Por Joaquima Alemany Roca, presidenta de Dones per la Llibertat i la Democràcia (LA VANGUARDIA, 05/07/06):
"Es aquí, en Europa, donde muchas personas inmigrantes encuentran la libertad, sin padecer la exclusión". Éstas son las palabras pronunciadas por la señora Ayaan Hirsi Ali, el pasado mes de octubre, cuando se le concedió el II premio Libertad, otorgado por la Associació de Dones per la Llibertat i la Democràcia, reconocimiento que se concede a la persona o institución que ha destacado por la defensa de la libertad y de los derechos humanos.
En las últimas semanas un entramado de hechos inesperados ha afectado a la diputada, empezando por una denuncia de sus vecinos, preocupados por su seguridad, que dio lugar a una orden judicial que la obliga a abandonar su casa de La Haya antes del 27 de agosto.
En un documental emitido por la televisión holandesa con el título Santa Ayaan aparecieron unos datos sobre su nombre y fecha de nacimiento. Se conoció entonces su verdadera nacionalidad: Ayaan Hirsi Ali desciende de una familia que salió de Arabia Saudí hacia Somalia hace 800 años.
Nació en Mogadiscio en 1968, y no el 1967, y utilizaba el nombre de su bisabuelo Ali, en lugar del de su padre, Magan.
Muchas personas refugiadas se ven obligadas a falsear sus datos o bien por miedo o bien por cumplir mejor con el expediente de asilo.
Todos estos hechos llevaron a la perdida de la nacionalidad y de su escaño parlamentario a la señora Hirsi Ali. El entramado político que ocasionó el entorno de este hecho produjo la dimisión del Gobierno de Holanda.
La mala gestión por parte de la ministra Rita Verdonk, del Partido Liberal, la poca previsión del Gobierno y la gran solidaridad internacional a favor de la señora Ali han provocado la caída del Gobierno y han obligado a adelantar las elecciones holandesas. ¿Cómo superar los prejuicios e incomprensiones ante el gran debate sobre la inmigración? ¿Es la defensa de Hirsi Ali de la emancipación de las mujeres musulmanas y de la inmigración lo que ha llevado a Holanda a la crisis política?
El gran debate está servido.
¿Es ésta la alianza de civilizaciones que promueve el secretario general de las Naciones Unidas, Kofi Annan?
¿Son las palabras de Federico Mayor Zaragoza, presidente de la Fundación Cultura de la Paz: "Europa debe ser ejemplo de diálogo, de alianza y de solidaridad humana a escala mundial"?
A nivel europeo la inmigración debería encontrar una pronta respuesta, de lo contrario se generará una serie de conflictos difíciles de resolver en nuestra sociedad. La inmigración no solamente debería ser objeto de estudio, sino también de legislación por parte de las políticas públicas.
La inmigración supone un nuevo reto para la sociedad universal, que debería beneficiar a todos los países de origen y de destino. No debemos obviar que los derechos humanos han sido reconocidos por las Naciones Unidas y ratificados por la mayoría de los gobiernos del mundo, donde se reconoce que los derechos de los inmigrantes deben ser los mismos que los de las personas residentes en los países de destino.
Ahora más que nunca queda demostrada la oportunidad del premio concedido a la señora Ayaan Hirsi Ali. Con este galardón se ha querido reconocer el esfuerzo y la lucha por la defensa de los derechos de las mujeres musulmanas y de los inmigrantes en general.