Hualde, póngase en su lugar

Tengo que confesar que me ha causado una gran perplejidad ver en una foto, junto a la portavoz del Gobierno de Navarra, en la manifestación celebrada en Pamplona el pasado día 14, en apoyo a los ocho acusados por la agresión a un teniente y un sargento de la Guardia civil y a sus respectivas parejas, a Unai Hualde. Y no salgo de mi asombro cuando dos días después lo vuelvo a ver, en la puerta de la Audiencia Nacional, dándoles ánimo. Comprendo que cualquiera que lea estas líneas y conozca al personaje me podrá decir: pero, ¿por qué te sorprende? Unai Hualde fue alcalde de Alsasua, es parlamentario foral y es vicepresidente del Parlamento de Navarra y su formación política, Geroa Bai, junto con Bildu, Podemos e Izquierda-Ezkerra, aprobaron en el Parlamento de Navarra una declaración de apoyo e hicieron «un llamamiento a la ciudadanía navarra» para que participara en la manifestación organizada por los familiares de esos detenidos junto con la plataforma de apoyo Altsasukoak Aske Herri Plataforma. Por tanto, es lógico que él esté allí.

Y así tendría que ser si no existiera un dato por el cual esa actuación de Unai Hualde me causa perplejidad y asombro. Es la siguiente: su abuelo, don Martín Hualde López, era guardia civil de Alsasua, donde se jubiló y vivió hasta que no hace mucho tiempo falleció, siendo enterrado en ese pueblo. Por lo que Unai Hualde es lo que en la Guardia Civil se denomina un «nieto del Cuerpo».

Y por este motivo creo que a él no le será difícil ponerse en el lugar de los otros, es decir, de las víctimas que, como es sabido, se trata de un teniente y un sargento de la Guardia Civil que junto a sus respectivas parejas se encontraban una madrugada tomando unas copas en un bar de Alsasua y al ser reconocidos como miembros de la Benemérita por gentes de la izquierda radical abertzale fueron rodeados y mientras que unos les pegaban patadas y puñetazos, otros, unos 40 o 50, aplaudían y gritaban: «Esto os pasa por venir aquí», «tenéis lo que os merecéis», «iros de aquí», «hijos de puta», «cabrones, fuera de aquí», «perros» o «putos pikoletos». Me imagino que el Sr. Hualde habría acudido más de una vez con su abuelo a un bar de esa localidad. Por eso, le pregunto: ¿qué hubiera pensado si al ser reconocido éste como guardia civil les hubieran propinado una paliza como la que recibieron estos cuatro? ¿Le habría gustado que se hubieran organizado manifestaciones de apoyo a los agresores en vez de a las víctimas? Y, ¿qué opinión tendría de los que hubiesen asistido a esa manifestación o hubieran acudido a la puerta de la Audiencia Nacional a apoyar a los agresores?

Pues, mire, esa misma opinión, ni más ni menos, es la que muchos en Alsasua y fuera de ella tenemos de usted al verle allá junto a otros dirigentes políticos. Pero, con el agravante, de que usted es un nieto del Cuerpo.

José Ignacio Palacios Zuasti fue parlamentario foral y vicepresidente del Parlamento de Europa.

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