¿Hay ‘un espíritu’ de Cataluña?

¿Hay “un espíritu de Cataluña”? Quiero decir, un “espíritu” común a la mayoría de ciudadanos de Cataluña. Con el que se identifiquen los catalanes de hoy, de sensibilidades, ideologías, intereses, generaciones y procedencias muy diversas. Y si existe, ¿cómo se define, qué vigencia tiene en la actualidad y, sobre todo, qué proyección puede tener en el incierto futuro que se divisa, en el marco de las ideas y acontecimientos, en nuestro país y en el mundo?

No es inoportuno plantearse estos interrogantes, ante de la crisis identitaria e institucional que está viviendo Cataluña, y de la que alertan destacados personajes de la vida pública y autorizadas personalidades de la intelectualidad. Hace casi un año, con motivo de la inauguración del Año Prat de la Riba, en su casa museo de Castellterçol, planteaba la oportunidad y conveniencia de abrir un gran debate sobre estas cuestiones. No podía ser más oportuno, pues, que el Institut d’Estudis Catalans, que cumple su centenario y preside el sociólogo Salvador Giner, organice un debate público de calidad sobre este tema.

Si bien esta institución representativa de la cultura catalana, es académica, me comenta el coordinador y alma de este debate, profesor Ricard Torrents, “tiene, también, la misión civil de auscultar la sociedad por la vía del análisis crítico”. El ciclo de debates “10 testigos del siglo XX; 10 lecciones por el siglo xx1” se propone esto. ¿Qué hay de común –en su núcleo de pensamiento- entre estas figuras que se estudiarán?. “Lo que hay de común –me explica Torrents- es que forman el canon catalán de pensadores del siglo XX. Son diez autores reconocidos como representativos del pensamiento de los catalanes sobre si mismos y sobre el mundo”. ¿Por qué estos y no otros?, le pregunto pensando que quizás se habría podido abrir más el abanico. Y me responde que “el número es aleatorio; es aquello de que “no están todos los que podrían estar, pero los que están, no pueden dejar de estar’.

Representan –argumenta – “los grandes ámbitos de la vida nacional catalana”: la política ( Enric Prat de la Riba), la sociedad civil (Joan Margall), l’alta cultura (Eugenio D’Ors), la educación (Alexandre Galí), las letras (Carles Riba), la filosofía (Ferreter Mora), el feminismo (Aurelia Campmany), la historia económica (Vicent Vives), la unidad lingüística (Moll), la crítica (Joan Fuster)”.

¿Cuál es el futuro de este pensamiento o “espíritu”, que se debate estos dias? A mi inquietud y escepticismo el profesor Torrents responde que los autores propuestos “tienen proyección de futuro porque representan la progresión de lo que algunos autores denominan ‘el espíritu de Catalunya’ y otros ‘el catalanismo’ más allá de toda formulación política concreta y por encima de coyunturas, por difíciles que sean, como la actual, en qué los catalanes nos encontramos, que otra vez se nos mueve la tierra, o sea l’Estatuto, bajo los pies. Si se quiere –explica- representan posicionamientos prepolítics, digamos nacionales. Cada uno de los diez es representativo de una década, de una situación de conflicto y de una propuesta de superación. Por esto los denominamos ‘10 testigos del siglo XX’. Pero a la vez cada uno es ejemplo de compromiso con su tiempo y con su pueblo. Por esto los proponemos como ‘10 lecciones para el siglo XXI’, tanto por lo que dejaron en obra escrita como por sus posicionamientos de vida”. Y abarca desde La nacionalidad catalana, de Enric Prat de la Riba, hasta el ensayo Un país sin política, de Joan Fuster.

El debate, pues, o curso “de altos estudios sobre cultura catalana, política y social, 1907-2007” está abierto. Lo que no sé es si está abierto suficientemente, de par en par, a las inquietudes de hoy y de la mayoría de catalanes. Y en definitiva, si hay, todavía, “un espíritu de Catalunya”.

Wifredo Espina, periodista y exdirector del Centre d’Investigació de la Comunicació.