica de Rusia, pertenecen a la “zona de intereses rusos privilegiados”. ¿Cuál podría ser la reacción de Occidente? ¿Podría la presión rusa lograr lo que no surgió en el pasado, una colaboración europea en defensa? Es posible, pero no es muy probable en la etapa actual.

Durante el discurso de Putin el martes, la televisión rusa mostraba con frecuencia el rostro radiante de un anciano llamado Alexánder Projánov. Es el pensador más importante de la extrema derecha rusa. Siendo novelista su apodo era el ruiseñor del estado mayor del ejército. En una entrevista, dijo que durante muchos años había estado rezando por un regreso de la guerra fría. Naturalmente se alegraba de que el sueño se estuviera haciendo realidad. Pero, para la mayoría de los rusos, a pesar de la satisfacción por la guerra de Crimea y el enojo de Occidente, esto no es un sueño tan maravilloso. Los próximos meses nos dirán cuál de las dos partes prevalecerá.

Walter Laqueur, consejero del Centro de Estudios Internacionales y Estratégicos de Washington.

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