I+D+i: selección de experiencias

Por José Antonio Bueno Oliveros. Ingeniero industrial. Socio Consultoría. Responsable para la práctica de automóvil de Europraxis (FUNDACIÓN ALTERNATIVAS, 01/06/06):

Cuando alguien asume la existencia de un problema está dando el primer paso para su resolución. La sociedad española en general y las Administraciones en particular han comenzado a asumir que la actual coyuntura positiva de la economía nacional no se sustenta sobre bases sólidas y antes o después se desvanecerá esta agradable sensación producida por ser uno de los países punteros en el crecimiento de la Unión Europea. España ha hecho los deberes de la integración y de la convergencia europea realmente bien. De ser un país con un PIB per cápita más de un 25% por debajo de la media europea en el año de la adhesión, en la actualidad está justo en la media, en el 100%. Y, además de esta convergencia nominal, España cuenta con infraestructuras, protección social, acceso a la sanidad y educación, entre otros indicadores, realmente acordes con los estándares europeos.

Pero una vez que España está plenamente asentada en el centro del club de los países ricos se le plantean nuevos retos. Es momento de plantearse una nueva dirección estratégica para el futuro. Hasta la fecha puede decirse que la economía española ha engordado y ha dejado de estar famélica, pero, de momento, no ha conseguido desarrollar músculo. Los motores de Europa, países prósperos pero aquejados de forma crónica de un crecimiento paupérrimo en los últimos años, diagnosticaron el origen del creciente gap entre su crecimiento y el norteamericano en la naturaleza de la economía. Por ello, en el Consejo de Primeros Ministros de la Unión Europea en Lisboa en el año 2000 se marcaron unos ambiciosos objetivos para tratar de recuperar parte del terreno perdido, objetivos que se concretan en un mayor esfuerzo en I+D que debería llegar en 2010 al 2,5% del PIB. En este entorno de una Europa girando hacia el conocimiento, España se encuentra en franca desventaja, pues su posición de partida era, y es, realmente débil.

La intención fundamental de este estudio no es analizar el panorama actual de I+D+i, sino mostrar algunos ejemplos de sistemas de I+D+i que funcionan razonablemente bien en el mundo y en España, tratar de entender el porqué de dicho éxito e identificar acciones concretas que podrían aplicarse en España para ser más eficientes en la gestión y, sobre todo, en la aplicación de los esfuerzos públicos y privados en el área de la innovación, el desarrollo y la investigación.

El estudio concluye con una lista de propuestas de aplicación en el corto plazo, así como propuestas estructurales cuyo efecto se verá en el medio o largo plazo, que se clasifican en tres grupos:

  • Políticas de “oferta”, infraestructuras tecnológicas, I+D universitario, creación de start-up's, acceso a mercados financieros, etc.
  • Políticas de “demanda”, ayudas directas e indirectas para desarrollar el mercado.
  • Actuaciones que impliquen un cambio estratégico, como son los clusters.

Tratando de buscar un decálogo de actuaciones, este podría ser:

  • Definición de una visión estatal de la I+D+i, identificando las líneas de investigación con futuro donde España puede ser líder para ser priorizadas.
  • Potenciación de economías de red, desarrollando organismos de colaboración entre empresas, universidades y centros tecnológicos.
  • Coordinación autonómica de las políticas de apoyo, tanto de oferta como de demanda, y en especial de los centros tecnológicos públicos.
  • Definición de un programa de aproximación entre los intereses de las universidades y las empresas, considerando introducir los méritos empresariales en los currículos de los docentes.
  • Fomento del registro de las patentes y el acceso a sistemas internacionales.
  • Desarrollo de un plan maestro de infraestructuras singulares, tractoras de I+D+i, manteniendo e incrementando en la medida de lo posible el esfuerzo de las administraciones para la I+D+i.
  • Creación de mecanismos de apoyo mixtos (públicos y privados).
  • Potenciación de la creación de empresas innovadoras y ágiles, facilitando su interrelación global y la venta de sus servicios a compañías terceras.
  • Potenciación de mecanismos de incubación de empresas generadoras de tecnología (capital semilla, start-up´s, etc.).
  • Mantenimiento, consolidación e incremento, si es posible, del actual trato fiscal favorable al I+D+i.

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